Tres claves para vivir en plenitud la fiesta de la ASCENSIÓN

Tres claves para vivir en plenitud la fiesta de la ASCENSIÓN:

1/ “Querido Teófilo”
Teófilo del griego: Teo = Dios, Filo= Amigo. Las Escrituras contienen palabras de Vida para quienes son y/o quieren ser “Amigos de Dios”. El Cristiano es ante todo un testigo. Testigo de una presencia, de una vivencia, de una fe encarnada, sentida y vivida en el Dios de la misericordia. Del mismo modo que un amigo conoce bien, ama y gusta de compartir todos los momentos posibles con el otro amigo, así quien desea crecer en la amistad con Dios busca estar cerca de Él, compartir todo lo vivido con Él y dejarse acompañar por Él. “Ya no os llamo siervos, os llamo AMIGOS” nos dice el Señor en Juan 15,15.

2/ “¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?”
La Ascensión nos invita a mirar al cielo pero con los pies bien firmes en el suelo. La Ascensión no es una llamada a huir del mundo ni a vivir “ausente” de la realidad ni ajenos a la suerte de nuestro mundo… ¡más bien todo lo contrario! Asciende el Señor tras habernos mostrado el camino a seguir para transformar este mundo según su corazón… marcha no para desentenderse sino para enviarnos la fuerza del Espíritu Santo que necesitamos para remangarnos y ponernos manos a la obra en la edificación de un mundo más justo y fraterno. Huyamos de toda tentación de una “espiritualidad” desencarnada. Jesús mismo es la muestra que la pedagogía de Dios pasa por hacerse compañero de camino, por hacerse uno de nosotros… así nos quiere a la Iglesia: compañera de camino de la humanidad.

3/ “El Padre de la Gloria… Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cual es la esperanza a la que os llama”
Hemos oído que “Dios no llama a los perfectos y capacitados sino que capacita a los llamados”. No es tanto lo que sabemos cuanto lo que vivimos pero está íntimamente unido, difícil vivir lo que uno desconoce. Estamos llamados a ponernos en manos del mejor pedagogo, el mejor educador que es el Espíritu Santo, autor de la Vida y custodio de la Verdad. La Ascensión es necesaria para que el Espíritu Santo siga haciendo su trabajo, remodelándonos según el proyecto de Dios para cada uno de nosotros. Es el espíritu santo el que iluminará nuestro corazón y nos capacitará para comprender toda la belleza y verdad de la esperanza a la que nos llama. Pongámonos a la escucha atenta, dejemos hacer a Dios, que nos recree, que nos haga hombres y mujeres nuevos según su corazón.
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