¿Quién soy yo para condenar?

Este V domingo de cuaresma se proclamará en todas las iglesias del mundo.... este encuentro impresionante entre Jesús y una mujer a la que querían apedrear... este hermoso episodio del evangelio de Juan es un grito de ¡basta ya!

¡Basta ya de utilizar el nombre de Dios para matar, para condenar, para juzgar, para marginar a nadie!

¿Por qué nos cuesta tanto entender y aceptar que Dios es amor, es ternura, es compasivo? TAMPOCO YO TE CONDENO... no te condeno... no puedo porque te amo...te amo en tu debilidad, en tu pecado, en tu pequeñez.. así es Dios...


Así escucharemos en la eucaristía este domingo:

"Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:"

– «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

– «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.

Jesús se incorporó y le preguntó:

– «Mujer, ¿Dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».

Ella contestó:

– «Ninguno, Señor».

Jesús dijo:

– «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más»"
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