Una experiencia que me hace dar gracias a Dios por el sacerdocio
¡QUÉ HERMOSO REGALO SER SACERDOTE!
Esta mañana estuve de visita a la residencia de ancianos donde celebro la eucaristía cada sábado... fui a administrar la unción de enfermos a un matrimonio muy mayor que ya están muy delicados.... el ver sus caras cuando me vieron entrar, la sonrisa en sus rostros curtidos por los años... esos ojos que miran radiantes porque viene a verlos el sacerdote... bienvenido, muchas gracias, muchas gracias me repetían continuamente.... muchas gracias....
Gracias a ustedes por acogerme en su habitación y permitirme rezar un poquito con ustedes... les explico que vengo a ofrecerles la unción de los enfermos... que es un sacramento de vivos y ara la vida... que es un sacramento de salud, de fortaleza no una unción extrema para dar el pasaporte a la otra vida.... vengo a rezar con vosotros para pedirle fortaleza al Señor en estos momentos de vuestra vida que lleváis el peso de los años en vuestros cuerpos y para sostener la fe y la esperanza de que el Señor está cerquita de vosotros, os ama y os quiere bendecir con su gracia... ¿queréis que recemos juntos un ratio y recibir esta santa unción, familia? Sí, padre claro...muchas gracias! con una sonrisa de oreja a oreja.... y procedemos a la unción.... mientras hago la señal de la cruz sobre la palma de sus manos con el óleo de los enfermos y rezo la oración prevista pienso... Señor tu conoces bien estas manos gastadas por el trabajo, manos que han acariciado con ternura que han luchado para llevar el sustento a su familia... que se han juntado para orarte...que han hecho miles de veces la señal de la cruz, su esperanza.... ¡Cuánto te aman sus corazones, Señor!
Ellos reciben con devoción la santa unción.... mi corazón siente sus latidos confiados...estamos haciendo algo grande, algo hermoso...Dios está presente, su consuelo y su ternura están presentes..... ellos no dejan de darme gracias continuamente.... acabamos... me despido devolviéndoles la sonrisa que me han regalado desde que entré en su habitación.... y mientras salgo oyendo su agradecimiento....pienso.... "GRACIAS a vosotros.... vuestra fe... vuestra constancia.... vuestra sencillez ante las cosas de Dios.... me hacen bien y sostienen la mía! GRACIAS A VOSOTROS!"
Esta mañana estuve de visita a la residencia de ancianos donde celebro la eucaristía cada sábado... fui a administrar la unción de enfermos a un matrimonio muy mayor que ya están muy delicados.... el ver sus caras cuando me vieron entrar, la sonrisa en sus rostros curtidos por los años... esos ojos que miran radiantes porque viene a verlos el sacerdote... bienvenido, muchas gracias, muchas gracias me repetían continuamente.... muchas gracias....
Gracias a ustedes por acogerme en su habitación y permitirme rezar un poquito con ustedes... les explico que vengo a ofrecerles la unción de los enfermos... que es un sacramento de vivos y ara la vida... que es un sacramento de salud, de fortaleza no una unción extrema para dar el pasaporte a la otra vida.... vengo a rezar con vosotros para pedirle fortaleza al Señor en estos momentos de vuestra vida que lleváis el peso de los años en vuestros cuerpos y para sostener la fe y la esperanza de que el Señor está cerquita de vosotros, os ama y os quiere bendecir con su gracia... ¿queréis que recemos juntos un ratio y recibir esta santa unción, familia? Sí, padre claro...muchas gracias! con una sonrisa de oreja a oreja.... y procedemos a la unción.... mientras hago la señal de la cruz sobre la palma de sus manos con el óleo de los enfermos y rezo la oración prevista pienso... Señor tu conoces bien estas manos gastadas por el trabajo, manos que han acariciado con ternura que han luchado para llevar el sustento a su familia... que se han juntado para orarte...que han hecho miles de veces la señal de la cruz, su esperanza.... ¡Cuánto te aman sus corazones, Señor!
Ellos reciben con devoción la santa unción.... mi corazón siente sus latidos confiados...estamos haciendo algo grande, algo hermoso...Dios está presente, su consuelo y su ternura están presentes..... ellos no dejan de darme gracias continuamente.... acabamos... me despido devolviéndoles la sonrisa que me han regalado desde que entré en su habitación.... y mientras salgo oyendo su agradecimiento....pienso.... "GRACIAS a vosotros.... vuestra fe... vuestra constancia.... vuestra sencillez ante las cosas de Dios.... me hacen bien y sostienen la mía! GRACIAS A VOSOTROS!"