"No es excusa, pero... hay que comprender" Cuando nos 'libramos' de la formación de los años 50

Viqui Molins
Viqui Molins

"Voy a dar mi humilde opinión. La de una monja que me considero educada en un mundo 'culturalmente alto' y que tengo 87 años"

"No puedo negar el fallo tremendo de la educación en ese campo: el de la afectividad y la sexualidad que, por ser tabú, se convirtió en un peligro para todos. Esa actitud se prolongó bastantes años"

"Al entrar muy jóvenes, y con la ignorancia que en aquellos tiempos era "virtud" o eso parecía, puede ser que nos convirtiéramos, sin querer en 'pobres muchachas'"

Sin ánimo ninguno de polémica, sin querer responder directamente a González Faus o las mujeres que se sintieron heridas por lo de "pobre muchacha" entre otras cosas... voy a dar mi humilde opinión. La de una monja que me considero educada en un mundo "culturalmente alto" y que tengo 87 años. 

Fue en el año 1956 cuando, a mis 19 años, decidí entrar en la Compañía de Santa Teresa a la que debo todo, entre otras cosas la formación elevada que he recibido en muchos de los ámbitos de saber y del comprender. Pero no puedo negar el fallo tremendo de la educación en ese campo: el de la afectividad y la sexualidad que, por ser tabú, se convirtió en un peligro para todos. Esa actitud se prolongó bastantes años

Tengo un amor grande a la Compañía de Jesús, vinculada a ella desde mi infancia (mi padre había sido novicio y junior jesuita antes de casarse con mi madre), mis hermanos, sobrinos y sobrinos nietos se han educado con los jesuitas y yo me confesé con ellos siempre antes de entrar en la Compañia de Santa Teresa. Y fue precisamente un jesuita  el que, al preguntarle si iba a hacer voto de castidad o de virginidad, me contestó con una metáfora ininteligible de "un confrecito lleno de tesoros que le entregaba a Dios sin saber qué le daba". Verídico y tan peligroso como sólo yo puedo saber lo que fue para mí, cuando el cofrecito... se abrió.

Viqui Molins hoy
Viqui Molins hoy

Al entrar muy jóvenes, y con la ignorancia que en aquellos tiempos era "virtud" o eso parecía, puede ser que nos convirtiéramos, sin querer en "pobres muchachas". Yo puedo decir que tuve la suerte de convertirme en autodidacta del tema a base, eso sí, de mucho sufrimiento. Pero no todos o todas somos iguales, no  tenemos una formación y cultura igual.

Ahora bien, lo que nos pasaba a nosotras, las "monjas" educadas en el "nacional catolicismo", debía de ocurrirles de modo semejante a los hombres. Y  se encontrarían en situaciones peligrosas. Con esto no los justifico, ni mucho menos, pero intento entender a quien hay que "culpar",  si es que hay que culpar a alguien... ¿Formadores de nosotras y de ellos que a su vez habían recibido una formación inadecuada? Sólo  sé que, cuando Cristina Kaufman llegó a Mataró y "cambió" en unos años el estilo de esa comunuidad carmelitana, lo primero que dijo que necesitaban era cultura. Y se dedió a ello en cuerpo y alma.

Y, en cuanto a juzgar, cada día me atrevo menos. Ayer, hablando con un hombre que carga sobre sus espaldas uno de los crímenes más aboninados por toda España, no sé que sentí de repente ante una de sus palabras de angustia y de necesidad de Dios... y me dije a mi misma: yo estoy delante de un asesino... pero, para el corazón de Dios qué es este hombre, cuando Jesús dijo que venía a buscar el que estaba perdido?

Os entiendo a todas y a todos. Me repugna la prepotencia con la que sufren o hemos sufrimos las mujeres, por causa de los hombre y en este caso de los que utilizan sus "superioridad" para su placer,  pero de tantos años al lado de los que tienen la etiqueta de "delincuentes", no sé què me ha pasado que se me ha contagiado algo de Jesús... Para unas, para otros y para mí, sobre todo.

¿Verdad que me habéis entendido?

Jesús y la adúltera
Jesús y la adúltera

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