Teresa de Avila "RELLENE EL IMPRESO DE INTERNET..."

Los nuevos analfabetos

Son demasiados los casos que se repiten. Casos como el siguiente: acaba de salir de la cárcel después de cumplir una condena de veinte años. Al entrar era muy joven, llevaba una vida desordenada y sin formación. En la cárcel no ha hecho gran cosa a este respecto. 

Al salir, su desorientación es grande. Podemos imaginarlo. Los cambios que se han producido en estos años son grandes. Sobre todo en el aspecto de los medios de comunicación y las redes sociales. Cuando intenta arreglar su situación y acude a alguna ventanilla administrativa, la respuesta le deja una desorientación grande. Ha decidio presentarse, porque por teléfono, llamando un con móbil que le ha dejado un compañero de la pensión, no acababa d entenderse: "Si quiere tal cosa, marque el 1, si quiere tal otra marque el 2..." Eso de hablar con un aparato le ha resultado demasiado difícil y ha decido personarse en las oficinas. Pero el resultado es tan desolador como el del teléfono. Que lo busque por internet, "que no tengo", que vaya a una Biblioteca pública y pida un ordenador, "que yo no sé de eso..." 

Estaba tan desesperado  que quería volver a delinquir para regresar a la cárcel. Le resultaba muy difícil vivir en un tipo de sociedad para la que no estaba preparado. En fin, ha acudido a un antiguo preso que estaba en su módulo y ayudaba a todos los que tenían dificultades para rellenar impresos o redactar solicitudes. Y ha sido este señor el que me ha llamado para ver si en el Hospital dde Campanya de Santa Anna le podíamos ayudar. 

Por supuesto que así se ha hecho. Pero, ¿no es triste que una persona llegue a ese estado de desesperación ante una ayuda necesaria de la Administración o de los Servicios sociales?

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