Esos africanos, negros, sin papeles y pobres, también son Emmanuel

El dilema de José es también el nuestro

Tenemos los hechos, tenemos unos criterios para el discernimiento, es ahora el momento de actuar.… El proceso siempre concluye de igual modo: por sus obras conoceréis…

Badalona. Personas desalojadas bajo un puente
Badalona. Personas desalojadas bajo un puente

A primeras horas de la mañana se inicia un gran despliegue policial para ejecutar el desahucio del antiguo instituto B9 en el barrio de Sant Roc de Badalona. 400 personas van a ser agredidas por la “autoridad”, con el beneplácito de una parte significativa de la vecindad. La razón es sencilla: la mayoría son africanos, negros, sin papeles y pobres. La operación ha sido un éxito. Ni las protestas antirracistas, ni la presencia de la prensa han servido para reprimir semejante exabrupto inhumano en pleno invierno. El alcalde ha cumplido su promesa. Estos ilegales, sucios y peligrosos tendrán que deambular por las calles, acampar en las plazas o refugiarse bajo un puente. Eso ya no importa. Misión cumplida (de momento), y feliz Navidad. 

No es difícil comprender como 400 personas se han ido hacinando en una instalación precaria y sin condiciones de habitabilidad, a lo largo de los dos últimos años. Las políticas sistemáticas de desalojos sin alternativa ocupacional y sin ayudas municipales han sido las que han propiciado, la peregrinación de pequeños grupos hacia el B9, hasta alcanzar la suma que ahora nos espanta. Mientras tanto cerca de 500.000 pisos están vacíos en Cataluña, protegidos por el “sacro santo derecho de la propiedad privada” y la especulación.

Desalojo en Badalona
Desalojo en Badalona | Efe

Los agredidos se irán dispersando. En pocos días la noticia dejará de serlo y el olvido será general. Ellos, los sin nombre, sumarán una nueva cicatriz en su maltratado cuerpo y tratarán de reanimar su dignidad herida por enésima vez. Es difícil imaginar de dónde sacan tanta fortaleza, y la tan necesaria paciencia, para seguir en pie y sobrevivir, sin “devolver mal por mal”, ni buscar alternativas delictivas ni violentas frente al odio, la mentira y la demagogia de quienes deberían proteger sus derechos humanos antes en sus países de origen y ahora en estas tierras, tan de ellos como nuestras.

De momento cobijados del agua y el frío, pasarán unas semanas bajo un puente, todavía amenazados por la autoridad municipal y la policía: unos podrían ser expedientados y expulsados del país y otros trasladados al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona. 

---------. ----------------------. ------------

Frente a quienes reivindican la fe católica únicamente como tradición; frente a quienes acuden al catolicismo como seña de identidad cultural (con más ideología que con fe); frente a quienes celebran la Navidad de las luces y el consumo, sin pesebre y sin los pobres…, propongo una lectura creyente de estos acontecimientos y de otros muchos similares (explotación y salarios vergonzantes, malos tratos y discriminación de las mujeres, abusos de menores, barrios sin asfalto y sin suministro eléctrico…). Una lectura humanizadora y profética… que haga justicia, entre otras cosas, al Evangelio que dio origen a la Navidad.

---------. ----------------------. ------------

“Mientras pensaban en estas cosas, 

un ángel del Señor le dijo en sueños: 

José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, 

porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo…” 

El relato del nacimiento de Jesús, profundamente simbólico, más allá de su historicidad, se transforma a los ojos de la fe, en una oportunidad para la reflexión y el discernimiento.

El evangelio de Mateo señala que el niño de María llegó sin cálculos, sin previsión ni iniciativa humana; ¡llegó y basta!, porque así es la vida misma en no pocas ocasiones: llega y acampa entre nosotros. Algunos la rechazamos como una amenaza, otros, por el contrario, la acogen como un regalo.  

El dilema de José, las dudas del esposo ofendido y desorientado frente al embarazo de María, es también el nuestro. Lo desconocido, los prejuicios, la desnudez y la pequeñez de quienes llegan de otros pueblos y de otras culturas, desvalidos y sin nada, introducen en nuestro interior incertidumbre y miedo. Triste es ver a quienes deberían ser servidores de lo público azuzar el conflicto y el rechazo a los demás, ante experiencias intensas, complejas y abrumadoras. Más triste es todavía comprobar que hay, quien aprovecha políticamente estos acontecimientos para sacar rédito electoral con agresividad y arrogancia.

Sueño de José
Sueño de José

Superado el shock inicial, el joven campesino de Nazaret, aparcó la razón de la sin razón y acudió a la fuerza del corazón. Era bueno y justo, el orgullo y los privilegios del varón le habían cegado. Profundamente enamorado de María,, de Dios y de la vida aparcó la ley y su interpretación partidista y se decidió por la compasión y la misericordia. Esas cosas que solo se ven con el corazón le llenaron de alegría y paz interior. ¡Menudo cambio! Dios había conseguido lo imposible: donde veía ofensa encontró el perdón, donde suponía humillación encontró el amor. Y, y profundamente humanizado, eligió no repudiar sino acoger y proteger, a la mujer y al niño. José nos muestra aquí la verdadera justicia de Dios y de los hombres: la vida humana, el hombre y la mujer vengan de donde vengan, con el color de piel que la naturaleza pinta cada rostro al nacer, son el don sagrado inalienable que ni la ley, ni el derecho a la propiedad privatizada pueden despreciar, ni sacrificar. Y esto sirve para ser aplicado en Badalona y en cualquier otro rincón de ésta y de toda la tierra.

“… y tú le pondrás por nombre Emanuel, 

que significa Dios-con-nosotros”.

Acudiendo a la mitología o la teología narrativa, o como mejor os parezca, el relato de Mateo nos proporciona una pista de actuación muy interesante.

Tenemos los hechos, tenemos unos criterios para el discernimiento, es ahora el momento de actuar. Así funciona el diálogo con el espíritu cuando acudimos a él los creyentes. El proceso siempre concluye de igual modo: por sus obras conoceréis si son discípulos del Maestro, o por el contrario charlatanes que llegan de aquí y de allí diciendo esto o lo otro (y de los que Jesús advirtió a sus seguidores: ¡No vayáis tras ellos! Lucas 17,22)

La intervención del ángel le da a José la clave. Ha de poner nombre al niño, es decir: ha de hacerlo hijo suyo, darle todo lo que es y lo que tiene, será su primogénito y su heredero. Esta es la verdadera prueba de paternidad: abrazarlo con ternura hasta hacerlo parte de su historia e integrarlo en su familia. Y lo consiguió: desde entonces Jesús será conocido como hijo suyo, el hijo del carpintero y como parte de su familia: “No se llama su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Acaso no están todas sus hermanas aquí con nosotros? Mateo 13, 55-56.

El nombre que los evangelios indican a José para su hijo, en su doble acepción, es más que un nombre; es un paradigma, un proyecto, una esperanza para todos los que “crean en su nombre”, es decir para todos los que lo hagan suyo.

José
José

Jesús indica el propósito de su vida, la visión y los valores que le acompañarán en su pericia humana como “uno de tantos”. Ejerció su “reinado” luchando contra el pecado y a favor de sus víctimas. Su lucha contra la opresión y su cercanía con los más vulnerables (los señalados como pecadores, las mujeres abusadas y condenadas por leyes profundamente machistas, los enfermos, los impuros…) . Su nombre Jesús, que significa Dios salva, le enfrentó abiertamente a quienes ejercía de “salvadores” del pueblo y de la patria oprimiendo y enfrentando a unos contra otros. José puso nombre a Jesús, le aceptó como era y finalmente le descubrió ejerciendo de Salvador. Lo que significa rescatando y dando vida nueva a las víctimas de todos los opresores.

Emmanuel,no es otro nombre sino el significado más profundo de la primera acepción. Emmanuel pone el acento en la esencialidad de su misión salvadora, significa “Dios-con-nosotros”. Según el nombre que el ángel le indicó a José, el niño que va a nacer será Dios mismo. Acampado entre nosotros (Juan 1,14): bajo el puente de Badalona, en los territorios bombardeados por Israel en Gaza, en los campos de refugiados de todas las miserias y todas las guerras que siguen asesinando a seres humanos inocentes y destrozando el Planeta.

… esos africanos, negros, sin papeles y pobres, 

también son Emmanuel.

Ha llegado el momento de conocerles, contemplar su mirada, rozar su piel, compartir el pan y la fiesta y ponerles nombre propio. Esta es la Buena y Feliz Navidad: ¡Todos tenemos el mismo nombre! ¡todos somos Emmanuel!

Poner nombre a las personas es reconocerlas en su identidad más profunda, acogerlas como únicas en medio de la inmensa diversidad en la que surge y se desarrolla la vida humana, en esta hermosa tierra que nos acoge a todos. 

Este es el Evangelio de Jesucristo. Dios está con nosotros: en medio de nuestras limitaciones y conflictos, entre nuestras incertidumbres y miedos. Dios está con nosotros: en los necesitados de liberación, de justicia y de paz. En boca del mismo Jesús lo ponen los evangelios: dando de comer al hambriento, vistiendo al desnudo, procurando vivienda digna a los sin techo (u ocupas), atendiendo a los enfermos y liberando a los oprimidos por el mal… con Él mismo lo hacemos (Mateo 25). Y dice más: ¡venid benditos de mi Padre! es decir: en el ejercicio de la compasión está en juego la suerte y el futuro mismo de la humanidad. Dejar de hacerlo, nos traslada a las antípodas de la humanización. Atrapados en el egoísmo y sin entrañas, nuestra existencia se asemeja más a la vida de las bestias del campo que al desarrollo humano del que tanto presumimos.

José despertó e hizo lo que le había dicho el ángel… 

y acogió a la mujer y al niño.  

Lo que creía una pesadilla fue un sueño maravilloso… solo tuvo que abrir su corazón. Lo hizo y encontró la luz y la paz. Esto mismo puede suceder con nosotros. Todos nuestros sueños, todos los anhelos y esperanzas de la humanidad, todas nuestras utopías, pasan por poner nombre propio y digno a las personas. La migración, los migrantes dejarán de ser una amenaza cuando les pongamos nombre, estirpe y familia entre nosotros, vengan de donde vengan.

Poner nombre propio al niño de María, darle su mismo linaje, incorporarlo a su familia… no privó a José de tener que buscarle un hogar digno, huir de quienes querían asesinarlo, volver a su tierra, acompañarlo, respetar su proceso y en su proyecto personal… Esta misma historia puede suceder entre nosotros, si nos atrevemos a superar miedos y poner nombre a cada persona, en cada lugar y en el momento que llega a nuestras vidas.

Desahuciados
Desahuciados

Hazte socio/a y te regalamos la edición digital del nuevo libro de Quique, Bienaventurados los ricos.
Religión Digital es un proyecto independiente, en manos de sus socios, colaboradores, anunciantes y amigos. Solo con tu ayuda podemos seguir haciendo realidad la Iglesia de Jesús. Por una Iglesia mejor informada.
HAZTE SOCIO/A AHORA

También te puede interesar

Lo último

stats