El Papa advierte del "anhelo de poseer, la sed de ganancia y poder, el pensar solo en nosotros mismos" Francisco pide "un gran aplauso para todos los abuelos del mundo"

Ángelus del Papa
Ángelus del Papa

"Quien encuentra el tesoro tiene un corazón creativo y buscador, que no repite sino que inventa, rastreando y recorriendo calles nuevas, que nos llevan a amar a Dios, a amar a los otros, a amarnos verdaderamente a nosotros mismos”

"Jesús se propone involucrarnos en la construcción del Reino de los cielos"

El Pontífice aplaude el acuerdo para una nueva tregua en Ucrania

"Les invito a hacer un gran aplauso a todos los abuelos del mundo". La estabilización del coronavirus en Italia, y las buenas temperaturas, hicieron que el último Angelus de julio del Papa Francisco fuera el más concurrido desde que comenzara la pandemia. Desde su ventana en el palacio apostólico, Bergoglio pronunció la oración mariana ante varios cientos de fieles, todos ellos provistos de la preceptiva mascarilla. Muchos de ellos, además, con paraguas para evitar el impacto del sol romano.

En su reflexión de este domingo, Francisco incidió en tres de las últimas parábolas de Jesús: la del tesoro escondido en el campo, la de la perla preciosa y la de la red lanzada al mar, y “en la reacción del que encuentra la perla o el tesoro”.

“Jesús se propone involucrarnos en la construcción del Reino de los cielos, presentando una característica esencial: se adhieren completamente al Reino aquellos que están dispuestos a jugarse todo.”, como los protagonistas de las parábolas, que “venden todo lo que tienen, abandonando así sus seguridades materiales”.

Hombres disponibles

“De esto se entiende que la construcción del Reino exige no solo la gracia de Dios, sino también la disponibilidad activa del hombre”, subrayó el Papa, quien destacó la alegría de haber “encontrado el tesoro”. "Es necesaria la disponibilidad", señaló. "Son gestos realizados con alegría, porque ambos han encontrado el tesoro".

Y eso es a lo que estamos llamados, a convertirnos “en buscadores sanamente inquietos del Reino de los cielos”, abandonando “la carga pesada de nuestras seguridades mundanas que nos impiden la búsqueda y la construcción del Reino: el anhelo de poseer, la sed de ganancia y poder, el pensar solo en nosotros mismos”

Los fieles, en San Pedro
Los fieles, en San Pedro

“El Reino de los cielos -completó Bergoglio- es el contrario de las cosas superfluas que ofrece el mundo, es el contrario de una vida banal: es un tesoro que renueva la vida todos los días y la expande hacia horizontes más amplios”, y quien lo encuentra, añadió, “tiene un corazón creativo y buscador, que no repite sino que inventa, rastreando y recorriendo calles nuevas, que nos llevan a amar a Dios, a amar a los otros, a amarnos verdaderamente a nosotros mismos”. 

Tras el rezo del Angelus, invitó a los jóvenes "a cumplir un gesto de ternura con los ancianos, sobre todo con los que están más solos". "Queridos jóvenes, cada uno de estos ancianos es vuestro abuelo. No los dejen solos. usen la fantasía del amor: llámenlos, videollamadas, escúchenlos y, donde sea posible, en el respeto de las normas de sanidad, vayan a  verlos. Ellos son nuestras raíces". También, el Pontífice aplaudió el acuerdo para una nueva tregua en Ucrania.

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