El Papa recuerda su viaje y vuelve a denunciar "las ideologías que amenazan a los pueblos intentando borrar su historia y sus tradiciones" Francisco: "Tenemos que dar la cara ante nuestros dolores y nuestros pecados. También en Canadá"

Audiencia del Papa Francisco sobre Canadá
Audiencia del Papa Francisco sobre Canadá

"La motivación principal era la de encontrar a las poblaciones originarias para expresarles mi cercanía y mi dolor y pedir perdón por el daño que les hicieron aquellos cristianos, incluidos muchos católicos, que en el pasado colaboraron en las políticas de asimilación forzada y liberación de los gobiernos de la época"

"Memoria, reconciliación, y finalmente sanación", objetivos del viaje de Bergoglio a Canadá

La Iglesia está "llamada a ser una tienda abierta, espaciosa y  acogedora, la tienda de la reconciliación y de la paz"

"La mentalidad colonizadora se presenta hoy bajo varias formas de colonizaciones ideológicas, que amenazan a las tradiciones, la historia  y los vínculos religiosos de los pueblos, aplanando las diferencias, concentrándose solo en el presente y  descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles"

"Tenemos que dar la cara ante nuestros dolores y nuestros pecados. También en Canadá. En un símbolo de nuestros tiempos". Tal  como había anunciado en el Angelus, Francisco recordó su "peregrinación penitencial" a Canadá, "un viaje diferente a los otros", hasta 37 internacionales hasta la fecha, en estos nueve años de Pontificado.

En esta ocasión, tal y como explicó, "la motivación principal era la de encontrar a las poblaciones originarias para expresarles mi cercanía y mi dolor y pedir perdón por el daño que les hicieron aquellos cristianos, incluidos muchos católicos, que en el pasado colaboraron en las políticas de asimilación forzada y liberación de los gobiernos de la época". 

Discurso del Papa en la audiencia
Discurso del Papa en la audiencia

Un cambio de mentalidad

En este sentido, el Papa apuntó que "en Canadá se ha iniciado un recorrido para escribir una nueva página, una página importante, del camino que desde hace tiempo la Iglesia está realizando junto a los pueblos indígenas", un "camino de reconciliación y de sanación, que presupone la conciencia histórica, la escucha de los supervivientes, la toma de conciencia y sobre todo la  conversión, el cambio de mentalidad".

"De esta profundización resulta que, por un lado, algunos hombres y mujeres de Iglesia han estado entre los más decididos y valientes defensores de la dignidad de las  poblaciones autóctonas, poniéndose de su lado y contribuyendo al conocimiento de sus lenguas y culturas; pero, por otro lado, lamentablemente no han faltado los que han participado en programas que  hoy entendemos que son inaceptables y contrarios al Evangelio", recalcó. 

Lectura de los saludos en distintos idiomas
Lectura de los saludos en distintos idiomas

Las grandes etapas de la peregrinación fueron tres: la primera, en Edmonton, en la parte occidental  del país. La segunda, en Quebec, en la parte oriental. Y la tercera en el norte, en Iqaluit. En los tres casos, se encontró con los principales grupos indígenas del país, subrayando el derecho y la obligación de hacer "una buena memoria de la historia milenaria de estos pueblos, en armonía con su tierra, y la memoria dolorosa de los abusos sufridos, también en las escuelas residenciales, a causa de las políticas de  asimilación cultural".

Junto a la memoria, la reconciliación, logrando que "el dolor se transforma en amor, la muerte en vida, la desilusión en esperanza, el abandono en comunión, la distancia en unidad", y la Iglesia, entonces sí, será de nuevo "llamada a ser una tienda abierta, espaciosa y  acogedora, la tienda de la reconciliación y de la paz".  

La soledad del Papa en el lago de Santa Ana
La soledad del Papa en el lago de Santa Ana

Memoria, reconciliación y sanación

"Memoria, reconciliación, y finalmente sanación", concluyó el Papa, recordando el momento de oración en la orilla del lago Santa Ana. "De este recorrido de memoria, reconciliación y sanación brota la esperanza por la Iglesia, en  Canadá y en todos los lugares", recalcó, volviendo a subrayar cómo el camino junto a los pueblos indígenas "ha constituido la espina dorsal de este viaje apostólico".

Un viaje en el que Francisco, en varias ocasiones, denunció "cómo la mentalidad colonizadora se presenta hoy bajo varias formas de colonizaciones ideológicas, que amenazan a las tradiciones, la historia  y los vínculos religiosos de los pueblos, aplanando las diferencias, concentrándose solo en el presente y  descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles", al tiempo que llamó a "recuperar un sano  equilibrio, una armonía entre la modernidad y las culturas ancestrales, entre la secularización y los valores  espirituales".

Ucrania y Líbano

En su saludo a los fieles polacos, el Papa quiso agradecer al país su ayuda a Ucrania, y les pidió que recen por la paz en todo el mundo, y especialmente en el país. Al tiempo, también recordó el segundo aniversario de la explosión del puerto de Beirut, que se cumple mañana. "Rezo por el querido pueblo libanés, por la justicia y la verdad", apuntó, recordando que el país es "un territorio de paz".

"Mi pensamiento va, como de costumbre, a los ancianos, a los enfermos, a los jóvenes, a los recién casados", concluyó. 

Fieles en la audiencia con el Papa
Fieles en la audiencia con el Papa

Saludo en castellano:

Queridos hermanos y hermanas: 

Hoy quisiera compartirles algunas de las experiencias que viví en el Viaje apostólico a  Canadá. El lema del viaje fue “Caminar juntos”, y quise realizarlo como una peregrinación  penitencial, para pedir perdón a los pueblos indígenas por lo que sufrieron a causa de tantos cristianos,  y entre ellos muchos católicos. Fue un camino recorrido en tres grandes etapas: Edmonton, Quebec e  Iqaluit; y en este itinerario se dieron tres pasos: la memoria, la reconciliación y la sanación, que son  posibles gracias al encuentro con Cristo, nuestra esperanza.  

Ante las ideologías que amenazan a los pueblos intentando borrar su historia y sus tradiciones,  la Iglesia se siente interpelada. Su misión en el mundo es anunciar el Evangelio y construir la unidad respetando y valorando la diversidad de cada pueblo y cada persona. Para esta misión, un binomio clave es la relación entre los ancianos y los jóvenes, un diálogo entre la memoria y la profecía que  puede edificar un mundo más fraterno y solidario.  

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Los invito a seguir “caminando  juntos” y a estar atentos a los signos de los tiempos. Así podremos descubrir —como los discípulos  de Emaús— al mismo Jesús, que se acerca y camina con nosotros, que nos hace arder el corazón con  su Palabra y parte para nosotros el Pan. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

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