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"Cada uno de nosotros tiene su propia historia, sus propios pecados", explica e Papa
Pecadores sí, corruptos no. Francisco reflexionó esta mañana, en la misa de Casa Santa Marta, sobre el pasaje evangélico en el que Jesús libera a una mujer de ser apedreada por los doctores de la Ley. “Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
Antes, Francisco dedicó la misa de hoy a “tanta gente que no logra reaccionar, que están asustados ante esta pandemia. Que el Señor les ayude a levantarse y reaccionar por el bien de toda la sociedad y la comunidad”.
En su homilía, Bergoglio reflexionó sobre la experiencia de las dos mujeres de las lecturas de hoy. Una mujer inocente, acusada falsamente, y una mujer pecadora. Ambas, condenadas a muerte. “Algún padre de la Iglesia veía en ellas una figura de la Iglesia, santa pero también con hijos pecadores. La Iglesia es la 'casta meretrix'”, recordó.
Junto a ellas, dos grupos de personas, “de hombres, muy cercanos al servicio de la Iglesia: los jueces y los maestros de la ley”. “No eran eclesiásticos, pero estaban al servicio de la Iglesia, en el tribunal y la enseñanza de la ley. Los primeros acusaban a Susana, corruptos, jueces corruptos, una figura emblemática en la historia”, explicó el Papa, mientras que “los doctores de la ley no eran corruptos, pero eran hipócritas”.
“Una mujer cayó en manos de los corruptos, y otra de los hipócritas. No había salida”, señaló. O sí: confiarse a Dios. “¿Qué hace el Señor con estas personas?”, preguntó el Papa.
“A la mujer inocente la salva, hace justicia. A la mujer pecadora, la perdona. A los jueces corruptos, los condena. A los hipócritas, los ayuda a convertirse”
.
Perdón y misericordia. Pero, atención: “A los corruptos Dios no los perdona, simplemente porque el corrupto es incapaz de pedir perdón, ha ido más allá. La corrupción quita la capacidad de avergonzarse, pedir perdón. El corrupto va delante, destruye, se ha puesto en el lugar de Dios”.
“Cada uno de nosotros tiene su propia historia, sus propios pecados. Y si no los recuerda, piense un poco, los encontrará. Dale gracias a Dios que los encuentras, porque si no eres un corrupto”, explicó el Pontífice, quien pidió que “miremos al Señor que hace justicia, pero es tan misericordioso. No nos avergoncemos de estar en la Iglesia, avergoncémonos de ser pecadores. Demos gracias a Dios de no ser corruptos, de ser pecadores”.
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