Bergoglio arremete contra "un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica  convivencia de ideas y culturas diversas" El primer grito del Papa en Bagdad: "¡No más violencia, extremismos, facciones, intolerancias!"

Francisco, junto al presidente de Irak y su esposa, en el palacio presidencial de Bagdad
Francisco, junto al presidente de Irak y su esposa, en el palacio presidencial de Bagdad

"En las últimas décadas, Irak ha sufrido los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y  conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica  convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas. Todo esto ha traído  muerte, destrucción, ruinas todavía visibles, y no sólo a nivel material"

"No más violencia, extremismos, facciones, intolerancias; que se dé espacio a todos los ciudadanos  que quieren construir juntos este país, desde el diálogo, desde la discusión franca y sincera, constructiva;  a quienes se comprometen por la reconciliación y están dispuestos a dejar de lado, por el bien común, los  propios intereses"

"Es necesario combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad,  pero no es suficiente. Se necesita al mismo tiempo edificar la justicia, que crezca la honestidad y la  transparencia, y que se refuercen las instituciones competentes"

"Vengo como penitente que pide  perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en  nombre de Cristo, Príncipe de la Paz. ¡Cuánto hemos rezado en estos años por la paz en Irak!"

"La religión, por su naturaleza, debe estar al servicio de la paz y la fraternidad. El nombre de Dios  no puede ser usado para «justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión»"

"Se trata de que salgamos de este tiempo de prueba mejores que antes; de que  construyamos el futuro en base a lo que nos une, más que en lo que nos divide"

"Dios escucha, escucha siempre. Depende de nosotros que lo escuchemos a Él y caminemos por sus sendas. Que callen  las armas, que se evite su proliferación, aquí y en todas partes"

"Hoy, Irak está  llamado a mostrar a todos, especialmente en Oriente Medio, que las diferencias, más que dar lugar a  conflictos, deben cooperar armónicamente en la vida civil". El camino del Papa Francisco por las calles de Bagdad es solitario. A bordo de un coche blindado, rodeado de la guardia presidencial a caballo (con bandera vaticanas e iraquíes), Bergoglio no encuentra apenas fieles a los que saludar. Las calles están desiertas, por el toque de queda. Pero el Papa sabe que el mundo está pendiente de cada una de sus palabras.

Y Bergoglio no defraudó. En su primer discurso ante las autoridades y representantes de la sociedad civil iraquí, tras encontrarse con el presidente Salih, Bergoglio resumió todos los temas capitales de su viaje al país: la lucha contra el extremismo, las religiones como factor de paz, la fraternidad humana, el desarrollo de todos, vacunas para todos, el deseo de paz y reconciliación del país, la tarea de la comunidad internacional, el flagelo de la corrupción o la presencia de los cristianos en el país.

Francisco pasea por las calles desiertas de Bagdad
Francisco pasea por las calles desiertas de Bagdad

El Papa comenzó mostrando su alegría por "poder venir a esta tierra, cuna de la civilización que está estrechamente ligada —por  medio del Patriarca Abrahán y numerosos profetas— a la historia de la salvación y a las grandes  tradiciones religiosas del judaísmo, del cristianismo y del islam". 

En su primer discurso en el país, Bergoglio resumió todos los temas capitales de su viaje al país: la lucha contra el extremismo, las religiones como factor de paz, la fraternidad humana, el desarrollo de todos, vacunas para todos, el deseo de paz y reconciliación del país, la tarea de la comunidad internacional, el flagelo de la corrupción, la presencia de los cristianos iraquíes

"Vengo como peregrino para animarlos en su testimonio de fe, esperanza y caridad en  medio de la sociedad iraquí", reiteró el Papa, quien también quiso saludar a los fieles de otras confesiones cristianas, miembros del islam y representantes de otras tradiciones religiosas. "Que Dios nos  conceda caminar juntos, como hermanos y hermanas", proclamó Francisco con palabras -que sonaban a reivindicación, horas antes de encontrarse con Al Sistani- del Documento sobre la fraternidad humana suscrito en Abu Dabi en febrero de 2019 y que Bergoglio ansía sea también firmado por la máxima autoridad chíi de Irak.

El Papa conversa con el presidente de Irak
El Papa conversa con el presidente de Irak

Vacunas para todos

No obvió Francisco el drama del coronavirus, que azota al país, hasta el punto de limitar cualquier contacto físico, y buscar espacios amplios, como el palacio presidencial, para los actos en Irak. "Mi visita se lleva a cabo en un tiempo en que el mundo entero está tratando de salir de la crisis por  la pandemia de Covid-19, que no sólo ha afectado la salud de tantas personas, sino que también ha  provocado el deterioro de las condiciones sociales y económicas, marcadas ya por la fragilidad y la  inestabilidad".

"Esta crisis -continuó el Papa- requiere esfuerzos comunes por parte de cada uno para dar los pasos necesarios, entre ellos una distribución equitativa de las vacunas para todos". Pero "no es suficiente; esta crisis es sobre  todo una llamada a «repensar nuestros estilos de vida […], el sentido de nuestra existencia»". Porque "se trata de que salgamos de este tiempo de prueba mejores que antes; de que  construyamos el futuro en base a lo que nos une, más que en lo que nos divide".

Junto al coronavirus, en las últimas décadas "Irak ha sufrido los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y  conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica  convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas". Los enemigos de la paz, que también son los enemigos del Papa Francisco.

Discurso del presidente de Irak
Discurso del presidente de Irak

Los yazidíes víctimas inocentes

"Todo esto ha traído  muerte, destrucción, ruinas todavía visibles, y no sólo a nivel material: los daños son aún más profundos si se piensa en las heridas del corazón de muchas personas y comunidades, que necesitarán años para  sanar", entre los que recordó especialmente a "los yazidíes, víctimas inocentes  de una barbarie insensata y deshumana, perseguidos y asesinados a causa de sus creencias religiosas, cuya  propia identidad y supervivencia se han puesto en peligro".

"Sólo si logramos mirarnos entre  nosotros, con nuestras diferencias, como miembros de la misma familia humana, podremos comenzar un  proceso efectivo de reconstrucción y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor, más justo y más  humano", añadió Bergoglio, haciendo una cerrada defensa de "la diversidad religiosa, cultural y étnica que ha caracterizado a la sociedad  iraquí por milenios" y que "es un recurso valioso para aprovechar, no un obstáculo a eliminar". 

Coexistencia, diálogo y respeto

Porque, afirmó el Papa, "la coexistencia fraterna necesita del diálogo paciente y sincero, salvaguardado por la justicia y el  respeto del derecho". "No es una tarea fácil: requiere esfuerzo y compromiso por parte de todos para  superar rivalidades y contraposiciones, y dialogar a partir de la identidad más profunda que tenemos, la de  hijos del único Dios y Creador", lo que ha de traducirse en "reconocimiento, respeto, derechos y protección" para todas las creencias religiosas.

"Una sociedad que lleva la impronta de la unidad fraterna es una sociedad cuyos miembros viven  entre ellos solidariamente", insistió Francisco, abogando por "gestos concretos de cuidado y de servicio, con particular atención a los más vulnerables y  necesitados". ¿Y quiénes son esos? "Pienso en quienes, a causa de la violencia, de la persecución y del terrorismo han perdido  familiares y seres queridos, casa y bienes esenciales. Pero también pienso en toda la gente que lucha cada  día buscando seguridad y medios para seguir adelante, mientras que aumenta la desocupación y la  pobreza".

"Pienso en quienes, a causa de la violencia, de la persecución y del terrorismo han perdido  familiares y seres queridos, casa y bienes esenciales. Pero también pienso en toda la gente que lucha cada  día buscando seguridad y medios para seguir adelante, mientras que aumenta la desocupación y la  pobreza"

Ante ellos, debemos "sabernos responsables", y "crear oportunidades concretas tanto en el ámbito económico y en el ámbito de  la educación, como también en el cuidado de la creación, nuestra casa común". "Después de una crisis no  basta reconstruir, es necesario hacerlo bien, de modo que todos puedan tener una vida digna. De una crisis  no se sale iguales que antes: se sale mejores o peores", repitió. 

Combatir la plaga de la corrupción

"Como responsables políticos y diplomáticos, ustedes están llamados a promover este espíritu de  solidaridad fraterna", subrayó el Santo Padre, quien insistió en que "es necesario combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad,  pero no es suficiente. Se necesita al mismo tiempo edificar la justicia, que crezca la honestidad y la  transparencia, y que se refuercen las instituciones competentes".

Y, para concluir, una petición de perdón, en nombre de toda la humanidad. "Vengo como penitente que pide  perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en  nombre de Cristo, Príncipe de la Paz. ¡Cuánto hemos rezado en estos años por la paz en Irak!", y un recuerdo a los intentos de Juan Pablo II, que "no escatimó iniciativas, y sobre todo ofreció oraciones y sufrimientos por esto".

"Y Dios escucha, escucha siempre. Depende de nosotros que lo escuchemos a Él y caminemos por sus sendas. Que callen  las armas, que se evite su proliferación, aquí y en todas partes", clamó. "Que se dé voz a los constructores, a los  artesanos de la paz, a los pequeños, a los pobres, a la gente sencilla, que quiere vivir, trabajar y rezar en  paz".

"No más violencia, extremismos, facciones, intolerancias; que se dé espacio a todos los ciudadanos  que quieren construir juntos este país, desde el diálogo, desde la discusión franca y sincera, constructiva;  a quienes se comprometen por la reconciliación y están dispuestos a dejar de lado, por el bien común, los  propios intereses".

Francisco, con el presidente de Irak
Francisco, con el presidente de Irak

Comunidad internacional y cristianos

En estos años, "Irak ha tratado de poner las bases para una sociedad democrática", para lo que, recordó, "es indispensable asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos, y  garantizar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Que ninguno sea considerado ciudadano  de segunda clase".

Respecto al papel de la comunidad internacional en la reconciliación de Irak, Francisco señaló su "rol decisivo que desempeñar en la promoción de la  paz en esta tierra y en todo el Oriente Medio", con un especial recuerdo en la situación de Siria: "Los desafíos interpelan cada vez  más a toda la familia humana".

"Estos requieren una cooperación a escala global para poder afrontar  también las desigualdades económicas y las tensiones regionales que ponen en peligro la estabilidad de  estas tierras", indicó, mostrando su gratitud a los Estados y a las Organizaciones internacionales que están "trabajando en Irak  por la reconstrucción y para brindar asistencia a los refugiados, a los desplazados internos y a quienes  tienen dificultades para regresar a sus propias casas, facilitando en el país comida, agua, viviendas,  atención médica y de salud, como también programas orientados a la reconciliación y a la construcción de  la paz".

Encuentro de los dos líderes en el palacio de Bagdad
Encuentro de los dos líderes en el palacio de Bagdad

"La religión, por su naturaleza, debe estar al servicio de la paz y la fraternidad. El nombre de Dios  no puede ser usado para «justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión»", repitió, citando de nuevo el texto de Abu Dabi. "También en Irak la  Iglesia católica desea ser amiga de todos y, a través del diálogo, colaborar de manera constructiva con las  otras religiones, por la causa de la paz", destacó, reclamando "su participación en la vida pública, como ciudadanos que gozan plenamente de derechos, libertad y  responsabilidad", que "testimoniará que un sano pluralismo religioso, étnico y cultural puede contribuir a la  prosperidad y a la armonía del país".

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