"No vine como turista, he venido como hermano, como peregrino, con espíritu penitencial" El Papa vuelve a pedir perdón a los indígenas por "las políticas opresivas e injustas" que sufrieron

El Papa, en su encuentro con los inuits
El Papa, en su encuentro con los inuits

Si he venido animado por estos deseos, regreso a casa mucho más enriquecido, porque llevo en el corazón el tesoro incomparable hecho de personas y de pueblos que me han marcado; de rostros, sonrisas y palabras que permanecen en mi interior; de historias y lugares que no podré olvidar; de sonidos, colores y emociones que vibran fuertes en mí"

"En un mundo que lamentablemente es tan a menudo individualista, ¡qué valioso es ese sentido de familiaridad y de comunidad que es tan genuino entre ustedes! ¡Y qué importante es cultivar bien el vínculo entre los jóvenes y los ancianos, y custodiar una relación sana y armoniosa con toda la creación!"

Francisco llama a "tejer una reconciliación que garantice los derechos de los más vulnerables y sepa mirar la historia sin rencores ni olvidos"

El Papa del fin del mundo llegó allá donde ningún otro pontífice se atrevió: apenas a 300 kilómetros del círculo polar ártico, donde se encontró con los Inuits (anteriormente conocidos como esquimales) para pedirles perdón por los abusos cometidos en nombre de un falso Evangelio. La tercera etapa de su 'peregrinaje penitencial', en Inqualit, que antes le llevó a Edmonton, y posteriormente a Quebec.

Un perdón en la distancia: "La inmensidad de esta tierra lleva a pensar en el largo camino de sanación y reconciliación que estamos afrontando juntos", subrayó el Pontífice, quien volvió a reiterar que "he venido a Canadá como amigo para encontrarme con ustedes, para ver, escuchar, aprender y apreciar cómo viven los pueblos indígenas de este país. No vine como turista".

"He venido como hermano, a descubrir en primera persona los frutos, buenos y malos, producidos por los miembros de la familia católica local a lo largo de los años", añadió. Pero también, "he venido con espíritu penitencial, para expresarles el dolor que llevo en el corazón por el mal que no pocos católicos les causaron apoyando políticas opresivas e injustas".

Encuentro del papa con los inuits
Encuentro del papa con los inuits

Finalmente, "he venido como peregrino, con mis limitadas posibilidades físicas, para dar nuevos pasos adelante con ustedes y para ustedes; para que se prosiga en la búsqueda de la verdad, para que se progrese en la promoción de caminos de sanación y reconciliación, para que se siga sembrando esperanza en las futuras generaciones de indígenas y no indígenas, que desean vivir juntos fraternalmente, en armonía".

Y una confesión: "Si he venido animado por estos deseos, regreso a casa mucho más enriquecido, porque llevo en el corazón el tesoro incomparable hecho de personas y de pueblos que me han marcado; de rostros, sonrisas y palabras que permanecen en mi interior; de historias y lugares que no podré olvidar; de sonidos, colores y emociones que vibran fuertes en mí".

"Me siento parte de vuestra familia"

"Realmente puedo decir que, durante mi visita, fueron sus realidades, las realidades indígenas de esta tierra, las que visitaron mi alma; entraron en mí y siempre me acompañarán", confesó el Papa, quien se atrevió a decir que "yo también me siento parte de vuestra familia, y me siento honrado".

"En un mundo que lamentablemente es tan a menudo individualista, ¡qué valioso es ese sentido de familiaridad y de comunidad que es tan genuino entre ustedes! ¡Y qué importante es cultivar bien el vínculo entre los jóvenes y los ancianos, y custodiar una relación sana y armoniosa con toda la creación!", subrayó el Pontífice, quien quiso volver a reivindicar el papel de la mujer, "y tres mujeres en particular".

Santa Ana, María, y "una tercera mujer de presencia afable que nos ha acompañado, y cuyos restos se conservan no lejos de aquí". Santa Catalina Tekakwitha. "La veneramos por su vida santa, pero, ¿no podríamos pensar que su santidad de vida, caracterizada por una entrega ejemplar en la oración y el trabajo, así como por la capacidad de soportar con paciencia y dulzura tantas pruebas, también fue posible por ciertos rasgos nobles y virtuosos heredados de su comunidad y del ambiente indígena en el que creció?".

"Estas mujeres pueden ayudar a unir, a volver a tejer una reconciliación que garantice los derechos de los más vulnerables y sepa mirar la historia sin rencores ni olvidos", finalizó el Papa, quien pidió que "ellas bendigan nuestro camino común, que intercedan por nosotros y por esta gran obra de sanación y reconciliación tan agradable a Dios".

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