Para Parolin, fue "hombre de diálogo, sereno en todas las circunstancias" Francisco: "Aldo Giordano tenía sincera pasión por el hombre y amor incondicional por la Iglesia"

Francisco y Aldo Giordano
Francisco y Aldo Giordano

Monseñor Aldo Giordano, 'desempeñó una solerte actividad diplomática y pastoral', con sabiduría y revelando sus dotes 'de mente y corazón', dando testimonio de 'sincera pasión por el hombre y amor incondicional por la Iglesia'

Son palabras tomadas del telegrama firmado por el Cardenal Parolin, en nombre del Papa Francisco, en el día en que se celebran las exequias de quien fuera, entre otros cargos, nuncio apostólico en Venezuela

El cardenal Pietro Parolin presidió la Misa con la celebración de las Exequias de Monseñor Aldo Giordano en la catedral de Cuneo, Italia

Parolin: "Fue un hombre amable, sabio, equilibrado, acogedor, con un gran corazón y una gran inteligencia, sereno en todas las circunstancias"

“Al conocer la noticia del fallecimiento de Monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico ante la Unión Europea, el Sumo Pontífice desea expresar a usted, a la hermana Bruna y a los otros familiares, así como a la Comunidad diocesana de Cúneo, su cercanía por el luto que ha afectado a cuantos lo han conocido y estimado”: comienza así el telegrama dirigido al Señor Angelo Giordano firmado por el Cardenal Secretario Pietro Parolin. 

En el día en que se celebran las exequias del prelado en la Catedral de su tierra natal, en el telegrama el Papa dice pensar “con ánimo agradecido en la celante vida sacerdotal y en el fiel servicio”, de tan “manso y generoso hombre de Iglesia”, quien prestara su servicio primero en las diócesis de cúneo y en el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas, luego en la Santa Sede como Observador permanente ante el Consejo de Europa. 

El Papa recuerda “con el mismo reconocimiento” la “solerte actividad diplomática y pastoral” que Monseñor Giordano llevó adelante como Nuncio Apostólico en Venezuela, y su último encargo en la Unión europea. Todos servicios que Monseñor Giordano "ha sabiamente” llevado a cabo, revelando “sus dotes de mente y de corazón” y dando testimonio de “sincera pasión por el hombre y amor incondicional a la Iglesia”. 

“Su Santidad – se lee aún en el telegrama firmado por Parolin – eleva al Señor fervientes oraciones de sufragio por el alma de este fiel servidor del Evangelio, para que lo reciba en la luz que no conoce el ocaso y, confiándolo a la materna intercesión de la Bienaventurada Virgen María, invoca para los familiares el apoyo de la esperanza cristiana”. 

Francisco envía la Bendición Apostólica “a cuantos lloran por la prematura desaparición”, a la que el mismo Parolin añade sus personales condolencias también “en nombre de toda la Secretaría de Estado, con un particular recuerdo ante el altar”.

Monseñor Giordano: "Hombre de diálogo, sereno en todas las circunstancias"

El cardenal Pietro Parolin presidió la Misa con la celebración de las Exequiasde Monseñor Aldo Giordano en la catedral de Cuneo, Italia. En su homilía, el purpurado recordó que al ver la vida del prelado Aldo Giordano, "no podemos dejar de sentir alegría y repetir las palabras, siempre ciertas, de San Agustín: Señor, no te preguntamos por qué nos lo quitaste, sino que te damos gracias por habérnoslo dado".
A primera hora de la tarde de hoy, 9 de diciembre, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, presidió la Santa Misa con la celebración de la Exequias del difunto Monseñor Aldo Giordano, quien fue, entre otros cargos, Nuncio Apostólico en Venezuela que se celebró en la catedral de Cuneo, repleta de fieles, y retransmitidos por el canal de YouTube de la diócesis.

El prelado falleció el pasado 2 dediciembre tras complicaciones derivadas del Covid-19, enfermedad contra la cual luchaba desde los primeros días de octubre, en Bruselas, Bélgica.

Aldo Giordano

Gracias por la vida de Monseñor Aldo Giordano

"Teníamos la esperanza de que pudiera salir de cuidados intensivos y recuperar gradualmente su salud. Muchos de nosotros rezamos por esta intención. Muchos, especialmente en Venezuela, se encomendaron a la intercesión del beato José Gregorio Hernández Cisneros", dijo el cardenal Parolin en su homilía, recordando que Monseñor Giordano presidió el rito de beatificación de este "médico de los pobres" el pasado 30 de abril en Caracas, como delegado del Papa, y señaló la figuara de este hombre como "Patrono de los tiempos difíciles" provocados por la pandemia del Covid-19.

Por otro lado, el Secretario de Estado del Vaticano, hizo hincapié en que al ver la vida del prelado Aldo Giordano, "no podemos dejar de sentir alegría y repetir las palabras, siempre ciertas, de San Agustín: Señor, no te preguntamos por qué nos lo quitaste, sino que te damos gracias por habérnoslo dado". 

"La suya fue una vida verdaderamente buena", destacó el purpurado, subrayando que fue "un hombre amable, sabio, equilibrado, acogedor, con un gran corazón y una gran inteligencia, sereno en todas las circunstancias", incluso ante las situaciones más complejas y atormentadas, como han recordado los obispos venezolanos, observando que su presencia en Venezuela coincidió con años especialmente difíciles para esa querida Nación:

"Varias veces pensé que mi servicio más importante en Venezuela -declaró recientemente- era el de la confianza y la esperanza que nace de la fe en el Evangelio de Jesucristo. La sensación de abandono, el cansancio y la desesperación son males rastreros y muy peligrosos". 

Fallece Monseñor Aldo Giordano, anterior Nuncio Apostólico en Venezuela

Asimismo, Parolin aseveró que fue un hombre que tenía el "culto a la amistad y que sabía crear lazos con todos", sin cerrazones, sin distinciones. "¡Cuántas personas he conocido que se sentían honradas de tenerlo como amigo!", añadió.

Hombre de diálogo, experto en temas europeos

Igualmente el purpurado puntualizó sobre el gran trabajo de diplomacia de este hombre de diálogo "gran experto en temas europeos que estaba convencido de que otra Europa es posible" y trabajó en este sentido, insistiendo "en su unidad siempre en una perspectiva mundial y reflexionando sobre el contenido y el fundamento de los valores, temas en los que la Iglesia y los cristianos pueden aportar una valiosa contribución".

"Que el ejemplo y el testimonio del difunto prelado nos sostengan en la reafirmación de nuestra fe", concluyó el cardenal.

Volver arriba