Pide “concreción” a la hora de confesarse, porque “no tenemos una verdadera conciencia de pecado” Francisco clama “por la unidad de Europa” en la fiesta de su patrona, Santa Catalina de Siena
“La verdadera actitud del pecador que quiere ser perdonado es concretar sus pecados. El que se cree sin pecado se engaña a sí mismo”
“Tengamos la sabiduría de ser concretos, porque el diablo quiere que nosotros vivamos en la tibieza, en lo gris, ni bien ni mal, ni blanco ni negro, gris. Una vida que no le gusta al Señor. Al señor no le gustan los tibios”
Festividad de Santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa. “Pidamos por Europa, por la unidad de Europa, para que todos juntos podamos ir adelante como hermanos”, clamó el Papa al comienzo de la misa en Casa Santa Marta.
Durante la homilía, Francisco advirtió de la dicotomía entre “luz y tinieblas, mentira y verdad”, y llamó “a la concreción”. “No podemos estar en comunión con Jesús, y caminar en las tinieblas. Se es una cosa u otra. Y el gris es peor todavía, porque hace ver que caminas hacia la luz, porque no estás en las tinieblas. El gris es muy traicionero: o es una cosa o la otra”.
“Si pensamos que estamos sin pecado no es verdad, porque todos somos pecadores”, advirtió Bergoglio, quien pidió “concreción, la verdad de lo concreto”. “No tenemos una verdadera conciencia del pecado: las mentiras son etéreas, como el aire, no las puedes agarrar. Pero la verdad es concreta”, recordó el Papa. “Hay que ser concretos al confesarse. Decir 'Yo he hecho esto, he pensado esto, he dicho esto'. Es lo que nos hace sentir un pecador 'en serio'”.
Confesarse como niños
Para ello, el Papa puso varios ejemplos de niños que vienen a confesarse, “con cosas concretas, tienen esa simplicidad de los pequeños”. Como Andrea, que “me dijo hsta dónde había mandado a su tía” por no dejarle jugar al fútbol, dijo entre sonrisas. “La concreción te lleva a la humildad”.
“La verdadera actitud del pecador que quiere ser perdonado es concretar sus pecados. El que se cree sin pecado se engaña a sí mismo”, señaló el Papa, advirtiendo de las 'excusas' del tipo 'Todos hacemos estas cosas, usted sabe...'. “Un verdadero pecador dice que no quiere hacerlo más, se arrepiente. Lo importante es que dentro de nosotros le demos nombre a los pecados que cometemos, que sean concretos. Porque si le damos muchas palabras entramos en las tinieblas”.
“Tengamos la sabiduría de ser concretos, porque el diablo quiere que nosotros vivamos en la tibieza, en lo gris, ni bien ni mal, ni blanco ni negro, gris. Una vida que no le gusta al Señor. Al señor no le gustan los tibios”, concluyó Francisco, pidiendo “la gracia de la simplicidad” y de la transparencia. “Tengamos libertad para decir esas cosas, para conocer bien quiénes somos frente a Dios”.
