Mensaje del Papa a la FAO por el Día Internacional de  Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos Francisco exige "detener la especulación financiera" que arroja a los alimentos a la basura mientras millones de personas mueren de hambre

Desperdicio de alimentos en el mundo
Desperdicio de alimentos en el mundo FAO

"Ver tirados los alimentos en la basura o deteriorados por ausencia de los recursos necesarios para  hacerlos llegar a sus destinatarios es realmente vergonzoso y preocupante"

"Tanto la pérdida como el desperdicio de alimentos son hechos verdaderamente deplorables porque dividen a la humanidad entre los que tienen demasiado y los que carecen de lo esencial, porque aumentan las desigualdades, generan injusticias y niegan a los pobres lo que necesitan para vivir dignamente"

"Es un escándalo que los grandes productores alienten un consumismo compulsivo para enriquecerse, sin  siquiera considerar las auténticas necesidades de los seres humanos. ¡Hay que detener la  especulación alimentaria!

"Ver tirados los alimentos en la basura o deteriorados por ausencia de los recursos necesarios para  hacerlos llegar a sus destinatarios es realmente vergonzoso y preocupante". Rotundo, el Papa Francisco ha lamentado la 'cultura del descarte' que se esconde tras un problema, el del desperdicio de alimentos, "que no podemos dejar pasar de largo en este momento tan duro que estamos viviendo".

En una carta dirigida a Qu Dongyu, Director General de la FAO, con motivo del Día Internacional de  Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, el Papa denuncia que "tanto la pérdida como el desperdicio de alimentos son hechos verdaderamente deplorables porque dividen a la humanidad entre los que tienen demasiado y los que carecen de lo esencial, porque aumentan las desigualdades, generan injusticias y niegan a los pobres lo que necesitan para vivir dignamente". 

¡Desechar comida es desechar personas!

"El clamor de los hambrientos, privados de una forma u otra del pan cotidiano, debe resonar en los centros donde se toman las decisiones", recuerda el Papa, quien insiste en que ese grito "no puede quedar silenciado o sofocado por otros  intereses". No en vano, durante 2020, "el número de  personas que padecen hambre en nuestro planeta aumentó significativamente debido a las múltiples crisis que afronta la humanidad".

Alimentos como armas
Alimentos como armas

"¡Desechar comida es desechar personas!", apunta Bergoglio, recordando que "¡en el mundo existe el alimento necesario para que nadie se vaya a la cama con el estómago  vacío!" "Se producen recursos alimentarios más que suficientes para dar de comer a 8.000 millones de  personas", apunta el Papa, quien recalca que "los alimentos no pueden ser objeto de especulación. La vida depende de ellos".

"Hay que detener la especulación alimentaria"

"Es un escándalo que los grandes productores alienten un consumismo compulsivo para enriquecerse, sin  siquiera considerar las auténticas necesidades de los seres humanos. ¡Hay que detener la  especulación alimentaria! Debemos dejar de tratar los alimentos, que son un bien fundamental para  todos, como moneda de cambio para unos pocos", denuncia Bergoglio. 

Francisco con el director general de la FAO, Qu Dongyu
Francisco con el director general de la FAO, Qu Dongyu

Por otra parte, apunta el Papa, "el desperdicio de alimentos o la pérdida de los mismos contribuye  significativamente al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, al  cambio climático y a sus dañinas consecuencias".

"La tierra que explotamos ávidamente gime a causa de nuestros excesos consumistas e implora que cesemos de maltratarla y destruirla invirtiendo el rumbo de nuestras acciones", subraya Francisco, quien reclama especialmente a los jóvenes y a su responsabilidad.

Olvido, mezquindad o codicia

"En este asunto de tanta envergadura no podemos contentarnos con ejercicios retóricos, que  terminan en declaraciones que luego no logran llevarse a cabo por olvido, mezquindad o codicia. Es  hora de actuar con urgencia y buscando el bien común", culmina el Papa, quien insiste en que "es inaplazable tanto para los Estados como  para las grandes empresas multinacionales, para las asociaciones como para los individuos —para  todos sin excluir a nadie—, responder con eficacia y honestidad al grito desgarrador de los  hambrientos que reclaman justicia". 

Niños pobres, sin infancia ni derechos/Foto: Dulana Kodithuwakku
Niños pobres, sin infancia ni derechos/Foto: Dulana Kodithuwakku

"Cada uno de nosotros está llamado a reorientar su estilo de vida de manera consciente y  responsable, para que ninguna persona quede postergada y a todas lleguen los alimentos que  precisan, tanto en cantidad como en calidad. Se lo debemos a nuestros seres queridos, a las  generaciones futuras y a quienes se encuentran golpeados por la miseria económica y existencial" finaliza el escrito papal.

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