El Papa denuncia a “los mafiosos y usureros” que “sacan provecho de la necesidad” en tiempos de pandemia Francisco: “Cada uno de nosotros puede ser Judas, tiene la capacidad de traicionar, de explotar, de vender a sus hermanos”

Francisco, hoy en Santa Marta
Francisco, hoy en Santa Marta

“Hoy también se vende a gente. Todos los días. Hay Judas que venden hermanos y hermanas, explotándolos en el trabajo, no pagando lo justo, no reconociendo sus deberes...”

 “El diablo entró en Judas, y lo condujo a este punto. ¿Cómo terminó la historia? El diablo es un mal pagador, te promete todo, te hace ver todo, pero al final te deja solo en tu desesperación hasta ahorcarte”

Judas, el discípulo traidor, que vendió a Jesús por 30 monedas de plata, fue el protagonista de la misa del Papa en este Miércoles Santo, “también llamado el miércoles de la traición”, relató Francisco, quien quiso dedicar la Eucaristía a “la gente que en este tiempo de pandemia saca provecho de la necesidad de los otros, los vende. Los mafiosos, los usureros, tantos... que el Señor toque sus corazones y los convierta”.

Los Judas de hoy, que como entonces, siguen eligiendo el dinero frente a Dios. No sólo están entre los poderosos. “

Pensemos en tantos Judas institucionalizados, que explotan a la gente, y en los pequeños Judas que tenemos cada uno dentro, a la hora de elegir, entre lealtad o interés”, advirtió el Papa.

Cada uno de nosotros, tiene la capacidad de traicionar, de vender, de elegir por el propio interés. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de dejarse llamar por el amor al dinero, por el bienestar futuro. Judas, ¿dónde estás? Pero la pregunta la hago a cada uno de nosotros”, afirmó al final de su homilía en Casa Santa Marta.

El Papa, durante la misa de hoy
El Papa, durante la misa de hoy

Capaces de vender a nuestra propia madre

“Hoy también se vende a gente. Todos los días. Hay Judas que venden hermanos y hermanas, explotándolos en el trabajo, no pagando lo justo, no reconociendo sus deberes...”, recalcó Bergoglio, quien también lamentó a los que, “para estar más cómodos, son capaces de alejar a sus padres, meterles en una residencia... Hay un dicho común que dice 'Este es capaz de vender a su propia madre', y ocurre”.

“Hoy el comercio humano es como en los primeros tiempos. Se hace”, lamentó. ¿Por qué? “Porque no se puede servir a Dios y al dinero, a dos señores. Cada uno de nosotros debe elegir si servir a Dios, o servir al dinero. Y ser esclavo del dinero. Y esta es la opción: tanta gente quiere servir a Dios y al dinero y esto no se puede hacer”, denunció.

Los explotadores socialmente impecables

Al final, muchos de ellos “mienten, diciendo que sirven a Dios para servir al dinero. Son los explotadores escondidos, socialmente impecables, pero debajo de la mesa comercian con la gente, no les importa”.

Francisco, hoy en Santa Marta
Francisco, hoy en Santa Marta

¿Cómo fue la vida de Judas?, se preguntó el Papa. “No lo sabemos... el Señor lo invitó a ser discípulo, y él jamás pudo serlo. Era débil en el discipulado... pero Jesús lo amaba”. Seguramente, “un joven con buenas intenciones, termina como traidor, al punto de ir a venderlo”.

Sin embargo, “Jesús jamás le llama traidor. Es más: le dice amigo, y lo besa. El misterio de Judas...”. “El diablo entró en Judas, y lo condujo a este punto. ¿Cómo terminó la historia? El diablo es un mal pagador, te promete todo, te hace ver todo, pero al final te deja solo en tu desesperación hasta ahorcarte”.

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