"Escuché voces de dolor y angustia, pero también voces de esperanza y consuelo" Francisco, a Sako: "He podido ver y tocar con mis propias manos cómo Cristo está vivo en la Iglesia de Irak"

Visita de Francisco a Mosul refuerza objetivos de la UNESCO
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"Llevo todavía en mi corazón el recuerdo de los encuentros, de los momentos de oración conmovedores, marcados por el compromiso fraterno"

La carta del Papa termina con la esperanza de que el testimonio cristiano del patriarca y de la Iglesia, "enriquecido por la adversidad y fortalecido por la sangre de los mártires, sea una luz brillante dentro y fuera de Irak, para alabar la grandeza de Dios y la alegría del espíritu de este pueblo en Dios nuestro Salvador"

"He podido ver y tocar con mis propias manos cómo Cristo está vivo en la Iglesia de Irak, trabajando en su pueblo santo y creyente". Un mes después de su histórica visita a Irak, el Papa Francisco ha escrito una carta de agradecimiento al patriarca Raphael Sako, en la que recuerda su visita al país, que "llevo todavía en mi corazón".

En la misiva, entregada por el nuncio en Irak, Mitja Leskovar, Bergoglio expresa su agradecimiento por "la cálida y sincera acogida" recibida y por los esfuerzos realizados "para el éxito" de la visita. Una visita "preparada, acompañada en la oración, signo de verdadera comunión con el trono de Pedro".

Francisco, ante las ruinas de Mosul
Francisco, ante las ruinas de Mosul

"Llevo todavía en mi corazón el recuerdo de los encuentros, de los momentos de oración conmovedores, marcados por el compromiso fraterno", señala el Papa, quien añade que "en los días pasados con ustedes escuché voces de dolor y angustia, pero también voces de esperanza y consuelo", fruto de la cercanía de la Iglesia iraquí "a los creyentes confiados a su cuidado" y de la "labor caritativa que usted realiza con las diversas organizaciones benéficas que ayudan a la gente de este país a trabajar por su reconstrucción y renacimiento social".

La carta del Papa termina con la esperanza de que el testimonio cristiano del patriarca y de la Iglesia, "enriquecido por la adversidad y fortalecido por la sangre de los mártires, sea una luz brillante dentro y fuera de Irak, para alabar la grandeza de Dios y la alegría del espíritu de este pueblo en Dios nuestro Salvador".

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