"Ningún gobierno puede exigir moralmente a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana" Francisco reclama “una nueva arquitectura financiera internacional” para lograr la condonación de la deuda externa

El Papa y el perdón de la deuda
El Papa y el perdón de la deuda

"A los pueblos no les sirve cualquier forma de financiación, sino aquella que implica una responsabilidad compartida entre quien la recibe y quien la otorga", sostiene durante un encuentro con la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales

“Los invito a que soñemos y actuemos juntos en la construcción responsable de nuestra casa  común; nadie puede habitarla con tranquilidad de conciencia cuando sabe que a su alrededor hay multitud de hermanos y hermanas con hambre y también sumergidos en la exclusión social y en la vulnerabilidad”

“Después de una globalización mal administrada, después de la pandemia y de las guerras, nos encontramos frente a una crisis de deudas que afectan principalmente a los países del sur del mundo, generando miseria y angustia, y despojando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno. En consecuencia, ningún gobierno puede exigir moralmente a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana”.

Francisco exigió esta mañana la creación de “una nueva arquitectura financiera internacional”, que sea “audaz y creativa”, y que permita a los países pobres afrontar el pago de la deuda externa sin ver asfixiado su presente y su futuro.

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El papa hizo esta propuesta durante una audiencia a la Pontificia Academia de las Ciencias, que organiza el taller ‘Abordando la crisis de  deuda en el Sur Global’, sobre “la implementación de políticas que  ayuden a solucionar el problema de la deuda que aqueja a muchos países del sur global, que aqueja a  millones de familias y de personas en el mundo”.  

Y es que, tal y como apuntó Bergoglio en su saludo, “a los pueblos no les sirve cualquier forma de financiación, sino aquella que implica una responsabilidad compartida entre quien la recibe y quien la otorga”. “El beneficio que éste pueda aportar  a una sociedad depende de sus condiciones, de cómo se use y de los marcos en los que se resuelvan  las crisis de las deudas que puedan producirse”, recalcó el Papa, quien insistió en que dicho mecanismo habría de estar “basado en la solidaridad y la armonía de los pueblos, que tenga en cuenta  el sentido global del problema y sus implicaciones económicas, financieras y sociales”.

Condonación de la deuda externa

No al 'Sálvese quien pueda'

“La ausencia de este mecanismo favorece el “sálvese quien pueda”, donde pierden siempre los más débiles”, denunció Francisco, quien abogó por “un código de conducta internacional con normas de valor ético  que tutele las negociaciones”. En la línea de lo propuesto en la Bula de proclamación del Jubileo de 2025, el Papa volvió a sugerir la condonación de la deuda, “hoy más urgente que nunca, teniendo presente que la deuda ecológica y la deuda externa  son dos caras de una misma moneda que hipoteca el futuro”.

“Los invito a que soñemos y actuemos juntos en la construcción responsable de nuestra casa  común; nadie puede habitarla con tranquilidad de conciencia cuando sabe que a su alrededor hay multitud de hermanos y hermanas con hambre y también sumergidos en la exclusión social y en la vulnerabilidad” culminó el Papa, quien finalizó su discurso subrayando que “dejar pasar esto es pecado, pecado humano, aunque uno no tenga fe, es un pecado  social. Lo que ustedes están haciendo aquí es importante”.

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