"La fidelidad evangélica no es estabilidad de lugar, sino estabilidad de corazón" Francisco insta a los carmelitas descalzos a "evitar la tentación de preocuparnos por la supervivencia"

El Papa con Miguel Márquez, general de los carmelitas descalzos
El Papa con Miguel Márquez, general de los carmelitas descalzos

"No debéis imitar la misión de otros carismas, sino ser fieles al vuestro, para dar al mundo lo que el Señor os ha dado para el bien de todos, es decir, el agua viva de la contemplación"

“La armonía entre estos tres elementos: amistad con Dios, vida fraterna y misión, es una meta fascinante, capaz de motivar vuestras opciones presentes y futuras. Que el Espíritu ilumine y guíe vuestos pasos en este camino”

“Esta crisis (recordó Francisco), si tiene algo de bueno -y ciertamente lo tiene- es precisamente para devolvernos a lo esencial, para no vivir distraídos con falsas certezas”, lo que también vale para la congregación

"A veces la gente se pregunta cuál es el futuro de la vida consagrada; y algunos agoreros dicen que ese futuro es corto, que se está acabando”, advirtió el Papa, quien insistió en que “estas opiniones pesimistas están destinadas a ser desmentidas

"La fidelidad evangélica no es estabilidad de lugar, sino estabilidad de corazón; que no consiste en rechazar el cambio, sino en hacer los cambios necesarios para cumplir lo que el Señor nos pide, aquí y ahora”

'Palo' del Papa al Osservatore Romano: "También se lo dije a los claretianos el otro día. L'Osservatore se asustó con este texto, que no es mío, es de De Lubac, y lo puso peor que 'los padres concubinos'. Tenía miedo de la verdad, y espero que L'Osservatore Romano lo corrija"

“La armonía entre estos tres elementos: amistad con Dios, vida fraterna y misión, es una meta fascinante, capaz de motivar vuestras opciones presentes y futuras. Que el Espíritu ilumine y guíe vuestos pasos en este camino”. El Papa recibió a los carmelitas descalzos, reunidos en Roma en Capítulo General.

En su discurso, Bergoglio destacó la importancia de la escucha “para poder discernir lo que viene del Señor y lo que es contrario a él y, de este modo, responder, a partir del Evangelio, a los signos de los tiempos”.

“La escucha y el discernimiento, en vista del testimonio, de la misión llevada a cabo a través del anuncio del Evangelio, tanto con las palabras como, sobre todo, con la vida”, señaló el Papa, quien recordó cómo “la pandemia nos ha enfrentado a todos con tantos interrogantes y ha visto derrumbarse tantas certezas”.

El Papa, con los carmelitas descalzos

No a las falsas certezas

“Esta crisis (recordó Francisco), si tiene algo de bueno -y ciertamente lo tiene- es precisamente para devolvernos a lo esencial, para no vivir distraídos con falsas certezas”, lo que también vale para la congregación.

“A veces la gente se pregunta cuál es el futuro de la vida consagrada; y algunos agoreros dicen que ese futuro es corto, que se está acabando”, advirtió el Papa, quien insistió en que “estas opiniones pesimistas están destinadas a ser desmentidas, al igual que las que se refieren a la Iglesia misma, porque la vida consagrada es parte integrante de la Iglesia, de su carácter escatológico, de su genuinidad evangélica”.

“La vida consagrada forma parte de la Iglesia tal como la quiso Jesús y como el Espíritu la genera continuamente”, explicó Bergoglio. “Por ello, debemos evitar la tentación de preocuparnos por la supervivencia, en lugar de vivir plenamente acogiendo la gracia del presente, incluso con los riesgos que ello conlleva”.

La vida carmelita es una respuesta a la sed del hombre contemporáneo, que en el fondo es una sed de Dios, una sed de lo eterno. Y está al abrigo de psicologismos, espiritualismos o falsas actualizaciones que esconden un espíritu de mundanidad

Y es que, prosiguió Bergoglio, “la vida carmelita es una respuesta a la sed del hombre contemporáneo, que en el fondo es una sed de Dios, una sed de lo eterno. Y está al abrigo de psicologismos, espiritualismos o falsas actualizaciones que esconden un espíritu de mundanidad”.

“Recordemos que la fidelidad evangélica no es estabilidad de lugar, sino estabilidad de corazón; que no consiste en rechazar el cambio, sino en hacer los cambios necesarios para cumplir lo que el Señor nos pide, aquí y ahora”, añadió, reivindicando “la fidelidad” que “exige un compromiso firme con los valores del Evangelio y del propio carisma, y la renuncia a lo que impide dar lo mejor de uno mismo al Señor y a los demás”. 

Agua viva de la contemplación

“Estáis llamados a repensar vuestra misión, con creatividad y un decidido impulso apostólico, prestando mucha atención al mundo de hoy”, resaltó el Pontífice, señalando que “no debéis imitar la misión de otros carismas, sino ser fieles al vuestro, para dar al mundo lo que el Señor os ha dado para el bien de todos, es decir, el agua viva de la contemplación”.

“La contemplación no es una evasión de la realidad, un encierro en un oasis protegido, sino una apertura del corazón y de la vida a la fuerza que verdaderamente transforma el mundo, es decir, el amor de Dios”, concluyó.

Por cierto, que en el texto oficial enviado a los medios, Bergoglio aprovechó para lanzar un 'dardo' a L'Osservatore Romano, a cuenta de su crónica sobre su reciente encuentro con los claretianos. Dice así:

El texto cita a un padre espiritual benedictino: de Lubac toma ese texto y dice: "Es el peor de los males que le pueden pasar a la Iglesia, de hecho, peor que el de los Papas concubinarios". Esto también les dije a los claretianos el otro día: veis que L'Osservatore Romano se asustó con este texto, que no es mío, es de De Lubac, y ha empeorado "que padres concubinarios ”: le tenía miedo a la verdad, espero que el Osservatore corrija bien.

Primero, Religión Digital
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