Francisco emplea a Pato, el joven camerunés que perdió a su familia en el desierto de Túnez

(Flama).-La vida de Pato, renombre del joven camerunés Mbengue Nyimbilo Crepin, de treinta y un años, ha dado un vuelco inesperado en poco tiempo. Tras no haber podido evitar la muerte de su mujer, Fati, ni de su hija de seis años, Marie, hace un año en el desierto de Túnez, donde los tres habían llegado huyendo de Libia, el pasado 10 de julio Pato firmó un contrato laboral como vigilante de los Museos Vaticanos.

Lo hizo por voluntad expresa del papa Francisco, que ha reconocido en sucesivas ocasiones haber seguido de cerca la historia del joven desde que trascendió a los medios de comunicación una fotografía de Fati y Marie tirones en el desierto, tras su muerte en condiciones inhumanas . Una imagen de ambas que dio la vuelta al mundo —antes, incluso, que Pato se enterara de la terrible noticia— y que se convirtió en el estímulo para que el joven, que logró refugiarse en Italia, pudiera explicar su caso públicamente.

Tras aquella agónica situación, en la que madre e hija no pudieron cumplir la misión de regresar a Libia para evitar morir en Túnez, Pato recibió el ofrecimiento de visitar al papa Francisco. Esto fue el pasado mes de noviembre. El pasado 2 de julio, se volvió a producir un nuevo encuentro entre Bergoglio y el camerunés, que regresó a la residencia del Papa con un grupo de migrantes africanos y Mattia Ferrari, sacerdote que ha participado en numerosas misiones de rescate organizadas por el ONG italiana Mediterranea Saving Humans .