Ambos hablaron durante unos instantes en el Aula Pablo VI Francisco se encontró con la mujer a la que dio un manotazo en Nochevieja

Secuencia del 'manotazo' del Papa a una mujer asiática
Secuencia del 'manotazo' del Papa a una mujer asiática

El Papa le pidió perdón, y ella aceptó las disculpas

Francisco ya había pedido disculpas en público al día siguiente

Fue un momento inesperado, en el que el Papa reaccionó como alguien normal que se siente agobiado, no como el Obispo de Roma. Un error que fue magnificado por los sectores ultraconservadores: de nada sirvió que Francisco pidiera perdón al día siguiente por aquel manotazo a una mujer asiática que lo agarró del brazo la noche de fin de año en plena plaza de San Pedro. 

El 'papatazo' fue objeto de memes, fotomontajes y un ataque frontal a la Iglesia de la misericordia. Carne fresca para los enemigos de Bergoglio, que llegaron a tildarle de racista. Más allá de eso, la reacción no fue la propia del Papa. Y Francisco lo supo desde el principio.

Tanto es así que el Papa mandó buscar, y encontró, a aquella mujer, y pudo encontrarse con ella pocos días después, al final de una audiencia en el Aula Pablo VI. Un encuentro que pasó desapercibido, por expreso deseo de Bergoglio y de la mujer, y que sólo se ha conocido tras una filtración a Ansa.

Francisco y la mujer se saludaron con un apretón de manos y un intercambio de palabras. Ella fue acompañada por otros peregrinos, que habían viajado a Roma con ella. Bergoglio pidió perdón a la cara a la mujer, y ésta aceptó las disculpas.

Fin de la historia, excepto para los de siempre, que ahora inventarán teorías de la conspiración para tratar de socavar la dignidad de un pontífice tan humano que ni sus críticos toleran que se equivoque. Y lo que es peor, que lo reconozca y pida disculpas. Un Papa con los pies en la tierra.

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