"La Iglesia es una sinfonía vocacional, con todas las vocaciones  unidas y diversas, en armonía y en salida" Francisco, sobre las vocaciones: "La fantasía de Dios para llamarnos es infinita"

Un pequeño se abraza al Papa Francisco
Un pequeño se abraza al Papa Francisco Vatican Media

'Vocación, gracia y misión', mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial por las Vocaciones

"Dios nos ha elegido antes de la creación del mundo. Dios nos 'concibe' a su imagen y semejanza, y nos quiere hijos suyos"

"La misión común de todos los cristianos es testimoniar con alegría, en toda situación, con  actitudes y palabras, lo que experimentamos estando con Jesús y en su comunidad que es la Iglesia"

El Papa reclama el concepto de Iglesia como "comunidad", que comenzaron los doce, "personas de ambientes sociales y oficios diferentes, y no pertenecían a  las categorías más importantes", pero no solo ellos. "Los Evangelios nos cuentan también otras llamadas, como la de los  setenta y dos discípulos que Jesús envía de dos en dos

Este domingo, la Iglesia celebra la 60 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, una jornada instituida por Pablo VI durante el Concilio Vaticano II, y que Francisco ha querido dedicar este año a hablar de 'Vocación, gracia y misión'. En su mensaje, que acaba de hacer público la Santa Sede, Bergoglio anima a "redescubrir con asombro que la llamada del Señor es gracia, es un don gratuito y, al mismo tiempo, es un compromiso a ponerse en camino, a salir, para llevar el Evangelio". 

"Estamos llamados a una fe que se haga testimonio, que refuerce y estreche en ella el vínculo entre la vida de la gracia —a través de los sacramentos y la comunión eclesial— y el apostolado en el mundo", resalta el Papa, quien pide a los cristianos dejarse "interpelar por las periferias existenciales" y ser "sensibles a los dramas humanos, teniendo siempre bien presente que la misión es obra de Dios y no la llevamos a cabo solos, sino en la comunión eclesial, junto con todos los hermanos y hermanas, guiados por los pastores".

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones CEE

La elección de Dios

Porque, añade Francisco, Dios "nos ha elegido antes de la creación del mundo". "Dios nos 'concibe' a su imagen y semejanza, y nos quiere hijos suyos: hemos sido creados por el Amor, por amor y con amor, y estamos hechos para amar". Y la vocación, en ocasiones, "irrumpe de manera inesperada", confiesa Bergoglio, quien recuerda su propia vocación: "El 21 de septiembre de 1953  cuando, mientras iba a la fiesta anual del estudiante, sentí el impulso de entrar en la iglesia y  confesarme. Ese día cambió mi vida y dejó una huella que perdura hasta hoy".

Una llamada que "se abre paso poco a poco, a través de un camino: al encontrarnos con una situación de  pobreza, en un momento de oración, gracias a un testimonio límpido del Evangelio, a una lectura que nos abre la mente, cuando escuchamos la Palabra de Dios y la sentimos dirigida directamente a  nosotros, en el consejo de un hermano o una hermana que nos acompaña, en un tiempo de enfermedad o de luto". Porque "la fantasía de Dios para llamarnos es infinita", y "su iniciativa y su don gratuito esperan nuestra respuesta".

¿Orar por las vocaciones?
¿Orar por las vocaciones?

"Yo soy una misión"

Eso es la vocación para el Papa, "una semilla divina que  brota en el terreno de nuestra vida, nos abre a Dios y nos abre a los demás para compartir con ellos el tesoro encontrado". De hecho, añade, "yo soy una misión en esta tierra".

Para Francisco, "la misión común de todos los cristianos es testimoniar con alegría, en toda situación, con  actitudes y palabras, lo que experimentamos estando con Jesús y en su comunidad que es la Iglesia" lo cual "se traduce en obras de misericordia material y espiritual, en un estilo de vida abierto a todos y manso, capaz de cercanía, compasión y ternura, que va contracorriente respecto a la cultura del descarte y de la indiferencia".

Testigos del Evangelio
Testigos del Evangelio

"Hacerse prójimo, como el buen samaritano, permite comprender lo esencial de la vocación cristiana: imitar a Jesucristo, que vino para servir y no para ser servido", clama el Papa, quien recuerda que solo desde una profunda experiencia con Jesús "podemos convertirnos en testigos de Alguien, de una Vida, y  esto nos hace “apóstoles”".

La 'Ekklesía' o asamblea de convocados

Al tiempo, el Papa reclama el concepto de Iglesia como "comunidad", que comenzaron los doce, "personas de ambientes sociales y oficios diferentes, y no pertenecían a  las categorías más importantes", pero no solo ellos. "Los Evangelios nos cuentan también otras llamadas, como la de los  setenta y dos discípulos que Jesús envía de dos en dos". Y es que "la Iglesia es precisamente Ekklesía, término griego que significa: asamblea de personas  llamadas, convocadas, para formar la comunidad de los discípulos y discípulas misioneros de  Jesucristo, comprometidos a vivir su amor entre ellos y a difundirlo entre todos, para que venga el Reino de Dios". 

"Que el Espíritu del Señor resucitado nos quite la apatía y nos conceda simpatía y empatía, para vivir cada día regenerados como hijos del Dios Amor y ser también nosotros fecundos en el amor; capaces de llevar vida a todas  partes, especialmente donde hay exclusión y explotación, indigencia y muerte. Para que se dilaten los espacios del amor y Dios reine cada vez más en este mundo"

"En la Iglesia, todos somos servidores y servidoras, según diversas vocaciones, carismas y ministerios", aclara el Papa, quien repasa las distintas vocaciones que se concretan en la familia, la renovación de la sociedad, la consagración o el ministerio ordenado. "Sólo en la relación con todas las demás, cada vocación específica en la Iglesia se muestra plenamente con su propia  verdad y riqueza", recuerda el Papa, quien añade que "la Iglesia es una sinfonía vocacional, con todas las vocaciones  unidas y diversas, en armonía y a la vez “en salida” para irradiar en el mundo la vida nueva del Reino de Dios".

Por ello, concluye, "la vocación es don y tarea, fuente de vida nueva y de alegría verdadera". "Que el Espíritu del Señor resucitado nos quite la apatía y nos conceda simpatía y empatía, para vivir cada día regenerados como hijos del Dios Amor y ser también nosotros fecundos en el amor; capaces de llevar vida a todas  partes, especialmente donde hay exclusión y explotación, indigencia y muerte. Para que se dilaten los espacios del amor y Dios reine cada vez más en este mundo", finaliza el mensaje.

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