"El Evangelio está destinado a todos, pero no como proselitismo" Francisco, a los focolares: "Evitad cualquier autorreferencialidad"

Margaret Karram y Maria Voce, con el Papa
Margaret Karram y Maria Voce, con el Papa

"Sean testigos de la cercanía promoviendo la sinodalidad"

Han pasado 12 años desde la muerte de Chiara Lubich y, afirmó el papa Francisco, “están llamados a superar la pérdida natural y también la disminución del número, para seguir siendo una expresión viva del carisma fundacional”

El papa Francisco invitó hoy al Movimiento de los Focolares a continuar su camino en “fidelidad dinámica” al carisma dejado por la fundadora Chiara Lubich y le recomendó escapar de cualquier autorreferencialidad, al recibir esta mañana a los participantes en la Asamblea General del Movimiento que se inició el pasado 24 de enero y que en su transcurso se procedió a la elección de la nueva presidenta, Margaret Karram.

En su discurso el pontífice ofreció a los focolares tres puntos de reflexión: “la posfundadora; la importancia de las crisis; y vivir la espiritualidad con coherencia y realismo”.

Antes de dirigir sus palabras a los presentes, el Papa saludó con gran cordialidad a María Voce, hasta el momento al frente del Movimiento; a la nueva presidenta, Margaret Karram, y al copresidente, Jesús Morán, reconfirmado por un segundo término.

Fidelidad dinámica a los orígenes y escucha de lo nuevo

Han pasado 12 años desde la muerte de Chiara Lubich y, afirmó el papa Francisco, “están llamados a superar la pérdida natural y también la disminución del número, para seguir siendo una expresión viva del carisma fundacional”. Para ello es necesaria “una fidelidad dinámica”, que es el compromiso de “permanecer fiel a la fuente original esforzándose por repensarla y expresarla en diálogo con las nuevas situaciones sociales y culturales”.

El Papa, con la nueva presidenta de los Focolares

La espiritualidad del movimiento focolar, caracterizada por el diálogo y la apertura a los diferentes contextos culturales, sociales y religiosos, puede favorecer este proceso. La apertura a los demás, sean quienes sean, debe cultivarse siempre: el Evangelio está destinado a todos, pero no como proselitismo, es levadura de nueva humanidad en todo lugar y en todo momento. Esta actitud de apertura y diálogo ayudará a evitar cualquier autorreferencialidad, que nunca proviene de un buen espíritu. Esto es lo que esperamos para toda la Iglesia: tener cuidado de encerrarse en uno mismo, que siempre lleva a defender la institución en detrimento de las personas, y que también puede llevar a justificar o encubrir formas de abuso.

La autorreferencialidad, explicó Francisco, debe dar paso, incluso en el Movimiento, a la parresía, a la transparencia, a afrontar los diversos problemas con valentía y verdad “siguiendo siempre las indicaciones de la Iglesia, que es verdadera madre, y respondiendo a las necesidades de justicia y caridad“.

Francisco, con los focolares

Cada crisis es una oportunidad para alcanzar una nueva madurez

El segundo punto es la importancia de las crisis y el Papa subraya: no se puede vivir sin crisis, las crisis son bendiciones para la vida de las personas y también para la de las instituciones. El conflicto es negativo, no la crisis.

Cada crisis es un llamado a una nueva madurez; es un tiempo del Espíritu que despierta la necesidad de actualización, sin desanimarse por la complejidad humana y sus contradicciones. Hoy se enfatiza mucho la importancia de la resiliencia ante las dificultades, es decir, la capacidad de afrontarlas positivamente sacando oportunidades de ellas.

A continuación, el Papa señaló que corresponde a quienes ocupan cargos gubernamentales “trabajar para hacer frente a las crisis comunitarias y organizativas de la mejor y más constructiva manera”, mientras que las crisis que involucran la esfera de la conciencia de las personas requieren “ser abordadas con prudencia por los que no ocupan cargos de gobierno, de ningún nivel, dentro del Movimiento”.

Y reiteró: “Ésta siempre ha sido una buena regla y es válida no solo para los momentos de crisis de las personas, también es válida en general para su acompañamiento en el camino espiritual. Es esa sabia distinción entre los foros externos e internos que la experiencia y la tradición de la Iglesia nos enseña que es indispensable. De hecho, la mezcla entre la esfera de gobierno y la esfera de conciencia da lugar a los abusos de poder y de otros de los que hemos sido testigos.

Cercanía fraterna a todos y transparencia interna

El tercer punto sobre el que llamó la atención el Papa es: vivir la espiritualidad del Movimiento, centrada en la oración de Jesús: que “todos sean uno”, con coherencia y realismo. Y precisa que esto requiere un doble compromiso: fuera del Movimiento y dentro de él.

En cuanto a actuar al aire libre, los animo a que lo sean, ¡y en esto la Sierva de Dios Chiara Lubich ha dado muchos ejemplos! - Testigos de cercanía con amor fraterno que supera todas las barreras y alcanza toda condición humana.

Es el camino de la proximidad que comienza por los pobres y los más pequeños, y el del trabajo compartido con personas de buena voluntad “para la promoción de la justicia y la paz”.

Promover cada vez más la sinodalidad, la corresponsabilidad y la participación de todos los miembros es, en cambio, la invitación del Papa a lo que concierne al compromiso dentro del Movimiento. Esa es la “lógica de comunión según la cual todos pueden poner sus dones, sus opiniones al servicio de los demás en la verdad y con libertad”.

Transformando el dolor en luz y esperanza

Luego Francisco exhortó a los miembros del Movimiento, a imitación de Chiara Lubich, a permanecer “siempre escuchando el grito de abandono de Cristo en la cruz, que manifiesta la máxima medida de amor”.

La gracia resultante es capaz de suscitar en nosotros, débiles y pecadores, respuestas generosas y a veces heroicas; es capaz de transformar los sufrimientos e incluso las tragedias en fuente de luz y esperanza para la humanidad. En este paso de la muerte a la vida está el corazón del cristianismo y también de su carisma.

Finalmente, el Santo Padre agradeció el “testimonio gozoso del Evangelio que siguen ofreciendo a la Iglesia y al mundo”, bendijo a los presentes y confió a todos los miembros del Movimiento a María, Madre de la Iglesia.

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