El periodista presenta 'Amén: Francisco responde' en Disney+ el próximo 5 de abril Jordi Évole: "Que el Papa reabriera (el caso Gaztelueta) ha hecho que este proyecto merezca la pena"

Jordi Évole y Màrius Sánchez, codirectores de 'Amén: Francisco responde'
Jordi Évole y Màrius Sánchez, codirectores de 'Amén: Francisco responde' Cadena Ser/Captura

"A los progres les gusta mucho este papa, pero creo que hay mucha gente dentro de la Iglesia que también les gusta este papa. En lo que es la jerarquía eclesiástica no sé si son mayoría los que los que están a gusto con este papa"

“Nosotros teníamos mucho miedo de que los chavales, una vez tuviesen delante al papa, tuvieran ese punto de corte. Creo que fue el propio papa el que desactivó eso. El papa entró haciendo bromas. Los chavales se iban riendo y van cogiendo confianza”

“Que lo vean y saquen sus conclusiones. El papa lo que tiene es mucha cintura (…), sabe driblar muy bien y sabe poner las palabras que calmen, incluso ese testimonio que está dolido, que está abierto en canal y las sabe utilizar muy bien"

"A los progres les gusta mucho este papa, pero creo que hay mucha gente dentro de la Iglesia que también les gusta este papa. En lo que es la jerarquía eclesiástica no sé si son mayoría los que los que están a gusto con este papa, por mucho que también durante este papado él haya puesto a gente de mucha confianza. Yo he notado varias veces que el papa está muy solo". Jordi Évole y Màrius Sánchez, directores de 'Amén: Francisco responde', pasaron esta noche por los micrófonos de Hora 25 para explicar las claves de este documental, que verá la luz el 5 de abril en Disney+.

Durante la entrevista con Aimar Bretos, Évole destaca cómo Bergoglio vio el documental antes de ser emitido, “y no ha intentado cambiar nada”. “No hay un político en este país que haga eso”, repasó el comunicador, que ya había entrevistado a Francisco en varias ocasiones, y que siempre que acude a Roma tiene la oportunidad de conversar con Bergoglio.

“Los líderes, y él es un líder mundial, normalmente dan lo mejor de sí mismos cuando juegan en campo contrario”, subrayó Évole, recordando algunos de los diez chicos -hispanoablantes- que participan en el documental: una argentina defensora del aborto, una chica del Camino Neocatecumenal, chicos y chicas creyentes, o con cierta relación con la Iglesia, pero con un punto crítico. Entre ellos, Juan Cuatrecasas, víctima de abusos en el mundialmente conocido como ’caso Gaztelueta’, y cuyo testimonio fue, en opinión de Évole, el momento más emotivo de la cinta.

Rotundo contra los abusos

“Lo que va a llamar más la atención es lo rotundo que es cuando se posiciona en referencia a los abusos sexuales. En el documental hay una víctima de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, cuyo caso fue cerrado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, que es la institución que desde la Iglesia se ocupa de tocar estos temas y el `papa se comprometió -y sabemos que es así- porque después nos lo ha comentado, se comprometió a volver a abrir ese caso que estaba cerrado. Yo creo que ese es el momento culminante para mí, lo que hace que este proyecto valga la pena”, confesó Jordi Évole.

En el documental hay una víctima de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, cuyo caso fue cerrado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, que es la institución que desde la Iglesia se ocupa de tocar estos temas y el `papa se comprometió -y sabemos que es así- porque después nos lo ha comentado, se comprometió a volver a abrir ese caso que estaba cerrado. Yo creo que ese es el momento culminante para mí, lo que hace que este proyecto valga la pena

“Juan, el chaval que fue víctima de abusos sexuales en la iglesia. El día anterior nos reunimos con él y estaba temblando. Cuando Juan empieza a hablar, nosotros le notamos esa voz temblorosa que ya tenía el día anterior, cuando se pone a hablar no para. Además hace unos silencios que se cortaba el ambiente. El programa había empezado con algún caso menos problemático, más hablando de inmigración, más hablando de problemas de salud mental. Y aparece Juan y cuando Juan dice: "Yo soy víctima de abusos sexuales por parte de un numerario del Opus Dei" hay un silencio. Los chavales no conocían su casuística entre ellos, no se lo habían contado. Cuando los otros escuchan que Juan ha pasado por ese infierno es un momento en que en esos momentos televisivos que dices "qué bien haber podido provocar esto".

“Nosotros teníamos mucho miedo de que los chavales, una vez tuviesen delante al papa, tuvieran ese punto de corte. Creo que fue el propio papa el que desactivó eso. El papa entró haciendo bromas. Los chavales se iban riendo y van cogiendo confianza”, agradecieron los directores del documental. “Los diez chavales fliparon. Hace poco ellos también lo han visto. Estaban encantados. Fueron procesos muy diferentes para todos”.

El Papa, en el montacargas

“Nos sorprendió sobre todo lo fácil que fue todo”, reveló Évole, quien desveló cómo “le pedimos de hacer el encuentro con los jóvenes fuera del Vaticano y él aceptó enseguida (…). Le propusimos un bar, un instituto y bueno, al final acabamos en una especie de co-work que hay a las afueras de Roma (…). Era chulísimo el sitio. Lo subimos a un montacargas. Él lo flipa, pero en ningún momento pone ningún inconveniente. Él nos ha remarcado que tiene la sensación de que ha tocado mucha realidad”.

Una vez concluido el programa, se le enseñaron a Bergoglio. “Le dijimos: esto es lo que emitiríamos. Vamos a someterlo al criterio del papa y si él nos dice "oye esto, por favor, preferiría que no saliese". Vamos a respetarle, porque también hay un pacto de confianza y tampoco queremos que él acabe diciendo "joder, pues vaya, estos tíos me la han jugado". No tocó absolutamente nada (…) y eso creo que es inédito”.

Ante las posibles críticas, Évole pidió: “Que lo vean y saquen sus conclusiones. El papa lo que tiene es mucha cintura (…), sabe driblar muy bien y sabe poner las palabras que calmen, incluso ese testimonio que está dolido, que está abierto en canal y las sabe utilizar muy bien".

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