"Esta no es la Iglesia. Es la Iglesia en una situación difícil, pero el ideal de la Iglesia es estar juntos, el pueblo con los sacramentos” El grito del Papa: “Atención, no viralizar la Iglesia, no viralizar los sacramentos, no viralizar al pueblo de Dios”
“Ustedes recibirán la Eucaristía -dijo a los pocos presentes en la capilla-, pero hay gente que está conectada con nosotros, y sólo harán la comunión espiritualmente”
"Una familiaridad sin comunidad, sin el pan, una familiaridad sin la Iglesia, sin el pueblo, sin los sacramentos, es peligrosa“
El Papa dedicó la misa "a las mujeres que están embarazadas y serán mamás, y que están inquietas por el mundo en el que van a traer a sus hijos”
El Papa dedicó la misa "a las mujeres que están embarazadas y serán mamás, y que están inquietas por el mundo en el que van a traer a sus hijos”
Hace unas semanas, el Papa en Santa Marta advertía de las personas que no podían confesarse por la pandemia. Ese mediodía, un escrito vaticano ponía en el debate la confesión espiritual. Hoy, en Santa Marta, Francisco llamó la atención ante un gran riesgo: “Atención, no viralizar la Iglesia, no viralizar los sacramentos, no viralizar al pueblo de Dios”.
“Un buen obispo, un obispo bravo, me ha hecho reflexionar sobre el peligro que estamos viviendo en esta pandemia, que ha hecho que todos nos comuniquemos, incluso religiosamente, a través de los medios de comunicación. Incluso en esta misa, estamos espiritualmente juntos, pero el pueblo es pequeño. Hay un pueblo unido: estamos juntos, pero no estamos juntos”, reflexionó durante su homilía de hoy.
“Ustedes recibirán la Eucaristía -dijo a los pocos presentes en la capilla-, pero hay gente que está conectada con nosotros, y sólo harán la comunión espiritualmente”. “Esta no es la Iglesia. Es la Iglesia en una situación difícil, pero el ideal de la Iglesia es estar untos, el pueblo con los sacramentos”, señaló Francisco.
¿Cómo es posible un San Pedro vacío?
Antes de Pascua, al conocerse que iba a celebrar la Semana Santa en una basílica vacía, ese obispo “me llamó la atención. ¿Cómo es posible? ¿Por qué no ponen unas treinta personas para que se vea?”. El Papa pensó: “Existe un peligro, ¿y éste qué tiene en la cabeza para decirme esto? Pero como es un buen obispo, muy cercano al pueblo, me preguntaba qué quería decirme. Luego entendí: él me decía. Atención: no viralizar la Iglesia, no viralizar los sacramentos, no viralizar al pueblo de Dios. La iglesia, los sacramentos, el pueblo de Dios …. ahora tenemos que hacerlo de este modo, pero para salir de este túnel...”. “No viralicemos la fe ni la Iglesia. La familiaridad concreta, con el pueblo, con el Señor, en la vida cotidiana, en medio del pueblo de Dios”.
La reflexión papal -¿previa a algún anuncio?- vino al término de una homilía de una misa que Francisco quiso dedicar “a las mujeres que están embarazadas y serán mamás, y que están inquietas por el mundo en el que van a traer a sus hijos”. “Pidamos por ellas, para que el Señor les de valentía para llevar adelante a sus hijos, con la confianza de que será seguramente un mundo diferente, un mundo que el Señor amará mucho”.
Familiaridad con Dios
El resto de la homilía estuvo dedicada a comparar las dos pescas milagrosas. Una, con Jesús aún no crucificado. La otra, con el Resucitado. “En esta segunda pesca, se habla de una cierta naturalidad. Hay un progreso, un camino en la intimidad con el Señor. Yo diré la palabra exacta: la familiaridad con el Señor”.
“Nadie preguntó nada porque sabían que era el Señor. La familiaridad de los apóstoles con el Señor había crecido”, explicó Bergoglio, quien apuntó que “también nosotros los cristianos, en nuestro camino de vida, estamos en un estado de caminar, de progresar, con la familiaridad del Señor”.
En una “familiaridad cotidiana”, porque “la familiaridad de los cristianos con el Señor siempre es comunitaria, es íntima, persona y en comunidad”. Y es que, “una familiaridad sin comunidad, sin el pan, una familiaridad sin la Iglesia, sin el pueblo, sin los sacramentos, es peligrosa” destacó, para después reflexionar sobre la situación actual, y los riesgos de “viralizar la Iglesia”