El cardenal Gambetti lee el mensaje del Papa en el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana Francisco: "No nos cansemos de gritar 'no a la guerra', en el nombre de Dios o en el nombre de cada hombre y cada mujer que aspira a la paz"

Gambetti y Parolin, con los Premio Nobel
Gambetti y Parolin, con los Premio Nobel

"El hermano no es un rostro, no un número: es siempre 'alguien' que tiene una igualdad y merece respeto, no 'algo' que se puede usar, explotar o descartar"

"En nuestro mundo, desgarrado por la violencia y por la guerra, no son suficientes los retoques y los ajustes: sólo una gran alianza espiritual y social que nazca de los corazones y gire alrededor de la fraternidad puede volver a poner en el centro de las relaciones la sacralidad y la inviolabilidad de la dignidad humana"

"Cuando los hombres y las sociedades eligen la fraternidad también las políticas cambian: la persona vuelve a prevalecer sobre el beneficio; la casa común que todos habitamos, sobre el ambiente que se explota para los propios intereses; el trabajo se paga con el justo salario; la acogida se convierte riqueza; la vida, en esperanza; la justicia se abre a la reparación y el recuerdo del mal causado sana en el encuentro entre las víctimas y los culpables"

"El hermano no es un rostro, no un número: es siempre 'alguien' que tiene una igualdad y merece respeto, no 'algo' que se puede usar, explotar o descartar". Francisco no pudo participar, como era su deseo, en el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana. Su estancia en el Gemelli le impidió estar en persona, pero no con su palabra. En un discurso leído por el cardenal Gambetti, Francisco comenzó disculpándose ya que "no puede recibirles personalmente", aunque sí "agradecerles de corazón su presencia", y su lucha por "caminar juntos sobre la tierra" para "redescubrirnos hermanos y a creer en la fraternidad como dinámica fundamental de nuestro peregrinaje".

"En nuestro mundo, desgarrado por la violencia y por la guerra, no son suficientes los retoques y los ajustes: sólo una gran alianza espiritual y social que nazca de los corazones y gire alrededor de la fraternidad puede volver a poner en el centro de las relaciones la sacralidad y la inviolabilidad de la dignidad humana", clamó Bergoglio en boca de Gambetti, en un discurso ante miles de fieles, entre ellos una treintena de premios Nobel, y que se retransmitió a todo el mundo.

Inicio del encuentro sobre la Fraternidad Humana

Gestos concretos por la paz

Y es que, para Francisco, "la fraternidad no tiene necesidad de teorías, sino de gestos concretos y de opciones compartidas que la hagan cultura de paz". ¿Qué gestos concretos? "Reconciliarnos con la familia, con los amigos o con los vecinos, rezar por quien nos ha hecho daño, reconocer y ayudar a quien está en necesidad, llevar una palabra de paz a la escuela, a la universidad o a la vida social, ungir con nuestra cercanía a alguien que se sienta solo".

"Sintámonos llamados a aplicar el bálsamo de la ternura dentro de las relaciones que se han desgastado, tanto entre las personas como entre los pueblos", señaló el Papa, quien pidió que "no nos cansemos de gritar “no a la guerra”, en el nombre de Dios o en el nombre de cada hombre y cada mujer que aspira a la paz".

El sentimiento de fraternidad que nos une es más fuerte que el odio y la violencia, de hecho, nos acomuna a todos en el mismo dolor

Todo ello, pese a que, admitió, "la fraternidad es un bien frágil y precioso", y "los hermanos son un ancla de verdad en el mar tempestuoso de los conflictos que siembran la mentira". Frente a esta realidad, el Papa animó a comprender que "el sentimiento de fraternidad que nos une es más fuerte que el odio y la violencia, de hecho, nos acomuna a todos en el mismo dolor".

"Creer que el otro sea un hermano, decirle al otro “hermano” no es una palabra vacía, sino lo más concreto que cada uno de nosotros puede hacer", constató el mensaje papal. Unas palabras que "significan emanciparse de la pobreza de creer que estamos en el mundo como hijos únicos" y, al mismo tiempo, "superar la lógica de los socios, que están juntos sólo por el interés", contraponiendo la parábola del Buen Samaritano.

Gambetti y Parolin, en el Encuentro por la Fraternidad Humana
Gambetti y Parolin, en el Encuentro por la Fraternidad Humana Vatican Media

Gramática de la fraternidad

"Cuando los hombres y las sociedades eligen la fraternidad también las políticas cambian: la persona vuelve a prevalecer sobre el beneficio; la casa común que todos habitamos, sobre el ambiente que se explota para los propios intereses; el trabajo se paga con el justo salario; la acogida se convierte riqueza; la vida, en esperanza; la justicia se abre a la reparación y el recuerdo del mal causado sana en el encuentro entre las víctimas y los culpables" insistió Francisco, quien agradeció la elaboración de una 'Declaración sobre la fraternidad humana' que, en su opinión, "ofrece 'una gramática de la fraternidad'" en todos los rincones del planeta. 

"Quisiera despedirme dejándoles una imagen, la del abrazo", culminó el Papa, reclamándoles que "custodien en el corazón y en la memoria el deseo de abrazar a las mujeres y a los hombres de todo el mundo para construir juntos una cultura de paz".

"La paz, efectivamente, tienen necesidad de fraternidad y la fraternidad tiene necesidad de encuentro. Que el abrazo dado y recibido hoy, simbolizado en la plaza en la que están reunidos, se convierta en compromiso de vida. Y en profecía de esperanza. Yo mismo los abrazo y, mientras les reitero mi agradecimiento, de corazón les digo: estoy con ustedes", culminó. Y, aunque no físicamente, sí se notó su presencia.

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