"El camino hacia sociedades mejores pasa por la educación de las niñas, de las adolescentes, de las  jóvenes" El Papa anima a caminar, "sin presiones ni desgarros" para una mayor presencia y dignidad de las mujeres en la Iglesia

Encuentro de Francisco con miembros del congreso
Encuentro de Francisco con miembros del congreso Vatican Media

"Ayudémonos, sin presiones ni desgarros, sino con un atento discernimiento, dóciles a la voz del Espíritu Santo y fieles en la  comunión, a encontrar caminos adecuados para que la grandeza y el papel de las mujeres sean más valorados en el Pueblo de Dios"

El Papa destacó a las mujeres santas, conocidas y anónimas que abrieron camino "en épocas en las que la mayoría de las  mujeres eran excluidas de la vida social y eclesial"

"Nuestra época está desgarrada por el odio; es un tiempo en el cual  la humanidad necesita sentirse amada, pero en cambio, esta se ve frecuentemente marcada por la  violencia, por la guerra y las ideologías que ahogan los sentimientos más hermosos del corazón"

"En el mundo, donde las mujeres  siguen sufriendo tanta violencia, desigualdad, injusticias y maltratos —y esto resulta todavía más  escandaloso si es provocado por quienes profesan la fe en el Dios «nacido de una mujer»—, hay una forma grave de discriminación, que está precisamente vinculada a la formación de  la mujer"

En la previa del 8-M, el Papa Francisco ha querido reivindicar "el testimonio de santidad" de tantas mujeres en la Iglesia, y ha invitado a la institución a caminar, "sin presiones ni desgarros, sino con un atento discernimiento, dóciles a la voz del Espíritu Santo y fieles en la comunión, a encontrar caminos adecuados para que la grandeza y el papel de las mujeres sean más valorados en el Pueblo de Dios".

Campaña en defensa del Papa: Yo con Francisco

Durante una recepción a los participantes del congreso internacional Mujeres en la Iglesia: artífices de humanidad, Bergoglio destacó diez nombres: "Josefina Bakhita, Magdalena de Jesús, Isabel Ana Seton, María de la Cruz  MacKillop, Laura Montoya, Catalina Tekakwitha, Teresa de Calcuta, Rebeca de Himlaya ar Rayyas, María Beltrame Quattrocchi y Daphrose Mukasanga". 

Mujeres en la Iglesia

"Todas ellas, en diferentes épocas y culturas, con estilos distintos, y con iniciativas de  caridad, de educación y de oración, han dado una prueba de cómo el “genio femenino” puede  reflejar, en modo único, la santidad de Dios en el mundo", recalcó Bergoglio, subrayando cómo lo hicieron "en épocas en las que la mayoría de las  mujeres eran excluidas de la vida social y eclesial".

Junto a ellas, Francisco también quiso recordar "a tantas mujeres desconocidas u olvidadas" que "han sostenido y transformado familias y comunidades con la potencia de su testimonio", proclamando que "la Iglesia las necesita, porque la Iglesia es mujer: es hija, esposa y  madre, y ¿quién mejor que la mujer para revelarnos su rostro?".

Artífices y artesanas de humanidad

Mujeres, "artífices de humanidad", como se lee en el lema del congreso, a la que el Papa sumó "su vocación de artesanas, colaboradoras del Creador al servicio de la vida, del bien común, de la paz", destacando dos aspectos diferenciadores: el estilo y la formación.

En lo tocante al estilo, el Papa subrayó cómo "nuestra época está desgarrada por el odio; es un tiempo en el cual  la humanidad necesita sentirse amada, pero en cambio, esta se ve frecuentemente marcada por la  violencia, por la guerra y las ideologías que ahogan los sentimientos más hermosos del corazón". En ese contexto, "la aportación femenina es más indispensable que nunca", explicó Francisco, apuntando que "la mujer sabe unir con la ternura".

"Sin duda, la mujer, con su capacidad única de  compasión, con su intuición y su tendencia natural a “cuidar”, sabe en modo sublime ser, para la  sociedad, “inteligencia y corazón, que ama y que une”, llevando amor donde no lo hay, y poniendo  humanidad donde al ser humano le cuesta encontrarse a sí mismo", indicó.  

En cuanto a la formación, Bergoglio destacó la necesidad de "levantar la mirada, a dilatar el horizonte de los sueños y del modo de pensar, y a disponerse a seguir  altos ideales" también en los centros de formación católicos, para que "la santidad puede volverse como una especie de línea educativa  trasversal en el planteamiento global del conocimiento".

"En el mundo, donde las mujeres  siguen sufriendo tanta violencia, desigualdad, injusticias y maltratos —y esto resulta todavía más  escandaloso si es provocado por quienes profesan la fe en el Dios «nacido de una mujer»—, hay una forma grave de discriminación, que está precisamente vinculada a la formación de  la mujer", denunció el Papa, quien recordó que "el camino  hacia sociedades mejores pasa justamente por la educación de las niñas, de las adolescentes, de las  jóvenes, de la que se beneficia el desarrollo humano. ¡Recemos y esforcémonos por ello!".

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