La medida entrará en vigor el próximo curso de la Academia Pontificia Eclesiástica El Papa obliga a los futuros Nuncios a pasar al menos un año como misioneros
A partir de ahora, la Academia Pontificia Eclesiástica tendrá que colaborar con la tercera sección de la Secretaría de Estado
"Compartiendo con las Iglesias misioneras un período de camino junto a su comunidad, participando en su cotidiana actividad evangelizadora"
"Espero, suscitará en otros sacerdotes de la Iglesia universal el deseo de ponerse a disposición para realizar un período de servicio misionero fuera de su propia diócesis"
"Espero, suscitará en otros sacerdotes de la Iglesia universal el deseo de ponerse a disposición para realizar un período de servicio misionero fuera de su propia diócesis"
| Jesús Bastante VN
Golpe de efecto de Bergoglio. Ya lo había anunciado en su discurso final del Sínodo para la Amazonía, y ahora se hace ley. El Papa Francisco ha estipulado que los futuros nuncios, y todo el personal diplomático de la Santa Sede, tenga que pasar un año como misioneros antes de poder dedicarse a la diplomacia vaticana. No es una respuesta a nuestro colaborador González Faus... pero casi parece una intuición.
En una carta dirigida al nuevo presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica, Joseph Marino, Bergoglio reclama que esta medida se incluya en el plan de estudios. "Deseo que los sacerdotes que se preparan para el Servicio diplomático de la Santa Sede dediquen un año de su formación al compromiso misionero en una diócesis", se lee en la misiva papal.
"Estoy convencido de que tal experiencia podrá ser útil para todos los jóvenes que se preparan o comienzan el servicio sacerdotal, pero de manera particular para aquellos que en el futuro serán llamados a colaborar con los Representantes Pontificios y, posteriormente, podrán convertirse a su vez en Enviados de la Santa Sede ante las naciones y las Iglesias particulares", escribe el Papa, quien recuerda cómo ya advirtió de esta necesidad en un discurso dirigido a la Academia Pontificia Eclesiástica en junio de 2015, en la que decía lo siguiente:
“La misión que un día estarán llamados a desempeñar los llevará a todas las partes del mundo. A Europa, que necesita despertarse; a África, sedienta de reconciliación; a América Latina, hambrienta de alimento e interioridad; a América del Norte, determinada a redescubrir las raíces de una identidad que no se define a partir de la exclusión; a Asia y Oceanía, desafiadas por la capacidad de fermentar en la diáspora y dialogar con la vastedad de culturas ancestrales”.
“Para afrontar positivamente estos crecientes desafíos para la Iglesia y para el mundo -dice ahora el Papa-, es necesario que los futuros diplomáticos de la Santa Sede adquieran, además de la sólida formación sacerdotal y pastoral, y de aquella específica" que ya ofrecen los estudios de la Academia, también vivan "una experiencia personal de misión fuera de la propia diócesis de origen, compartiendo con las Iglesias misioneras un período de camino junto a su comunidad, participando en su cotidiana actividad evangelizadora".
Esta nueva experiencia "entrará en vigor a partir de los nuevos estudiantes que comenzarán su formación el próximo año académico 2020/2021", culmina el Papa, quien pide "una estrecha colaboración con la Secretaría de Estado y, más concretamente, con la Sección del Personal Diplomático de la Santa Sede (la tercera sección, ndr), así como con los representantes pontificios, los cuales ciertamente no dejarán de aportar una valiosa ayuda para identificar las Iglesias particulares dispuestas a acoger a los alumnos y a seguir de cerca su experiencia".
"Estoy seguro de que una vez superadas las preocupaciones iniciales que puedan surgir ante este nuevo estilo de formación de los futuros diplomáticos de la Santa Sede, la experiencia misionera que se quiere promover será útil no sólo para los jóvenes académicos, sino también para las Iglesias particulares con las que ellos colaborarán y, espero, suscitará en otros sacerdotes de la Iglesia universal el deseo de ponerse a disposición para realizar un período de servicio misionero fuera de su propia diócesis", concluye el Papa.
Carta del Papa al presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica
Carta del Santo Padre
Querido hermano,
Al concluir los trabajos de la reciente Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Pan-Amazónica, expresé el deseo de que los sacerdotes que se preparan para el servicio diplomático de la Santa Sede dediquen un año de su formación al compromiso misionero en una diócesis.
Estoy convencido de que tal experiencia será útil para todos los jóvenes que se preparan o comienzan el servicio sacerdotal, pero de manera especial para aquellos que en el futuro serán llamados a colaborar con los Representantes Pontificios y, a su vez, podrán convertirse a su vez en Enviados de la Santa Sede a las naciones e Iglesias particulares.
De hecho, como ya he tenido ocasión de recordar a la comunidad de esta Pontificia Academia Eclesiástica: "La misión que un día seréis llamados a realizar os llevará a todas las partes del mundo. En Europa, necesitada de despertar; en África, sedienta de reconciliación; en América Latina, hambrienta de alimento e interioridad; en América del Norte, decidida a redescubrir las raíces de una identidad que no se define por la exclusión; en Asia y Oceanía, desafiada por la capacidad de fermentar en la diáspora y dialogar con la inmensidad de las culturas ancestrales" (25 de junio de 2015).
Para afrontar positivamente estos crecientes desafíos para la Iglesia y el mundo, es necesario que los futuros diplomáticos de la Santa Sede adquieran, además de una sólida formación sacerdotal y pastoral, y de la formación específica que ofrece esta Academia, también una experiencia personal de misión fuera de su propia Diócesis de origen, compartiendo con las Iglesias misioneras un período de camino junto a su comunidad, participando en su actividad evangelizadora cotidiana.
(Traducción propia)