"Mi pensamiento va hacia Mariupol, la ciudad de María, bárbaramente destruida" Francisco: "¿Se está realmente buscando la paz? ¿Existe realmente la voluntad de que las armas se silencien?"

Francisco, en el Regina Coeli
Francisco, en el Regina Coeli

"De nuevo hoy renuevo el pedido que se abran corredores humanitarios seguros para las personas que están atrapadas en la siderúrgica de esa ciudad"

"Sufro y lloro pensando en los sufrimientos de la población ucraniana, en particular a los más débiles, los ancianos y niños. Llegan noticias terribles de niños expulsados y deportados"

"Cuando en la vida tenemos las redes vacías, no es el momento de autocompadecernos, de divertirnos, de volver a los viejos pasatiempos. Es el momento de volver a empezar con Jesús, de hallar el valor de recomenzar, de navegar mar adentro con Él"

"Porque la fe no es una cuestión de saber, sino de amor. ¿Me quieres?, te pregunta Jesús a ti, que tienes las redes vacías y miedo de recomenzar; a ti, que no tienes el valor de zambullirte y has perdido empuje. ¿Me quieres?, pregunta Jesús"

"¿Me quieres?, pregunta Jesús. Desde entonces, Pedro dejó de pescar para siempre y se dedicó al servicio de Dios y de los hermanos, hasta entregar su vida aquí, donde nos encontramos ahora. Y nosotros, ¿queremos amar a Jesús?"

"Hoy es la fiesta del Trabajo. Que sea estímulo para renovar el compromiso apra que el trabajo sea digno en todos lados y para todos, y que del mundo del trabajo haya voluntad de hacer crecer una economía de paz", añadió, recordando a los "obreros muertos en el trabajo, una tragedia muy difundida, quizás demasiado".

"¿Me quieres?, pregunta Jesús. Desde entonces, Pedro dejó de pescar para siempre y se dedicó al servicio de Dios y de los hermanos, hasta entregar su vida aquí, donde nos encontramos ahora. Y nosotros, ¿queremos amar a Jesús?". El Papa Francisco lanzó esta pregunta al término de su reflexión previa al Regina Coeli en este segundo Domingo de Pascua, que coincide con el Día del Trabajo y con el comienzo del mes de mayo, el mes de María.

Ante decenas de miles de fieles (la 'resurrección' es patente, pese a lo nublado del día), el Papa recordó que hoy comienza "el mes dedicado a la madre de Dios" e invitó a rezar "cada día de mayo, el Rosario por la paz". "El pensamiento va a la ciudad ucraniana de Mariupol, la ciudad de María, bárbaramente bombardeada destruida. De nuevo hoy renuevo el pedido que se abran corredores humanitarios seguros para las personas que están atrapadas en la siderúrgica de esa ciudad".

Fieles con el Papa
Fieles con el Papa

"Sufro y lloro pensando en los sufrimientos de la población ucraniana, en particular a los más débiles, los ancianos y niños. Llegan noticias terribles de niños expulsados y deportados" destacó. "Me pregunto, junto a tantas personas angustiadas. ¿Se está realmente buscando la paz? ¿Existe realmente la voluntad de que haya una desescalada militar, de que las armas se silencien? No nos rindamos ante la violencia, que nos encaminemos hacia la paz y el diálogo".

"Hoy es la fiesta del Trabajo. Que sea estímulo para renovar el compromiso apra que el trabajo sea digno en todos lados y para todos, y que del mundo del trabajo haya voluntad de hacer crecer una economía de paz", añadió, recordando a los "obreros muertos en el trabajo, una tragedia muy difundida, quizás demasiado". El Papa también rindió homenaje a los periodistas, "el año pasado 47 fueron asesinados, y más de 350 encarcelados".

En su reflexión anterior, el Papa narró el encuentro del Resucitado con sus discípulos a orillas del lago Galilea, en una noche en la que no pescaron nada. El relato evangélico traza a un Pedro desmoralizado, y es que, explicó Bergoglio, "también a nosotros nos puede pasar que, por cansancio, desilusión, quizás por pereza, nos olvidemos del Señor y descuidemos las grandes opciones que hemos tomado, para contentarnos con otra cosa".

Miles de fieles en San Pedro
Miles de fieles en San Pedro

Nos descuidamos con la excusa de las prisas

"Por ejemplo, no dedicamos tiempo a hablar en familia, y preferimos los pasatiempos personales; nos olvidamos de la oración, dejándonos arrebatar por nuestras necesidades; descuidamos la caridad, con la excusa de las prisas diarias" incidió.

Al hacer esto, añadió, "nos sentimos como Pedro, desmoralizados y con las redes vacías". "¿Qué hace Jesús? Vuelve de nuevo a la orilla del lago donde había elegido a Pedro, Andrés, Santiago y Juan. No hace reproches, sino que llama a los discípulos con ternura" y les vuelve a pedir "echar de nuevo las redes con valentía. Y una vez más las redes se llenan hasta lo inverosímil".

"Hermanos, hermanas, cuando en la vida tenemos las redes vacías, no es el momento de autocompadecernos, de divertirnos, de volver a los viejos pasatiempos. Es el momento de volver a empezar con Jesús, de hallar el valor de recomenzar, de navegar mar adentro con Él", reclamó Francisco.

Miles de fieles siguen al Papa
Miles de fieles siguen al Papa

El amor genera asombro

"Es un gesto de amor, porque el amor va más allá de lo útil, lo conveniente y lo debido; el amor genera asombro, inspira impulsos creativos, gratuitos. Así, mientras Juan, el más joven, reconoce al Señor, es Pedro, más anciano, quien se lanza al agua para ir a su encuentro. En esa zambullida está todo el impulso recobrado de Simón, llamado Pedro", concluyó.

"Queridos hermanos y hermanas, hoy estamos invitados a un nuevo impulso, a zambullirnos en el bien sin miedo de perder algo, sin hacer demasiados cálculos, sin esperar a que empiecen los otros. Porque para ir al encuentro de Jesús hay que comprometerse" sugirió el Papa, quien animó a preguntarnos: "¿soy capaz un arranque de generosidad, o contengo los impulsos del corazón y me cierro en la costumbre, en el miedo? Lanzarse, zambullirse".

Francisco saluda a los fieles
Francisco saluda a los fieles

Al final de este episodio, Jesús le hace tres veces a Pedro la pregunta: «¿Me quieres?» (vv. 15.16). "Hoy el Resucitado nos lo pregunta también a nosotros: ¿Me quieres? Porque en la Pascua quiere que resurja también nuestro corazón; porque la fe no es una cuestión de saber, sino de amor. ¿Me quieres?, te pregunta Jesús a ti, que tienes las redes vacías y miedo de recomenzar; a ti, que no tienes el valor de zambullirte y has perdido empuje. ¿Me quieres?, pregunta Jesús. Desde entonces, Pedro dejó de pescar para siempre y se dedicó al servicio de Dios y de los hermanos, hasta entregar su vida aquí, donde nos encontramos ahora. Y nosotros, ¿queremos amar a Jesús?". ¿Queremos?

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