Francisco pide pasar "del lamento a la dinámica del servicio" "Sí, el Señor está vivo, camina con nosotros. Sí, ahora, no mañana, estamos en camino para anunciarlo"

Regina Coeli con el Papa
Regina Coeli con el Papa

"Mientras luchamos contra la pandemia de coronavirus, también debemos continuar nuestros esfuerzos para prevenir y tratar el paludismo, que amenaza a miles de millones de personas en muchos países”

"En la vida siempre estamos en el camino. Y nos convertimos en aquello hacia lo que vamos. Elegimos el camino de Dios, no el camino del ego; el camino del sí, no el camino del si"

"No hay ningún imprevisto, no hay ascenso, no hay ninguna noche que no se pueda enfrentar con Jesús"

Cambiar del 'si' al 'sí'. De la duda a la certeza. Del desasosiego a la confianza. Eso hicieron los discípulos cuando, camino de Emaús, se encontraron con Jesús. Y eso pidió el Papa Francisco durante el rezo del Regina Coeli en el que pidió rezar, también, por las víctimas de otras enfermedades, como la malaria. "Mientras luchamos contra la pandemia de coronavirus, también debemos continuar nuestros esfuerzos para prevenir y tratar el paludismo, que amenaza a miles de millones de personas en muchos países”.

Antes del rezo del Regina Coeli, Francisco volvió a referirse al episodio de los discípulos de Emaús, “una historia que comienza y termina en el camino”, que dista once kilómetros de Jerusalén. De hecho, son dos viajes, el de ida a Emaús, y el de vuelta, tras encontrarse con Jesús. “Dos viajes: uno fácil durante el día y el otro agotador por la noche. Sin embargo, la primera tiene lugar en la tristeza, la segunda en la alegría. En el primero está el Señor caminando a su lado, pero no lo reconocen; en el segundo ya no lo ven, pero lo sienten cerca de ellos. En el primero están desanimados y desesperados; en el segundo corren para llevar a los demás la buena noticia del encuentro con Jesús Resucitado”.

La bendición del Papa en el regina coeli
La bendición del Papa en el regina coeli

Como los de Emaús, nosotros, “discípulos de Jesús hoy, en la vida tenemos ante nosotros dos direcciones opuestas”. Éste es el punto de inflexión:

“Dejar de orbitar alrededor de uno mismo, las decepciones del pasado, los ideales no realizados, y seguir mirando la más grande y verdadera realidad de la vida: Jesús está vivo y me ama”.

En definitiva, “pasar de los pensamientos sobre mi ego a la realidad de mi Dios; pasar - con otro juego de palabras - de "si" a "sí". Diga si: "si nos hubiera liberado, si Dios me hubiera escuchado, si la vida hubiera ido como yo quería, si tuviera esto y aquello...". Aquí están nuestros "ifs", similares a los de los dos discípulos. Pero pasan al sí: "Sí, el Señor está vivo, camina con nosotros. Sí, ahora, no mañana, estamos en camino para anunciarlo"”.

Los tres pasos

¿Y qué pasó para ponerle tilde a la palabra? El encuentro con Jesús: “los dos de Emaús le abren primero su corazón, luego le escuchan explicar las Escrituras y luego le invitan a casa”. Son tres pasos, “que también nosotros podemos dar en nuestras casas: primero, abrir el corazón a Jesús, confiándole las cargas, las dificultades, las desilusiones de la vida; segundo, escuchar a Jesús, tomar el Evangelio en mano, leyendo hoy este pasaje, en el capítulo veinticuatro del Evangelio de Lucas; tercero, orar a Jesús, con las mismas palabras de aquellos discípulos: 'Señor, quédate con nosotros. (v. 29): con todos nosotros, porque te necesitamos para encontrar el camino'”.

El Papa bendice una plaza vacía
El Papa bendice una plaza vacía

“Queridos hermanos y hermanas, en la vida siempre estamos en el camino. Y nos convertimos en aquello hacia lo que vamos. Elegimos el camino de Dios, no el camino del ego; el camino del sí, no el camino del si. Descubriremos que no hay ningún imprevisto, no hay ascenso, no hay ninguna noche que no se pueda enfrentar con Jesús”, concluyó.

Tras el Regina Coeli, Francisco recordó que ayer se celebró el Día Mundial de la Malaria. “Mientras luchamos contra la pandemia de coronavirus, también debemos continuar nuestros esfuerzos para prevenir y tratar el paludismo, que amenaza a miles de millones de personas en muchos países”, recordó el Papa, quien apuntó que “estoy cerca de todos los enfermos, de los que los tratan y de los que trabajan para asegurar que cada persona tenga acceso a buenos servicios de salud básicos”.

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