Reivindica "el camino sinodal que toda la Iglesia está emprendiendo" El Papa, al clero norteamericano: "La gente necesita que se escuchen sus preguntas, sus angustias y sus sueños"

El Papa, con el clero norteamericano
El Papa, con el clero norteamericano

"Un camino de escucha del Espíritu Santo y de unos con otros, para discernir cómo ayudar a los miembros del pueblo santo de Dios a vivir el don de la comunión y a convertirse en discípulos misioneros”

Diálogo, comunión y misión son los tres elementos que Francisco consideró esenciales para la formación sacerdotal

Francisco les invitó además, para que durante los años de estancia en Roma, que mantengan los "ojos abiertos tanto al misterio de la unidad de la Iglesia, manifestada en su legítima diversidad, pero vivida en la unicidad de la fe", estar alertas también, manteniendo los ojos abiertos  al testimonio profético de caridad

(Vatican News).- El Papa Francisco recibió esta mañana a los sacerdotes, diáconos, seminaristas y personal del Pontificio Colegio Norteamericano, y les recordó su visita al Colegio en mayo de 2015 y la celebración de la Misa en la Capilla.

Un encuentro el del colegio norteamericano que coincide “con el camino sinodal que toda la Iglesia está emprendiendo actualmente, un camino de escucha del Espíritu Santo y de unos con otros, para discernir cómo ayudar a los miembros del pueblo santo de Dios a vivir el don de la comunión y a convertirse en discípulos misioneros”, les dijo, afirmando que este es también el reto y la tarea que están llamados a asumir mientras recorren juntos el camino hacia la ordenación sacerdotal y el servicio pastoral.

Tres elementos esenciales para la formación sacerdotal

Diálogo, comunión y misión son los tres elementos que Francisco consideró esenciales para la formación sacerdotal. Y se pueden apreciar, dijo, en el pasaje del Evangelio de San Juan que narra cómo Andrés y otro discípulo de Juan el Bautista se encuentran con Jesús, permanecen con Él durante un tiempo y luego conducen a otros, en particular a Simón Pedro, al encuentro del Señor (cf. Jn 1,35-42).

Audiencia del papa Francisco

El diálogo

“Cuando Jesús se dio cuenta de que los discípulos le seguían, les preguntó qué buscaban. Cuando le preguntaron dónde se alojaba, les invitó: "Venid y lo veréis" (vv. 38-39)”.

Al respecto, Francisco les dijo que, en sus vidas sacerdotales, pero en especial en el “tiempo de formación seminarística, el Señor entra en un diálogo personal” con cada uno de ellos, y les pregunta, qué buscan, invitándolos seguidamente a "venir y ver", a hablar con Él, dijo el Papa, abriendo sus corazones y entregándose a “Él con confianza en la fe y en el amor”.

 Se trata, les afirmó, de cultivar una relación cotidiana con Jesús, alimentada sobre todo por la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la ayuda del acompañamiento espiritual y la escucha silenciosa ante el Sagrario.

"Es en estos momentos de relación familiar con el Señor cuando mejor podemos escuchar su voz y descubrir cómo servirle a Él y a su pueblo con generosidad y de todo corazón"

La comunión

"San Juan nos dice también que aquel día los discípulos "se quedaron con" Jesús (v. 39). He aquí el segundo elemento esencial: la comunión. Permaneciendo con Jesús, los discípulos empezaron a aprender, de sus palabras, de sus gestos e incluso de su mirada, lo que realmente le importaba y lo que el Padre le había enviado a anunciar".

Clero y vida religiosa escuchan al Papa
Clero y vida religiosa escuchan al Papa

Como los discípulos de Jesús aprendieron de sus palabras, de sus gestos, de su mirada, cuando se quedaron con Él, también el camino  de la formación sacerdotal exige una comunión constante, señaló: en primer lugar con Dios, pero también con los que están unidos en el cuerpo de Cristo, la Iglesia.

Francisco les invitó además, para que durante los años de estancia en Roma, que mantengan los "ojos abiertos tanto al misterio de la unidad de la Iglesia, manifestada en su legítima diversidad, pero vivida en la unicidad de la fe", estar alertas también, manteniendo los ojos abiertos  al testimonio profético de caridad que la Iglesia, particularmente aquí en Roma, señaló, expresa a través de sus actos concretos de compartir y de ayuda a los necesitados. Con el objetivo, remarcó, de que estas experiencias les ayuden a desarrollar ese "amor fraterno capaz de ver la grandeza sagrada del prójimo, de encontrar a Dios en cada ser humano, de soportar en común los acosos de la vida (cf. Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 92)".

La misión

Retomando el texto litúrgico, el Santo Padre, mencionando el último elemento, recordó que, después de quedarse con Jesús, Andrés fue a buscar a su hermano Simón y se lo llevó (cf. Jn 1,40-41).

"Aquí vemos cómo el testimonio, nacido del diálogo y de la comunión con Cristo, se convierte en misión: los discípulos, en cuanto son llamados, salen a atraer a los demás con su testimonio"

Y recordó a los sacerdotes, que cuando Jesús llama a hombres y mujeres, "lo hace para enviarlos", en particular a los más vulnerables y a los marginados de la sociedad, a quienes no sólo estamos llamados a servir, sino de quienes también podemos aprender mucho. Ante un mundo individualista, Francisco dijo que hoy día, la gente "necesita que se escuchen sus preguntas, sus angustias y sus sueños", para que podamos acompañarla mejor hacia el Señor, que reaviva la esperanza y renueva la vida de todos".

Por último, expresó su confianza, que, mientras los religiosos de este Colegio Pontificio llevan a cabo "las obras de misericordia espirituales y corporales a través de los diversos apostolados educativos y caritativos en los que ya están comprometidos, sean siempre signos de una Iglesia que sabe salir al encuentro (cf. Evangelii gaudium, 20), compartiendo la presencia, la compasión y el amor de Jesús con nuestros hermanos y hermanas." 

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