El Papa denuncia la corrupción en el país y exige a sus autoridades cumplir con los acuerdos de paz Francisco, rotundo en Sudán del Sur: "Basta de destrucción, es la hora de la construcción"

Francisco, rotundo en Sudán del Sur: "Basta de destrucción, es la hora de la construcción"
Francisco, rotundo en Sudán del Sur: "Basta de destrucción, es la hora de la construcción"

"Vengo como peregrino de reconciliación, con el sueño de acompañarles en su camino de paz, un camino tortuoso, pero que ya no puede ser postergado. No he llego solo, porque en la paz, como en la vida, se camina juntos"

"Nos hemos embarcado en esta peregrinación ecuménica de paz después de haber escuchado el grito de todo un pueblo que, con gran dignidad, llora por la violencia que sufre, por la constante inseguridad, por la pobreza que lo golpea y por los desastres naturales que lo atormentan"

"Ustedes están llamados a regenerar la vida social, como fuentes límpidas de prosperidad y de paz, porque esto es lo que necesitan los hijos de Sudán del Sur: padres, no patrones; pasos decididos hacia el desarrollo, no continuas caídas"

"Para que esta tierra no quede reducida a un cementerio, sino que vuelva a ser un jardín floreciente, les ruego, de todo corazón, que acojan una palabra sencilla, que no es mía, sino de Cristo. Él la pronunció precisamente en un jardín, en el Getsemaní, cuando, ante el discípulo que había desenvainado la espada, dijo: «Basta»"

"¿Qué quiere decir ser una res publica? Significa reconocerse como realidad pública, es decir, afirmar que el Estado es de todos; y, por tanto, que quien, en su seno, asume responsabilidades mayores, presidiéndolo y gobernándolo, está obligado a ponerse al servicio del bien común"

"La democracia presupone, además, el respeto de los derechos humanos, custodiados por la ley y por su aplicación, y específicamente presupone la libertad de expresar las propias ideas"

"Amigos, es tiempo de pasar de las palabras a los hechos. Es tiempo de pasar página; es tiempo de compromiso en favor de una transformación que es urgente y necesaria. El proceso de paz y de reconciliación requiere un nuevo impulso"

"Que sea para toda una ocasión para relanzar la esperanza; que cada ciudadano pueda comprender que ya no es tiempo de dejarse llevar por las aguas malsanas del odio, del tribalismo, del regionalismo y de las diferencias étnicas; es tiempo de navegar juntos hacia el futuro"

"Que se involucre más, incluso en los procesos políticos y decisionales, también a las mujeres, las madres, que saben cómo se genera y se conserva la vida. Que haya respeto hacia ellas, porque quien comete violencia contra una mujer, la comete contra Dios, que de una mujer tomó la carne"

"Tráficos inicuos de dinero, tramas ocultas para enriquecerse, negocios clientelares, falta de transparencia: este es el fondo contaminado de la sociedad humana, que impide que los recursos necesarios lleguen donde es más necesario"

"Debe detenerse el tráfico de armas que, a pesar de las prohibiciones, continúan llegando a muchos países de la zona y también a Sudán del Sur. Aquí se necesitan muchas cosas, pero ciertamente no hay ninguna necesidad de más instrumentos de muerte"

"Me alegra estar en esta tierra que llevo en el corazón". El Papa Francisco está visiblemente emocionado. Si está cansado por los tres días de viaje en Congo y el vuelo hasta Yuba, no lo aparente. Su alegría al encontrarse con sus dos amigos, Justin Welby, e Iain Greenshields, se multiplicó al comprobar cómo las alegrías, los gritos y los cantos volvieron a ser una constante en su camino común hasta el Palacio Presidencial, donde les aguardaba el presidente Salva Kiir Mayardit. También, unas fortísimas medidas de seguridad, pues la paz y la violencia conviven en un frágil equlibrio en el país más joven de la Tierra.

Antes de escuchar las palabras del arzobispo de Canterbury y del Moderador de la Iglesia de Escocia, Bergoglio lanzó un rotundo y durísimo alegato en contra de la corrupción y a favor de la paz y la democracia. "Basta ya", clamó ante las autoridades. "Basta ya de sangre derramada, basta de conflictos, basta de agresiones y acusaciones recíprocas sobre quien haya sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz. Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz", señaló, de la mano junto a los líderes anglicano y presbiteriano.

Francisco recibe una paloma de la paz
Francisco recibe una paloma de la paz Vatican Media

Padres, no patrones

"Ustedes están llamados a regenerar la vida social, como fuentes límpidas de prosperidad y de paz, porque esto es lo que necesitan los hijos de Sudán del Sur: padres, no patrones; pasos decididos hacia el desarrollo, no continuas caídas" insistió Bergoglio. "Para que esta tierra no quede reducida a un cementerio, sino que vuelva a ser un jardín floreciente, les ruego, de todo corazón, que acojan una palabra sencilla, que no es mía, sino de Cristo. Él la pronunció precisamente en un jardín, en el Getsemaní, cuando, ante el discípulo que había desenvainado la espada, dijo: «Basta»".

Y lo hizo "como peregrino de reconciliación, con el sueño de acompañarles en su camino de paz, un camino tortuoso, pero que ya no puede ser postergado", y acompañado de dos hermanos. "Juntos, tendiéndoles la mano, nos presentamos a ustedes y a este pueblo en el nombre de Jesucristo, Príncipe de la paz". 

¿Por qué esta "peregrinación ecuménica de paz, que viene "después de haber escuchado el grito de todo un pueblo que, con gran dignidad, llora por la violencia que sufre, por la constante inseguridad, por la pobreza que lo golpea y por los desastres naturales que lo atormentan"?. Francisco lo tiene claro: "Son años de guerras y conflictos que parecen no tener fin, incluso recientemente se han verificado violentos enfrentamientos, mientras que los procesos de reconciliación y las promesas de paz permanecen incumplidas".

Firma del Papa en el libro de honor
Firma del Papa en el libro de honor

El río de la vida, el río de la paz

Tomando como imagen el curso del río Nilo, y de sus fuentes, Bergoglio recordó a las autoridades que "están llamados a regenerar la vida social, como fuentes límpidas de prosperidad y de paz, porque esto es lo que necesitan los hijos de Sudán del Sur: padres, no patrones; pasos decididos hacia el desarrollo, no continuas caídas".

"Que los años sucesivos al nacimiento del país, marcados por una infancia herida, dejen paso a un crecimiento pacífico. Ilustres autoridades, vuestros “hijos” y la historia misma les recordarán si hacen el bien a esta población, que les has sido confiada para servirla", les advirtió. Fue más allá: "Las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres en base a cuanto ustedes hagan ahora, porque, así como el río deja las fuentes para comenzar su curso, también el curso de la historia dejará atrás a los enemigos de la paz y dará renombre a quienes trabajaron por la paz".

"La violencia, sin embargo, hace retroceder el curso de la historia", reconoció el Pontífice, dirigiéndose directamente al presidente y los vicepresidentes, con los que rezó en Roma hace ahora tres años y medio: "Ha llegado la hora de decir basta, sin condiciones y sin peros". Es tiempo de paz, no de destrucción. Tiempo de hacer República, de "afirmar que el Estado es de todos; y, por tanto, que quien, en su seno, asume responsabilidades mayores, presidiéndolo y gobernándolo, está obligado a ponerse al servicio del bien común. Este es el propósito de la autoridad: servir a la comunidad".

El Papa firma en el Libro de Honor
El Papa firma en el Libro de Honor Vatican Media

No es fácil, pues "la tentación que está siempre al acecho es servirse de ella para alcanzar los propiosintereses". "No basta por tanto llamarse República; es necesario serlo", apuntó, reclamando planes de reactivación económica para todos".

Respeto, libertad y justicia

"La democracia presupone, además, el respeto de los derechos humanos, custodiados por la ley y por su aplicación, y específicamente presupone la libertad de expresar las propias ideas", insistió, pidiendo justicia y libertad para todos. Siguiendo el curso del río, hasta llegar a la llanura, el Papa pidió que "el itinerario de paz de la República no proceda entre altos y bajos, sino que, desde esta capital, se vuelva transitable, sin quedarse empantanado en la inercia".

"Amigos, es tiempo de pasar de las palabras a los hechos. Es tiempo de pasar página; es tiempo de compromiso en favor de una transformación que es urgente y necesaria. El proceso de paz y de reconciliación requiere un nuevo impulso. Que se entienda y se lleve adelante el acuerdo de paz, así como la hoja de ruta", rogó, poniendo a Sudán del Sur en el centro de los problemas del mundo.

El Papa y Welby

"En un mundo marcado por las divisiones y los conflictos, este país acoge una peregrinación ecuménica de paz, que constituye una rareza; ojalá represente un cambio de marcha, la ocasión para que Sudán del Sur vuelva a navegar por aguas tranquilas, reanudando el diálogo sin falsedades y oportunismos. Que sea para toda una ocasión para relanzar la esperanza; que cada ciudadano pueda comprender que ya no es tiempo de dejarse llevar por las aguas malsanas del odio, del tribalismo, del regionalismo y de las diferencias étnicas; es tiempo de navegar juntos hacia el futuro", clamó. 

De la barbarie del enfrentamiento al civismo del encuentro

"Este es el camino: respetarse, conocerse y dialogar", prosiguió, porque "si detrás de cada agresión hay rabia y rencor, y detrás de cada rabia y rencor está el recuerdo de heridas, humillaciones y errores que no se han sanado, la única ruta para salir de ahí es el encuentro: acoger a los demás como hermanos y darles su espacio, incluso sabiendo dar un paso atrás".

"Esta actitud, esencial para los procesos de paz, es indispensable también para el desarrollo cohesionado de la sociedad. Y para pasar de la barbarie del enfrentamiento al civismo del encuentro es decisivo el papel que pueden y quieren realizar los jóvenes", para quienes pidió "espacios de libertad y de encuentro". Y para las mujeres, "que saben cómo se genera y se conserva la vida". "Que haya respeto hacia ellas, porque quien comete violencia contra una mujer, la comete contra Dios, que de una mujer tomó la carne".

"Es necesario mirar más allá de los grupos y de las diferencias para caminar como un único pueblo, en el que, como sucede en el Nilo, los distintos afluentes traigan riquezas", prosiguió su reflexión el Papa, recordando el trabajo de los misioneros y cooperantes, incluidos aquellos que "lamentablemente encuentran la muerte mientras siembran la vida". "No los olvidemos y no dejemos de garantizarles a ellos y a los cooperantes la necesaria seguridad; ni de respaldar sus obras de bien con los apoyos necesarios, de modo que el río del bien siga fluyendo", pidió. 

El Papa también hizo referencia a los desastres naturales, y pidió "hacerse cargo, con una mirada amplia, que tenga en el punto de mira a las generaciones futuras. Pienso, en particular, en la necesidad de combatir la deforestación causada por el afán de conseguir más ganancias", así como la limpieza de los lechos del río, que sirvió como metáfora para instar a "la lucha contra la corrupción".

Tráficos de armas, dinero, personas... ¿y los pobres?

"Tráficos inicuos de dinero, tramas ocultas para enriquecerse, negocios clientelares, falta de transparencia: este es el fondo contaminado de la sociedad humana, que impide que los recursos necesarios lleguen donde es más necesario; en primer lugar, para combatir la pobreza, que constituye el terreno fértil en el que se enraízan odios, divisiones y violencia", insistió el Papa, quien recordó que "la urgencia de un país civilizado es hacerse cargo de sus ciudadanos, en particular de los más frágiles y desfavorecidos".

Francisco, en su encuentro privado con el presidente de Sudán del Sur
Francisco, en su encuentro privado con el presidente de Sudán del Sur Vatican Media

"Pienso sobre todo en los millones de desplazados que viven aquí. Cuántos de ellos han tenido que dejar su casa y se encuentran relegados en los márgenes de la vida luego de enfrentamientos y migraciones forzadas", culminó, exigiendo detener "el tráfico de armas que, a pesar de las prohibiciones, continúan llegando a muchos países de la zona y también a Sudán del Sur. Aquí se necesitan muchas cosas, pero ciertamente no hay ninguna necesidad de más instrumentos de muerte".

Fkinalmente, todo río llega al mar. "El río no conoce fronteras, sino que une territorios. De modo similar, para alcanzar un desarrollo adecuado es esencial, hoy más que nunca, cultivar las relaciones positivas con otros países, comenzando por los circundantes", en lugar de vientos de guerra. "Expreso mi reconocimiento por el esfuerzo dirigido a favorecer la reconciliación y el desarrollo".

"Sé que algunas de mis expresiones pueden haber sido francas y directas, pero les ruego que crean que esto nace sólo del afecto y de la preocupación con la que sigo vuestras vicisitudes, junto a los hermanos con los que he venido hoy aquí, peregrino de paz", finalizó el Papa, de nuevo junto a Welby y Greenshields. "Deseamos ofrecerles de corazón nuestra plegaria y nuestro respaldo para que Sudán del Sur se reconcilie y cambie de ruta; para que su curso vital no se detenga ante el aluvión de la violencia, obstaculizado por los cenagales de la corrupción ni frustrado por el desbordamiento de la pobreza. El Señor del cielo, que ama esta tierra, le conceda un nuevo tiempo de paz y de prosperidad. Que Dios bendiga la República de Sudán del Sur".

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