Un buen día me di cuenta: Que llevaba mal las cuentas de mi vida, que no eran mías. ¡ Calculé mal las cuentas de mi Vida!

¡ Calculé mal las cuentas de mi Vida!
¡ Calculé mal las cuentas de mi Vida!

¡Y Amar es la especialidad en abandonarse totalmente!

Y vivir desde lo más profundo de nuestro maestro hospitalario.

¡ Calcule mal las cuentas de mi vida!
¡ Calcule mal las cuentas de mi vida!

¡ Calcule mal las cuentas de mi vida!

Un buen día me di cuenta:
Que llevaba mal las cuentas de mi vida, que no eran mías.

Hasta que me di cuenta
De que por mí, nada podía
Y que hasta lo más hermoso
de cada día, lo impedía

Me di cuenta de que para vivir 
solo tenía que anularme cada día, como el Maestro de Nazaret,

que nunca hizo lo que quería, sino lo que debía.

Abandonarse en el vértigo de la Confianza, sin paracaídas, 

solamente es posible si de verdad quieres amar,  y no equivocarte más en tu vida.



Hay un nuevo modo de vivir
que no se encuentra, en los grandes tratados del pensamiento humano.
No hace falta una gran
preparación intelectual.

Cualquiera que se quiera de verdad, únicamente tiene que ser experto en Amar,

y Amar es la especialidad en abandonarse totalmente, y vivir desde lo más profundo de nuestro maestro hospitalario.

Ahí se encuentra el gran misterio que se abre para ti y el camino de la paz y el bien.

¡Si esto lo has encontrado, cuídalo como a tu vida, y luego compártelo con los que quieran recibirlo!

Cuando uno descubre la paz de saberse limitado, pequeño,
aprende a dar gracias por todo.

Comienza a ser misericordia y a practicarla de dia y de noche.

Reconoce al Perdón en cualquier rincón y comienza a perdonar en cualquier esquina.

Acepta toda su vida, porque no es suya y entiende la de los demás.
Al fin, ha encontrado, se ha abandonado totalmente en la Sabiduría del Maestro: Camino, Verdad y Vida. 

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