Hermano Jesús, ¿Qué soy yo? Solo lo que soy. ❤️ Soy tan solo lo que soy ante Dios. (San Francisco de Asís) - Jesús, hermano mío!

Por eso no me comparo, no me defiendo,

no pretendo ser más ni menos,

solo quiero ser lo que Tú soñaste,

esa luz secreta que guardas en mí.

❤️ Soy tan solo lo que soy ante Dios.  (San Francisco de Asís)   Jesús, hermano mío!
❤️ Soy tan solo lo que soy ante Dios. (San Francisco de Asís) Jesús, hermano mío! Alfonso Olaz OFS

Bienaventurado el que no se cree más de lo que es,

porque en la sencillez de su ser ha encontrado el Reino.


Hermano Jesús,

¿Qué soy yo?

Solo lo que soy.


¿Y quién soy?


Tú, que me miras sin esconder nada,

me has revelado que sin Ti soy nada,

vacío sin raíces, sombra sin luz.


Nada poseo… nada soy…

y sin embargo, todo es don,

porque Tú, con tus manos invisibles,

me has dado el mundo entero,

me has dado la vida en cada latido.


Lo que soy ante Dios:

un corazón desnudo que se abre,

que se deja mirar sin miedo,

que se abandona al amor que me habita.


Tú haces maravillas

cuando me dejo amar,

cuando mi corazón se rinde y canta,

cuando, pequeño y humilde,

me vuelvo pájaro de tu cielo,

creatura frágil de tu creación.


Y tanto me has amado,

sin condiciones ni cadenas,

sin preguntas ni límites,

con un amor que desborda,

con un amor que sostiene,

con un amor que basta.


Por eso no me comparo, no me defiendo,

no pretendo ser más ni menos,

solo quiero ser lo que Tú soñaste,

esa luz secreta que guardas en mí.


En ese lugar oculto,

pequeño, invisible a todos los ojos,

donde solo Dios y yo nos sabemos,

ahí, en ese silencio santo,

soy verdad.


Ahí soy hijo merecido,

ahí soy tu hermano,

simplemente lo que soy ante Ti,

y en esa gran verdad, me basta.

(II) Jesús, hermano mío,

Saber que soy tuyo,

y que Tú eres mío,

que somos hermanos en la sangre y en la esperanza,


esa es la locura más hermosa,

esa es la maravilla que me despierta.

Sentir y abrazar la esperanza que Tú eres,

y no guardarla en mí,

sino gritarla al mundo,

para que te conozcan y te amen como yo.


Saber que me acompañas desde el primer aliento,

y en los días más duros,

cuando la vida pesa como una piedra,

sentir tu fuerza que me levanta,

tu consuelo que me abraza.


Que amamos, sentimos y vivimos juntos,

dos amigos que lloran y ríen,

que sufren y se alegran,

que aprenden que sin Ti nada es posible,

que sin Ti no hay camino,

que sin Ti solo queda la soledad.


Y que hoy aprendemos, hermano,

que todo está en Ti,

que solo contigo

vale la pena vivir,

amar, y morir.


Del Evangelio a la vida,

de la vida al Evangelio,

caminamos juntos,

siempre contigo.





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