¡Es fácil morir por amor, lo difícil es vivir con Él, Amor.!

Morir por amor lo hacemos todos
Y muy fácil es
Vivir cada día con Él, Amor..
¡Qué difícil es...!

Y nos esforzamos
Y hasta nos empeñamos
¡Y de que modo!
Obsesionándonos en vivir por el amor y casi lo conseguimos.
Pero la dirección que tomamos es la equivocada...

De las rosas sin espinas que agradable y fácil es olerlas
Más el morir es lo fácil, siendo Rosa, rosa.

Lo difícil es vivir muriendo cada día, como las rosas rojas de Jesús,
y las rosas blancas de María,
del huerto del hortelano.

¡Confiando radicalmente en su palabra, como ya me lo ha prometido!

Vivir cada día y nada más
Despojándonos de nuestros pétalos, para ser rosas rojas
sin espinas, rosas blancas de alegría.
Muriendo cada día por Él, Amor.. Para ya ser rosas de su huerto.

Bebiendo del agua fresca de su pozo blanco, de su huerto
Para ser rosas rojas y blancas de su huerto.
Del Espíritu de Dios, Sí.

Y queriendo Él, que estemos con todas sus fuerzas-,
En sus acequias para saciarnos con sus aguas
Y dar su luz, toda su luz, en las orillas tenebrosas de las periferias
En las cloacas de los submundos que hemos creado.

Para ser testimonio de hermanos de los hermanos y hermanas de Jesús
pobre y resucitado.

Para liberar a los oprimidos
Dar de su Paz y su Justicia
Para así dar su cuerpo y su sangre

Con la esperanza cierta
De ser presencia ya despojada
De la presencia de Jesús en todos
mis hermanos.

Solo importándome lo que me pide el buen hortelano
Que será lo que él me demande
No importándome lo que no sea del hortelano.

¿Jesús, De que nos vale la Eucaristía?
¿Si el pan y el vino no lo compartimos con nuestros hermanos a los que vemos y no miramos?

Y decimos bien,. de Dios
Y nos burlamos de Dios, mal
Al que no vemos, ni miramos.

Y decimos que creemos cuando comulgamos con nuestros intereses

Y no con él Pan y Vino de su Reino de Justicia y de Paz.