Madre, Lo que importa es saberte que tú me tienes y me sostienes. 💙¡María, la Madre de Urgencias, que atiende 24/7! ( I-II)
Madre, Tú:
Ni en los más duros momentos fallaste a Jesús
Imposible que a mí me falles
Pues él te encargó que fueras mi Madre, que cuidaras de mí
Imposible que a mí me falles
Pues él te encargó que fueras mi Madre, que cuidaras de mí
| Alfonso Olaz
María: escuchas muy bien, atiendes genial, curas sin dejar heridas ni cicatrices.
Madre María, tú me atiendes a cualquier hora
y me curas a deshoras cuando la noche está oscura.
Cuando estoy cansado, apesadumbrado
a ti te miro, musito unas palabras, y descanso en ti esperando
¡Tú, Madre, me animas a continuar!
Cuando lloro, y no encuentro la salida de emergencia
tú te haces la encontradiza, me miras, me tomas el pulso de la mano, y desahogándote contigo, me lanzas otra vez a la vida.
Cuando Jesús estaba cansado y triste, inquieto
Él a ti venía y tú, mirándolo a los ojos, le escuchabas, le sanabas y le besabas
Otras veces tú ibas a él y en el atardecer,
¡qué diálogos tendríais los dos...!
Como la Madre y el Hijo
Madre,
Lo que importa es saberte que tú me tienes y me sostienes.
No porque me tengas
No por qué en ello crea.
Ni por saberlo, por creído.
Sino, porque tú lo quieres.
Yo así lo quiero y te doy mil gracias
Por ser el hijo de la Madre, de la Madre, del pueblo en el que he nacido, y sé que nunca me fallará.
Que el hijo no elige a su Madre
Es Jesús, hijo y padre, que eligió a su Madre por Madre Mía.
¡Qué misterio de amor!
¡Muchas gracias Jesús!
¡María, la Madre de Urgencias que atiende 24/7! (II)
Madre, Tú:
Ni en los más duros momentos fallaste a Jesús
Pues él te encargó que fueras mi Madre, que cuidaras de mí
Madre,
Primero, aceptarte como eres
Para mostrarte y compartirte
No eras la hija de un rico hombre
Ni tenías el título de un alto funcionario de Galilea.
Pero eres la Madre del Gran Señor de la Vida, el que la da y el que la quita
Eres de origen muy humilde
Valiente y Luchadora
Generosa en extremo por amor a tu Creador
¡No me dará vergüenza hablar de mi Madre!
Sí, acepto ser su hijo
Y aceptaré el destino que tengo
Vivir como hijo de la Madre
Aunque me cambie mi vida,
Aceptaré mi historia de familia, toda
Y seré consecuente para ser hijo de María y hermano de Jesús
Madre
¡Cuánto sufriste en tu sonora soledad!
Cuando estabas a solas y presurosa, inquieta, triste y llorosa
A tu padre rezabas y así continuabas
¡Otras veces con tu hijo hablabas y qué conversaciones tenías.!
Madre,
Ahora quiero rezar contigo
Escuchar las palabras del Padre y del Hijo para conocerte
Dejarme, amar, vaciándome, para amarte, llenándome
Para que me lleves por donde tú quieres, iré por donde no quiero.
No volver la vista atrás y ser ya, hijo digno tuyo
Eso es lo que quieres, Madre
Testigos de lo Absoluto
Mudos de las palabras
Amigo fuerte de tu voluntad
Humilde y sencillo como mi Madre
Para que el Espíritu haga la Obra que quiere en mí.
Si creemos en esto, viviremos en esto
Del Evangelio a la Vida
De la Vida al Evangelio