¡Si de verdad queremos seguirte!
No nos dejes caer en la tentación del orgullo
Que despedaza y tritura todo nuestro ser

¡No nos dejes yacer en la ausencia de la humildad-
estrella del ángel caído!
Ni hundirnos en los viejos submundos del ego

¡No permitas que nos soltemos

y tropecemos en lo que es contrario de la hermana sencillez!

¡No dejes derrumbarnos en la desesperanza, para ser la triste figura del árbol abatido!

¡No nos dejes caer en la anulación del anónimo hermano, machacado con nuestra palabra, obra y omisión!

¡No permitas  lo contrario de ser!: de la alegría, ni la tristeza mortal, de la marioneta de la depresión

No consientas que caigamos al vacío del Hades, por sentirnos tan satisfechos con nuestra vida de no fraternidad

Con el Espíritu del evangelio, confórmanos el modo de pensar y obrar al de Cristo

Y sí, envía a tu Espíritu Santo,

que nos abrase Todo, para hacer tu voluntad
y ya no querer volver hacia atrás jamás

Dando testimonio de ti
para ser testigo incorruptible
siendo subversivos de tu evangelio sin medida

Ser cómplices de este Reino que no pasa
En amar al prójimo anónimo como a ti mismo, dónde tú estas, en medio de nosotros

Del Evangelio a la Vida
De la vida al evangelio