Un mes de Ramadan bajo el signo de la reconciliacion

Bajo el signo de la reconciliacion
Bajo el signo de la reconciliacion

Este lunes, 6 de mayo, comienza en todo el mundo el mes santo de los musulmanes, el Ramadán. Ayer (4 de mayo) pase la mañana en el barrio de mayoría islámica de Bangui, el Kilometro Cinco, en una ceremonia a la que sus organizadores dieron el nombre de “lanzamiento oficial del mes de la reconciliación”.

No éramos muchos, apenas unos cien, pero me gusto que el comité de paz del barrio -en el que hay musulmanes y cristianos- invitara a líderes de ambas religiones. Imanes y pastores, y también dos mujeres que representaban a sus respectivas comunidades tomaron la palabra para pasar el mismo mensaje: nuestro barrio ha conocido muchos incidentes de violencia desde 2013 pero es hora de vivir juntos en paz y el mes del Ramadán es una ocasión para vivir en harmonía y perdonarnos por el daño que nos hayamos podido hacer.

Basta darse una vuelta por algunos de sus sectores, sobre todo los de la periferia, para ver los signos visibles del mal y de la venganza, sobre todo en barrios de mayoria cristiana: cientos de casas destruidas y callejuelas invadidas por las hierbas después de que sus viviendas quedaran vacías al haber huido sus habitantes a lugares más seguros. Desde hace algunos meses muchos de estos desplazados vuelven a sus casas e intentan reconstruirlas como pueden, sin medios ni prácticamente ayuda de ningún tipo. Les basta con que nadie se lo impida y con que puedan dormir por la noche sin sobresaltos por disparos. Tambien los musulmanes han sufrido los embates del odio y la violencia. Muchos de los que viven en el Kilometro Cinco no pueden volver a sus antiguos barrios en otras partes de Bangui porque sus vecinos cristianos les destruyeron sus viviendas y arrasaron sus mezquitas. El conflicto centroafricano no es una historia de buenos contra malos, y en ambas comunidades se encuentra uno con victimas inocentes y con verdugos crueles. Y, a Dios gracias, tambien con personas que arriesgan mucho para ayudar a la reconciliacion.

Hasta el coordinador general de las milicias musulmanas de autodefensa tomo la palabra para asegurar a los líderes locales que también ellos quieren involucrarse por la paz y resolver los conflictos por medio del dialogo. En la oficina donde trabajo llevamos muchos meses intentando ayudarles a que lleven adelante sus reivindicaciones con el gobierno de forma pacífica y pongan fin a los abusos que han cometido contra la población. Hoy día, cuando hay problemas y tensiones, resulta más fácil intervenir a tiempo para evitar que los conflictos degeneren en situaciones de violencia.

En un mundo en el que el enfrentamiento, el fanatismo y la falta de dialogo parecen imponerse en muchos lugares, y en el que incluso no faltan los cristianos que piensan que el dialogo inter-religioso es una pérdida de tiempo, no hay otro camino distinto de construir puentes y entendernos – y amarnos con sinceridad- entre las personas que profesan distintas religiones

Me alegra que en la capital centroafricana cristianos y musulmanes empiecen a practicar algunas de las buenas costumbres que se habían perdido durante los años de la guerra. El Ramadán es una ocasión para que los cristianos feliciten a sus hermanos con los que comparten la creencia en un mismo Dios creador, y para que los musulmanes les inviten a participar en sus celebraciones. Es el momento de hacer regalos a los amigos musulmanes, los cuales cuando reciban el saco de arroz o de otro alimento dedicaran una parte a donarla a otras personas más necesitadas.

A todos mis amigos musulmanes de Centroafrica, que gracias a Dios son muchos: “Ramadan Kareem!”

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