Si eres de los que tienen un sentido de la naturaleza del ser humano “hobbeliano”,  y piensas que “El hombre es un lobo para el hombre”, habrás esbozado una sonrisa de incredulidad al leer el título. Esta es una manera de pensar atractiva y necesaria para la antropología capitalista, pero que nos ha llevado a las mayores atrocidades, convenciéndonos  de que el enemigo es el que está un peldaño más abajo en la escalera social, sin mirar de forma crítica hacia el sistema y culpabilizando al diferente, responsabilizándolo de la movilidad social descendiente que estamos sufriendo las clase medias-trabajadoras, desde la crisis del 2008.

El  capitalismo, nacido del necesario intercambio, ha mutado en un neoliberalismo que pone al ser humano al servicio del sistema y no el sistema al servicio del ser humano. Esta degeneración de la antropología capitalista, deriva en discursos fascistas que cautivan a muchas almas perdidas en la globalización, convertidas en un número más y quitándole el derecho de ser persona. Es el fascismo el brazo armado  de  un nuevo capitalismo de Estado, vacío de  sensibilidad social y lleno de miedo y resentimiento.

El  neofascismo no quiere sustituir la democracia, como hizo el fascismo clásico, sino quiere una democracia de corte autocrática. Es el gusano en la manzana de la democracia que le gusta alimentarse de ella.  

El  capitalismo, nacido del necesario intercambio, ha mutado en un neoliberalismo que pone al ser humano al servicio del sistema y no el sistema al servicio del ser humano.

Ante esta situación apelamos al camino de la inteligencia, al compromiso sin refugio en la lucha contra las situaciones pre-fascistas y volver al interés general del humanismo. Esto nos llevará a una convivencia basada en el respeto y en el olvidado bien público. El siglo XXI debe ser del humanismo o la humanidad seguirá por caminos de tiranía colectivista, de neoliberalismo de corte fascista y de mediocridad ética.

Creemos en el humanismo como faro de la convivencia. Sabemos que desde la antigua Grecia, pasando por el Renacimiento y más tarde por la Ilustración, su  ideario ha aportado honestidad y lucidez a las grandes encrucijadas de la existencia.

El siglo XXI debe ser del humanismo o la humanidad seguirá por caminos de tiranía colectivista, de neoliberalismo de corte fascista y de mediocridad ética.

Estamos en estos momentos en una de ellas y hay que abarcarla desde la política con dos esencias: amar y servir, porque la política es el encuentro con el otro. Son tiempos no solamente de la indiferencia del prójimo, sino del intento de su desaparición. 

Hace falta que los sectores progresistas, sumen fuerzas para hacer pedagogía de la revolución pendiente que es la del respeto, como dijo Fernando de los Ríos.

Desde Cristianos Socialistas PSOE proponemos un acuerdo por la convivencia desde el humanismo, que una los ámbitos políticos, religiosos y social.. Hace falta que los sectores progresistas, sumen fuerzas para hacer pedagogía de la revolución pendiente que es la del respeto, como dijo Fernando de los Ríos. Los humanistas que creemos en la pluralidad, la tolerancia y en el encuentro fraterno, tenemos que unirnos para diluir a los amigos del resentimiento.