Felicitación navideña -a mis amigos-

Para felicitar la Navidad 2017 a los más cercanos, a los que más aprecio y quiero, a los amigos de verdad, me llevan de la mano dos ideas del relato que un converso célebre, Giovanni Papini, hace del apabullante misterio del nacimiento de Jesús. Jesús nació en un establo; en un auténtico establo; en una casa de las bestias, en la cárcel de animales que trabajan para el hombre; entre cuatro paredes toscas, sobre un empedrado mugriento y bajo un techo de vigas y de lajas.
Pero Jesús no nació en un establo por casualidad. Lo hizo adrede. Buscó Dios el simbolismo de un establo para mostrar desde él una de las claves maestras de su revolucionario designio de ser hombre entre los hombres.
“Una noche –asevera Papini-, sobre esa pocilga pasajera que es la tierra, en la que ni con todos los embellecimientos y perfumes se logra ocultar el fiemo, apareció Jesús, parido por una Virgen sin mancha, armado sólo de su inocencia”.

Sobre el establo, así querido por Dios para sus planes humanos, cantaron esa noche los ángeles, en feliz y esperanzador augurio,o la consigna de la eterna Navidad: “Gloria a Dios en lo alto del cielo y paz en esta tierra a los hombres de buen corazón”.

Mis amigos del alma. Dios no vino a los hombres como profesor de filosofía o matemáticas; sino como divino maestro y artista del amor. Más que de filosofías o de matemáticas, son de fe las claves del “Dios con nosotros”

Esta es mi Navidad y creo que también la vuestra. Por esta Navidad brindemos, por su verdad y por nuestro bien.
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