Desmentido del metropolita Hilarión

El Papa besó la cruz pectoral de Hilarión
El Papa besó la cruz pectoral de Hilarión Vatican Media

Hilarión Alfeyev ocupó los primeros planos de la prensa durante la visita del papa Francisco a Hungría, en cuya Nunciatura de Budapest conversaron cordialmente durante veinte minutos.

Francisco se refirió también durante la rueda de prensa del viaje de vuelta a su encuentro con Hilarión: -«Puedes imaginarte que en esta reunión no solo hablamos de Caperucita Roja, hablamos de todas estas cosas» (o sea la posibilidad de una mediación vaticana para la paz en Ucrania).

«Respondo para los interesados: no hubo nada sobre las relaciones bilaterales entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa Rusa. No se discutió ningún tema político. El encuentro fue de carácter personal entre dos viejos amigos» (Hilarión en su Desmentido).

Durante la conversación, su eminencia Hilarion explicó al Papa cómo es la vida de la diócesis de Budapest del Patriarcado ruso, sus actividades sociales y educativas, así como su interacción con las otras confesiones cristianas.

Hilarión Alfeyev es actualmente metropolita ruso-ortodoxo de Budapest y Hungría: no patriarca, como algún blog informático escribe por ahí. Ocupó los primeros planos de la prensa durante la visita del papa Francisco a Hungría, en cuya Nunciatura de Budapest conversaron cordialmente durante veinte minutos, presente un intérprete, y luego asistió a la misa papal.

El portavoz vaticano Matteo Bruni había informado en la Sala de Prensa de la Santa Sede sobre tal posibilidad añadiendo que no figuraba en el programa. Francisco saludó al Metropolita con un abrazo y besó su encolpion. Como en tantas audiencias anteriores, ya que éste, en recuerdo del encuentro, obsequió esta vez a Francisco con cuatro volúmenes de su monografía en seis volúmenes Jesucristo. Vida y enseñanza, traducido al italiano.

Durante la rueda de prensa del viaje de vuelta, Francisco soltó que había una ‘misión secreta’ de mediación para la paz en Ucrania. Secretísima tenía que ser, ya que ni en Moscú, ni en Kiev ni en Budapest sabían de ella. La sorpresa creció  cuando el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, confirmó más tarde lo dicho por Francisco: «Los que deberían haberlo sabido,  fueron informados a tiempo; las dos partes estaban al tanto y ciertamente no lo sabían por los periódicos». El ridículo estaba servido… Tiempo habrá de saber quién tenía razón. Porque tampoco el papa Francisco se quedó corto en el avión largando desmentidos a cuento de su salud. Pisemos, pues, el tremedal con  cautela, no vaya a ser que el ridículo alcance proporciones astronómicas.    

Francisco se refirió también durante la rueda de prensa a su encuentro con Hilarión: -«Puedes imaginarte que en esta reunión no solo hablamos de Caperucita Roja, hablamos de todas estas cosas» (o sea la posibilidad de una mediación vaticana para la paz en Ucrania). Y aclaró: «Hablamos de esto porque a todos les interesa el camino de la paz. Estoy dispuesto para hacer lo que sea necesario. Incluso ahora hay una misión en marcha, pero aún no es pública, veamos… Cuando sea pública, hablaré sobre eso».

Los desmentidos de Kiev, Moscú, y Budapest, y sobre todo estas palabras papales hacían así, del Metropolita ruso-ortodoxo, un verso suelto. Ocurre, sin embargo, que Hilarión, además de listo, y dotado de un magnífico background, se las sabe todas en este oficio de informaciones y ruedas de prensa. Así que  reaccionó sin demora y hasta con más altura que el avión papal. Grabó un video de unos ocho minutos y se apresuró a difundirlo por sus canales habituales. Es el desmentido al que alude el encabezamiento de este artículo. Lo sustancial está en el fragmento que aporto, pero hay más: 

«Han aparecido insinuaciones en la prensa según las cuales me habría reunido con el Papa Francisco para darle información con el fin de llegar a algunos acuerdos secretos o para otros fines políticos. Respondo para los interesados: no hubo nada sobre las relaciones bilaterales entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa Rusa. No se discutió ningún tema político. El encuentro fue de carácter personal entre dos viejos amigos». Merece la pena que maticemos su contenido. Para ello habrá que empezar por 2022, su annus horribilis.

Como ya publiqué El Metropolita Hilarión, condecorado y destituido: RD, 23.03.22, prescindo ahora de entrar en el meollo de la cuestión. Baste recordar que fue Putin, en efecto, quien condecoró a Hilarión el 6 de febrero de 2022 en el Salón de San Jorge del Gran Kremlin con la Orden de Aleksandr Nevskij «por su gran contribución al desarrollo de la colaboración internacional e interreligiosa». Invadida Ucrania el 24 de febrero de 2022, el Prof. Dr. Mariano Delgado, tuvo que apretar las tuerca al Metropolita en estos términos:

«En declaración pública del 2 de marzo, y en carta privada del 3, con motivo de la invasión militar de Rusia,expresé como decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Friburgo/Suiza al metropolita Hilarión (Alfeyev), Jefe del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores de la Iglesia del Patriarcado de Moscú y profesor titular de la Facultad desde 2011,lo que la Facultad esperaba de él con motivo de la invasión militar de Rusia en Ucrania: […]que pidiera pública e inequívocamente al presidente Putin que retirase inmediatamente las tropas rusas, y que abogara pública e inequívocamente por una solución dialogada del conflicto basada en el derecho internacional y los derechos humanos […] Los sermones en los que el Patriarca Cirilo I justificó la guerra de Rusia contra Ucrania como una ‘lucha metafísica’ el 27 de febrero y el 6 de marzo son un escándalo tanto teológico como político».Queda justificado así lo de - condecorado y destituido de mi artículo.

Lo gordo llegó más tarde, cuando Hilarión se vio apartado como número 2 del Patriarcado de Moscú por el Santo Sínodo, es decir Kirill, en sesión extraordinaria tenida en el Monasterio de San  Danilov el 7 de junio de 2022. En la misma sesión fue nombrado Metropolita de Budapest y Hungría. Desde entonces hasta este encuentro en Budapest parece que a Hilarión se lo hubiera tragado la tierra.

Ha estado, pues, trece años al frente del Departamento para las Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, o sea como número 2 en el ranking de la más alta jerarquía de dicha Iglesia. Quiero con ello decir, en consecuencia, que se conoce al dedillo los entresijos de su jerarquía y los de las demás Iglesias relacionadas con la rusa, comprendida la católica.

La pregunta es inevitable: ¿Acudió de motu proprio a la audiencia con Francisco en Budapest? Pudo hacerlo, sin duda, y más tratándose de viejos amigos. Pero tampoco es descartable que Francisco se lo insinuase. La duda del portavoz vaticano Bruni, sobre si tal audiencia se daría o no, permite todas las conjeturas posibles.

Por otra parte, los motivos de su baja esgrimidos por el Decano de la Facultad de Teología de Friburgo, y los del patriarca Kirill unos meses más tarde, responden a la guerra de Rusia en Ucrania, aunque con opuesta  causalidad. Lo de Friburgo fue por «callarse, cuando hay que hablar alto y claro». Lo de Kirill y el Santo Sínodo, en cambio, por hablar cuando hay que callarse.

El cese de Hilarión el 7 de junio  de 2022, en cualquier caso, se antojó un castigo, por mucho que el nombramiento de Metropolita de Budapest y Hungría lo atenúe. Cierto es que hasta la fecha nadie ha sido capaz de aclarar tan súbita y sorprendente medida. Me cuesta admitir que pudiera haberse debido a los deseos de Moscú de tener a alguien en un país que es miembro de la Unión Europea (UE), pero con una postura totalmente contracorriente. La medida, desde luego, fue un despojo de cargos hasta la desnudez.

Hilarión volvió más tarde al Desmentido con detalles menores que rayan con la redundancia. ‘Il Sismografo´, por ejemplo, recoge algunos: «En las últimas horas mucha gente me ha preguntado el motivo de mi reunión con el Papa Francisco […] El encuentro se explica por nuestra amistad personal de más de diez años, cuando fue elegido Papa en marzo de 2013. Fui el Enviado de la Iglesia Rusa para la ceremonia de su investidura. 

Al día siguiente hablé en privado con él durante una hora. Fue el tercer Papa que conocí en mi vida: una vez Juan Pablo II y cuatro veces Benedicto XVI. En el caso del Papa Francisco, descubrí que tenía una buena preparación en el campo de las relaciones bilaterales […] se lo dije durante nuestro encuentro, justo cuando le hablaba de las buenas relaciones con la Diócesis de la Iglesia Católica de Budapest. 

Conozco al cardenal Erdo desde hace más de 20 años, desde el momento de su nombramiento como administrador provisional de la diócesis. Era entonces uno de los cardenales más jóvenes y hoy es uno de los prelados más honrados y respetados de la Iglesia Católica»

Durante la conversación, pues, su eminencia Hilarion explicó al Papa cómo es la vida de la diócesis de Budapest del Patriarcado ruso, sus actividades sociales y educativas, así como su interacción con las otras confesiones cristianas.

¿A quiénes podría referirse en el Desmentido de arriba con Respondo a los interesados? Es evidente que no sólo al Vaticano y organizadores del viaje. También, por supuesto, a Kirill y al mismo Putin. Que Hilarión es joven y se conoce como la palma de la mano a todos los metropolitas de su Iglesia que un día pudieran auparlo al Trono patriarcal de Moscú. De ahí que tampoco quede fuera el mismo Patriarca ecuménico Bartolomé I, con el que ha tenido sus diferencias.

La guerra en curso tendrá que acabar tarde o pronto. Entonces será el momento de pasar facturas… El desmentido concluye perfecto de fondo y de forma: «no hubo nada sobre las relaciones bilaterales entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa Rusa. No se discutió ningún tema político. El encuentro fue de carácter personal entre dos viejos amigos».

Téngase en cuenta, finalmente, que entre el cardenal Koch y el metropolita Hilarión idearon, prepararon  y supervisaron el protocolo del encuentro del papa Francisco y el patriarca Kirill en Cuba (12.2.2016), con admiración y aplauso del personal…

Francisco y Kirill en Cuba

Volver arriba