Primera consagración episcopal en la Iglesia ortodoxa de Ucrania

Imposición de manos

El domingo 26 de mayo de 2019 tuvo lugar en Kiev, catedral de San Miguel de las Cúpulas Doradas, la consagración del nuevo obispo de Olbia, Epifanio Dimitriou, secretario hasta entonces de la diócesis metropolitana de Dimitrias, Iglesia de Grecia. Presidió la ceremonia su beatitud el Metropolita de Kiev y Toda Ucrania, Epifanio (Dumenko), asistido por los obispos de esta Iglesia y por los metropolitas Emmanuel de Francia y el de Adrianópolis, ambos del Patriarcado Ecuménico. Elegido por el Santo Sínodo de la nueva Iglesia ortodoxa local autocéfala de Ucrania (=UCP), Epifanio de Olbia estará a cargo de las parroquias helénicas de esta Iglesia, así como para promover su reconocimiento en el mundo griego. 

Nacido en Grecia, el nuevo obispo estudió teología en Atenas y Roma. Se hizo monje en el monasterio de Koutloumousiou (Monte Athos) y fue ordenado sacerdote en 1988, ministerio que venía ejerciendo en la diócesis de Dimitrias, de la que recibió permiso canónico para la UCP. Su Beatitud le exhortó: «¡Amado hermano en Cristo! En este día conmemorativo de la restauración de la histórica catedral de San Miguel hemos procedido a tu ordenación episcopal. Durante 35 años sirviendo a Dios –primero como diácono y desde 1988 de sacerdote-, en el 2000 ya era tuya la elección de obispo sinodal para los fieles griegos de la Iglesia Ucraniana, consagración que ahora se ha llevado a efecto mediante la gracia del Espíritu Santo a través de la imposición de manos de los obispos […] Hoy hemos leído el Libro de los Hechos de los Apóstoles, que menciona la primera predicación a los helenos de la palabra de Cristo, por cuyo medio muchos griegos se convirtieron en Antioquía a la fe y los creyentes fueron llamados por primera vez cristianos. 

Entrega de la vara episcopal

También tú has de ser el obispo de la UCP para los que hablan en griego y en su lengua nativa. Llévales la palabra de verdad y testifica la verdad, con la predicación y con los hechos. Afirma entre ellos la UCP, de la que tú eres un obispo, y que tu trabajo sea exitoso. Como símbolo de pastoreo, se te entrega esta vara, considerablemente más hermosa que la simple de pastor o viajero en ella simbolizada. Ahora en tus manos, recuérdala siempre. Porque en este mundo sólo estamos de paso y, según el apóstol Pablo, “no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos buscando la del futuro” (Heb 13:14). Bendice al pueblo de Dios que ha orado durante tu ordenación, por la gracia que te ha sido conferida» (cf. Servicio de prensa de la metrópoli de Kiev / UCP).

Dos días después, martes 28 de mayo, Epifanio de Olbia visitó el Fanar, donde fue cordialmente recibido por su santidad Bartolomé I. De origen griego, tras muchos años sirviendo en el Patriarcado Ecuménico y en la Iglesia de Grecia, rindió su respeto al Patriarca Ecuménico y le pidió bendecir su reciente consagración.

También hizo llegar un mensaje de gratitud y amor en nombre de Epifanio, Metropolita de Kiev y de toda Ucrania, y de los Jerarcas, a la Iglesia Madre de Constantinopla. Bartolomé I correspondió formulando votos por su buen pastoreo en los pueblos de Ucrania y especialmente de los griegos ortodoxos. Cabe aclarar que la suya es la primera ordenación desde que la Madre Iglesia de Constantinopla otorgó los Tomos de autocefalía a la UCP.

El contexto de lo que precede se antoja de obligada lectura para comprender mejor el contencioso ruso-ucranio. No es baladí, de entrada, el matiz del campo apostólico a él encomendado. Se lo dijo el obispo ordenante: «Has de ser el obispo de la UCP para los que hablan en griego y en su lengua nativa».

El nuevo obispo Epifanio de Olbia con Su Santidad Bartolomé I en el Fanar

El 22 de mayo Bartolomé I se había llegado hasta Atenas, donde fue calurosamente recibido por el Arzobispo Mayor de Atenas y Toda Grecia, su beatitud Ieronymos, a quien dirigió este saludo: «Quiero expresar, ante todos los presentes, lo feliz y conmovido que me siento al encontrarme de nuevo en su sede ateniense por el feliz acontecimiento de mañana, o sea la inauguración del centro de gerontología, obra promovida por la Iglesia. También estoy particularmente conmovido por su detalle al enviarme la invitación, no por correo, sino a través de su vicario general, el obispo Simeón de Tópicos. Lo aprecié y, como saben, respondí de inmediato».

Es muy probable que ambos comentasen también la consagración prevista para el 26 de mayo. Y, de paso, el cisma entre Moscú y Constantinopla. Dado el difícil momento de la Ortodoxia desde la reciente ruptura cismática por los Tomos de autocefalía, se hace lógico suponer que Bartolomé I quisiera medir in situ el alcance del problema en la Iglesia ortodoxa autocéfala de Grecia.

Por descontado que el motivo principal era inaugurar el centro de gerontología. Pero no pasaba de pretexto para ulteriores temas colaterales: podía Bartolomé I, así, recabar información del propio Ieronymos, al que se cuidaría mucho de poner al tanto de la presencia de una delegación de Constantinopla en la consagración del 26 en Kiev.

De hecho, mientras Bartolomé I se entrevistaba con Ieronymos en Atenas, los teletipos hacían público el siguiente comunicado: «El 22 de mayo de 2019 su santidad el «Patriarca» Filaret se reunió en su residencia con representantes del Patriarcado Ecuménico, a saber, el metropolita Emmanuel de Francia y el Diácono Gregory (Frangakis), subsecretario del Santo Sínodo. Filaret saludó efusivamente a sus distinguidos invitados agradeciendo a la Iglesia Madre del Patriarcado Ecuménico, y en particular a su santísimo Patriarca Bartolomé, por la concesión de los Tomos de autocefalía a la UCP, y por su constante apoyo».

Bartolome I con Hyeronimos de Atenas

Anciano ya, sin duda, pero todavía lúcido de inteligencia, Filaret aprovechó la coyuntura para suplicar a Emmanuel: «Le pido que transmita mi agradecimiento a su santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé, por lo que hizo por Ucrania y por la Iglesia de Ucrania, cuando nos concedió los Tomos de la autocefalía. Respeto al patriarca Bartolomé, rezo por él en cada liturgia y rezaré por él hasta el final de mi vida».

Filaret (Denisenko) prosiguió: «En estos tiempos difíciles para Ucrania, cuando la agresión abierta de Rusia continúa contra la nación, la Iglesia hará todo lo posible para defender la independencia del país y la unidad de la Iglesia, como la base espiritual de la Nación […] Siempre defenderemos los intereses de la UCP, y haremos todo lo posible para asegurarnos de que ésta sea una, y siempre sirva a los intereses del pueblo ucraniano y de la nación ucraniana».

Emmanuel, por su parte, transmitidos los saludos de su santidad Bartolomé, expresó su alegría de reunirse con él (Filaret), y por la llegada de la delegación a la UCP, para apoyarla y expresar su amor hacia ella y su unidad fraterna con ella. Luego debatieron cuestiones generales de la vida eclesiástica. Y el proceso de reconocimiento de la autocefalía de la UCP por parte de las otras Iglesias ortodoxas locales, amén de muchos otros temas de interés común. Digo muchos, porque la entrevista duró casi tres horas, en un ambiente cálido y acogedor. Al final, las partes intercambiaron regalos.

Cabe suponer que fuera también comentada la carta de Filaret, del 10 de mayo, a su beatitud Epifanio, Metropolita de Kiev y Toda Ucrania, antiguo secretario de Filaret. Refleja una vez más la sagacidad del remitente, siempre metido en charcos:

«Su Beatitud: A través de los medios de comunicación he sido informado de su disgusto porque no lo invité a la celebración en honor del hieromártir Macario, metropolita de Kiev. El motivo es que desde su elección como Primado de la UCP hace cinco meses, no ha celebrado conmigo la Divina Liturgia. Me asalta la idea -puedo estar equivocado- de que tal vez consideren una humillación celebrar con el patriarca Filaret.

Además, como sé que usted está tratando de celebrar la Liturgia en la ciudad de Dnipro o en Mariupol, y de reunir a los jerarcas de nuestra Iglesia para compensar la celebración del protector de nuestra Iglesia ortodoxa ucraniana, el hieromártir Macario, metropolita de Kiev, con alegría invito a Su Beatitud a la fiesta de san Macario en la catedral patriarcal el 14 de mayo de 2019, donde todos los años, reunimos a todo nuestro episcopado para fortalecer nuestra unidad y nuestra Iglesia. Con amor en Cristo, Filaret, Patriarca de Kiev y Toda la Rus de Kiev.

Las precisiones de Emmanuel en la entrevista con el canal de televisión ucraniano, mientras comentaba unas declaraciones hechas por el «Patriarca» Filaret (Denisenko), dan fe de hasta dónde hay que templar gaitas a veces para mantener el equilibrio y eludir el batacazo: «El texto de los Tomos, que sentó las bases de la UCP no es el resultado de negociaciones entre las dos partes. Muestra, más bien, el modo en que debe funcionar la Iglesia».  

Su eminencia Emmanuel prosiguió: «Nadie tiene derecho a juzgar qué es bueno y qué es malo en el texto. Y aquellos que no aceptan algunas de las disposiciones de los Tomos se niegan a ser parte de esta Iglesia». Puntualizó de pasada que no podía estar de acuerdo con las declaraciones de Filaret, «patriarca de honor» de la UCP, de que algunas «fuerzas pro Moscú» están influyendo en Epifanio, Metropolita de Kiev y toda Ucrania, cuyo principal cometido sería la destrucción de la UCP.

«La Iglesia está en primer lugar creada por los creyentes que la apoyan con todas sus fuerzas», explicó el representante de Constantinopla. «Todas estas personas apoyaron al Patriarcado de Kiev y a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (Patriarcado de Moscú), hoy apoyan a la UCP y a su líder, el obispo Epifanio. No veo gente nueva. La Iglesia no tiene nada que temer, no desempeña ningún papel político y no interviene en cuestiones políticas».

El metropolita Emmanuel de Francia y el Diácono Gregory (Frangakis) junto al patriarca Filaret

Las acusaciones de Filaret contra su beatitud Epifanio eran, según Emmanuel, un invento. «El obispo primado Epifanio es una persona joven y fuerte a quien apoyamos junto con los ucranianos», concluyó el Metropolita de Francia.

A ningún analista medianamente perspicaz se le escapará que hay lecturas entre líneas tanto en el discurso de Filaret, como en las aclaraciones de Emmanuel. Filaret dice, por ejemplo: «Respeto al patriarca Bartolomé, rezo por él en cada liturgia y rezaré por él hasta el final de mi vida». El destinatario tácito de tales palabras no es otro que Kirill, patriarca de Moscú y de toda Rusia, que arrastró al cisma excomulgando al mismísimo Patriarca Ecuménico. ¿Adónde va este hombre cargándose cualquier asomo de ecumenismo?

En cuanto a que «siempre defenderemos los intereses de la UCP, y haremos lo posible para asegurarnos de que ésta sea una, y siempre sirva a los intereses del pueblo ucraniano y de la nación ucraniana», los destinatarios indirectos son: Kirill de nuevo, y esta vez también el presidente Putin. No se olvide la estructura aliancista, dentro de las Iglesias ortodoxas autocéfalas, entre la Iglesia y el Estado. La frase de Filaret, pues, viene a correr como un tupido velo sobre sus pasadas andanzas desde 1995, cuando él mismo se declaró Patriarca de Kiev, provocando las iras cismáticas del patriarcado ruso. Pero a la vez, no deja de ser un toque de atención de hasta dónde serían capaces de llegar los ortodoxos ucranios en caso de tener que defender sus Tomos de autocefalía.

El patriarca Filaret junto al nuevo primado Epifanio

Las puntualizaciones de Emmanuel, por su parte, quieren aclararle a Filaret que los Tomos no deben interpretarse a capricho: son normas canónicas que habrán de ser escrupulosamente respetadas, y que para su defensa y la de la Ortodoxia en Ucrania está el Patriarcado Ecuménico, al que el propio Filaret acudió no hace tanto en demanda de ayuda. Prueba de ello puede ser la misma delegación del Santo Trono de Constantinopla, ahora encabezada precisamente por él mismo, o sea Emmanuel: en Ucrania estuvo el 10 de mayo junto a Filaret, y a Ucrania volvió el 26 de mayo, para tomar parte en la consagración episcopal llevada a efecto por la UCP. El Patriarcado Ecuménico, pues, siempre al quite. Más claro, blanco y en botella.

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