Fecisti nos ad te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te Cuando un amigo se va…Rafael Palmero

Rafael Palmero
Rafael Palmero

Se ha ido como de puntillas hacia el agustiniano  «Gaudium de Veritate», como para que tampoco su muerte tuviera focos de espectáculo ni ruidos de condolencia. Era doctor de la “Ecclesia Mater” en San Agustín y no me cansé de repetírselo mientras pude.

Con el prólogo a su tesis doctoral el entonces Arzobispo de Barcelona, monseñor Marcelo, pretendió «corresponder a la generosa ayuda que él me ha prestado y me presta, ahora en Barcelona, y antes como profesor de Teología en el Seminario de Astorga, tarea que yo le encomendé con esperanza que nunca fue defraudada».

El dicho agustiniano «un alma sola y un solo corazón hacia Dios» cristalizó en afiliación oficial a la Orden de San Agustín.

Dispuso para su lápida la celebérrima frase de san Agustín: «Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (Conf. 1,1,1).

Monseñor Rafael Palmero Ramos

El 8 de marzo del 2021, mientras en España clareaba el día y al papa Francisco se le agotaban allá en Irak las últimas horas de su visita apostólica, cerró para siempre sus ojos en la Casa Sacerdotal de Alicante, su residencia, monseñor Rafael Palmero Ramos, obispo primero auxiliar de su «padre y maestro» el cardenal Marcelo en Toledo, luego de Palencia, y los años finales de madurez en Orihuela-Alicante.

Los obituarios informan escuetamente del hecho, y no dejará de haber quien repita el consabido «falleció después de larga enfermedad». Yo, sin embargo, tengo que decir, lisa y llanamente, que se me ha muerto mi amigo. Se ha ido como de puntillas hacia el agustiniano Gaudium de Veritate, como para que tampoco su muerte tuviera focos de espectáculo ni ruidos de condolencia. Era doctor de la “Ecclesia Mater” en San Agustín y no me cansé de repetírselo mientras pude: porque nos carteábamos. Ediciones Cristiandad tuvo la buena idea de publicar completo el título: “Ecclesia Mater” en San Agustín. Teología de la imagen en los escritos antidonatistas (Madrid 1970).

Libro ciertamente de gran respiro manejado a fondo mientras redactaba los tres tomos de mis Escritos antidonatistas en la BAC. Es en realidad su disertación ad Lauream en la Pontificia Universidad Gregoriana, dirigida, dicho sea de paso, por el Padre Ángel Antón, S.J., a cuya defensa asistió complacido el entonces Arzobispo de Barcelona, Marcelo González, el cual luego, al editarla, antepuso un magnífico prólogo con que «corresponder a la generosa ayuda que él me ha prestado y me presta, ahora en Barcelona, y antes como profesor de Teología en el Seminario de Astorga, tarea que yo le encomendé con esperanza que nunca fue defraudada».

La Parroquia ruso-ortodoxa de Altea (Alicante)

Escribe Don Marcelo además algo recordable: «Leyendo este trabajo, inevitablemente nuestro pensamiento se dirige a la constitución Lumen gentium del Concilio Vaticano II. En la basílica donde esta constitución fue discutida, y finalmente aprobada, estuvo presente también San Agustín. ¡Cuánta sangre del Obispo de Hipona corre por las venas de este maravilloso documento del Concilio! Los que tuvimos el honor y la dicha de tomar parte en él no podemos olvidarlo.

También el autor lo tiene presente. Él sabe muy bien que no sólo los padres conciliares, sino también los grandes teólogos que más colaboraron en el estudio y la redacción de este documento, a algunos de los cuales cita reiteradamente, deben a la inspiración de San Agustín, y concretamente a los textos que él maneja, algunas de las mejores páginas que nuestro siglo ha ofrecido como obsequio a la teología de la Iglesia» (14-15).

Fue sin duda san Agustín, ese santo en cuya densa biografía la amistad se vuelve referente de aristocracia, quien nos unió en singladuras intelectuales, pero no de egoísta exclusividad, sino de saludable proyección. Ello explica que un buen día me pidiera para ser publicada en el Estudio Teológico de San Ildefonso, de Toledo, mi tesis doctoral, editada con hermoso prólogo de Don Marcelo, que nunca dejaré de agradecer.

Y que otro, éste ya de recientes fechas, él mismo fuera quien redactó un fino prólogo para mis Voces de sabiduría patrística. San Pablo (Madrid 2011) echando por delante citas agustinianas donde la amistad discurre al aire de la caridad, como para dejarle al lector claro que «Si de algo puedo presumir yo, al estilo paulino, es de la buena relación, fraterna, cordial, sacerdotal y siempre aleccionadora para mí con este amigo y hermano. Era joven profesor en los años en que nos conocimos. Nos encontramos en más de una ocasión después, y hemos coincidido en proyectos y realizaciones que acariciamos juntos» (7-8). Razón que le sobró a Luis Vives pensando que la amistad es la sal de la vida.

Haciéndose pequeño con la niña

Lógico, pues, que su probada devoción a san Agustín diese paso a una cordial cercanía con los agustinos: Toledo, Talavera, Palencia, Madrid, El Escorial, Alicante, Roma y un largo etcétera de casas y lugares donde se le trataba como a ilustre huésped. De ahí que el dicho agustiniano un alma sola y un solo corazón hacia Dios acabase en afiliación oficial a la Orden de San Agustín. Bien lo prueban sus numerosas actuaciones en actos académicos, jornadas agustinianas y congresos adonde llevó su cálida voz de presencia siempre grata y oportuna.

Me cumple referir sólo algunos momentos significativos, como la conferencia de ecumenismo pronunciada en Palencia el viernes 19 de enero de 2001, en pleno Octavario, bien concurrida por cierto, que él se dignó presidir junto a mí. Tampoco me dejó solo cuando presenté San Agustín y el progreso de la teología matrimonial (Toledo 1984) a un Seminario Mayor lleno de seminaristas. Ni durante la Semana de Teología Espiritual de 1972, ni cuando nos dimos allí mismo cita un grupo de patrólogos españoles.

Del 7 al 8 de marzo de 2009 tuvieron lugar en el Colegio San Agustín de Madrid (C./ P. Damián, 18) las XII Jornadas Agustinianas del Centro Teológico San Agustín bajo el lema San Pablo en San Agustín. Buena ocasión de alojarse en nuestra casa provincial junto al Retiro, llegarse a mi habitación, ver sus libros en mi biblioteca privada, disertar en las Jornadas con La Iglesia, nuestra Madre. San Pablo en san Agustín,y presidir la santa misa de clausura.

 Del 3 al 7 de julio del 2000 se celebró en Casia para conmemorar el centenario de la canonización de santa Rita un Congreso Internacional de Teología Agustiniana bajo el lema «Ecclesia peregrina», organizado por el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, y con el patrocinio conjunto de la Orden de San Agustín y de la archidiócesis de Spoleto. Fue un Congreso dedicado a La Iglesia en el pensamiento y en las obras de san Agustín. De España fuimos invitados como ponentes los dos. Don Rafael presidió la concelebración de los congresistas el 5 de julio y luego, durante la conferencia, expuso con selectas imágenes de la Iglesia Madre la riqueza pastoral que al respecto brinda san Agustín.

El acento por mi parte recayó en la importancia del hijo de santa Mónica para el ecumenismo actual desde su eclesiología de catolicidad, comunión y servicio a la unidad en la polémica donatista (cf. P. Langa, «La Iglesia según san Agustín, tema del Congreso Internacional Agustiniano»: Ecclesia, N.º 3.006 [22 de julio 2000],p. 20 [1148]). Disfrutó visitando los santos lugares ritianos, rezando ante la urna de santa Rita, recibiendo regalos de la Santa y sobre todo recorriendo la Penitenciaría, nueva Capilla-Cripta debidamente musicalizada con distintos momentos de catequesis para los peregrinos que allí quieran reconciliarse con Dios. Fue, en fin, un agustino más entre los congresistas.

Monseñor Rafael y el metropolita ruso Kirill

Su currículo arroja que desde 1990 hasta 1999 fue miembro de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales. Quiero por eso recordar aquí la consagración del templo parroquia ruso-ortodoxo del Arcángel San Miguel, ubicado en Altea (Alicante), territorio de sus diócesis por tanto.

La Iglesia ortodoxa rusa envió para oficiar esta jubilosa ceremonia nada menos que al entonces número 2 del Patriarcado ruso, metropolita Kirill, el mismo que el 27 de enero de 2009 sería elegido Patriarca de Moscú y de todas las Rusias. La foto que incluyo prueba bien a las claras que monseñor Rafael supo estar, y las cartas de cuya fotocopia me haría más tarde confidente y que gustosamente a continuación reproduzco, que reinó la cordialidad ecuménica.   

Alicante, 31 de enero de 2009 

S.S. Kirill

Patriarca de Moscú y de todas las Rusias

MOSCÚ

Querido Hermano:

    La buena noticia de su reciente elección como Patriarca de Moscú y de todas las Rusias nos llena de alegría y nos compromete a seguir encomendando al Señor su salud y su ministerio.

    El encuentro, el pasado 11 de noviembre de 2007, en Altea (Alicante) el día de la consagración de la nueva Parroquia de San Miguel Arcángel, en la que reciben atención pastoral los fieles de su Patriarcado que residen en esta Diócesis, fue ocasión de conocernos, rezar juntos e iniciar una amistad que se consolida.

    Que el Señor nos bendiga, nos guarde y nos lleve siempre de su mano a todos.

    Sinceramente y con un abrazo,

        + Rafael Palmero Ramos

         Obispo de Orihuela-Alicante

A su Excelencia

Monseñor Rafael Palmero Ramos

Obispo de Orihuela Alicante

Su Excelencia!

En nombre del santísimo Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa Kirill le agradezco, de todo corazón, por Sus palabras cordiales de felicitación con el motivo de Su subida a la Mesa del Altar Patriarcal de Moscú.

Entre los objetivos más importantes que plantea el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa Kirill, es defender y consolidar los valores del Evangelio en la sociedad actual. Convencido, que a ello debe contribuir mediante el diálogo y la colaboración todo aquel que se considera cristiano.

Le aseguro que la Iglesia Ortodoxa Rusa está abierta al contacto de toda persona que valora y aprecia a Jesucristo Nuestro Señor, a Sus enseñanzas y a Sus mandamientos.

Aprovechando la ocasión, le deseo Paz, salud y ayuda de Dios en su trabajo.

Con amor por El Señor.

El Presidente del Departamento de

Relaciones Exteriores

del Patriarcado de Moscú

el obispo Egorievski       Marc

Monte Carmelo le editó en 2011 La fuente de San José. Los misterios de la vida del santo Patrono de la Iglesia reflejados en las aguas de esta obra de arte bendecida por Benedicto XVI en los Jardines Vaticanos. Abierta como una «Via lucis» en seis estaciones de la vida del Patriarca, adornan su cantarino fluir seis paneles en bronce, conmemorativos de la belleza interior josefina -también de Jesús y María-, providencia visible en la tierra que cuidó del Verbo del Padre, siempre mediante su saber ser y estar al servicio de la Encarnación.

Monseñor Rafael con una familiaa pobre

Sus restos mortales descansan ya en la Capilla del Santísimo de la Concatedral de san Nicolás de Bari, en Alicante. ¿Quién no recuerda a san Manuel González en la Capilla del Santísimo de la Catedral de Palencia?

Monseñor Rafael, sin embargo, dispuso para su lápida, según he podido saber de fuentes solventes, no un fragmento de los muchos que tiene en sus escritos, sino la celebérrima frase de san Agustín: «Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (Confesiones 1,1,1). Que, de ir en latín, sería: fecisti nos ad te et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te

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