Expertos en la vida del arquitecto analizan la designación del genio de Reus como venerable Antoni Gaudí, más cerca de la santidad: “Una vida que es estímulo para hombres y mujeres de nuestro tiempo”

Tan solo faltaban 102 días para el inicio de los Juegos Olímpicos de Barcelona cuando, el Viernes Santo de 1992 —el 14 de abril de aquel año—, Ignasi Segarra, rector de Riudoms, en el Baix Camp, leyó un sermón en la parroquia de Sant Jaume de la localidad con frases del arquitecto Antoni Gaudí, proclamado como venerable por la Santa Sede “también un 14 de abril, pero de 2025, como si hubiera actuado la providencia”.

Así es como se expresa el también arquitecto José Manuel Almuzara, una de las personas que más a fondo ha estudiado durante estas tres décadas la figura del creador de la Sagrada Familia de Barcelona, y que estos días de Pascua recuerda “con especial aprecio” tanto Segarra como José Luis Lázaro, cofundadores de la primera asociación, nacida en 1992, que apostaba para que el Vaticano considerara como beato al genial artista catalán. “También tengo un recuerdo para los colaboradores Conchita García y Giorgio Chevallard”, añade el gaudinólogo nacido en Nador, para quien “aquel sermón de Segarra fue una inspiración para nosotros”.

A escasos kilómetros de Riudoms, Joaquim Fortuny, prior de la Prioral de Sant Pere de Reus, recibía la noticia este pasado Lunes Santo “con gozo”, mientras se preparaba para continuar viviendo los actos de Semana Santa en la capital del Baix Camp. El responsable del templo donde se bautizó Gaudí (y donde se custodia el registro de este acontecimiento religioso) destaca la existencia de otra asociación que, como la presidida por Almuzara, “ha promovido el recuerdo vivo de aquel gran arquitecto y del también hombre de Dios que fue Gaudí”, indica refiriéndose a los Amigos de Gaudí de Reus, entidad que este 2025 celebra 70 años.

“Esta declaración que ha decidido firmar el papa Francisco en el marco de la Semana Santa nos impulsa a hacer conocer más y más a Antonio Gaudí para que su vida sea un estímulo para los hombres y mujeres de nuestro tiempo”, valora Fortuny, que señala cómo es de importante “fomentar la acción de dirigirse a su intercesión para obtener favores del Señor y contribuir así a la declaración de santidad de su vida”.

Gaudí, “un motivo para la conversión personal y colectiva”

Quien estos días se siente “más afortunado que nunca de vivir a pocos kilómetros de las tierras que son la cuna de Gaudí” es el ingeniero técnico industrial Josep Clofent, residente en Figuerola del Camp, en el Alt Camp. El también voluntario de Manos Unidas en Tarragona y estudioso de la Biblia señala que la incesante tarea nacida en 1992 para llevar a Gaudí a los altares “ha representado ‘marcar un gol’ a la Humanidad”.

Además, Clofent manifiesta que “ante una sociedad occidental que va por unos caminos donde hay pensamientos débiles, una creciente secularización y poco interés por la trascendencia humana, encontrarse con Gaudí y su testimonio de vida es un motivo de conversión personal y colectiva para poner a Dios en el centro del cosmos, así como para recuperar el origen de nuestra existencia terrenal y la esperanza en la vida eterna”.

“Ser venerable es un subrayado muy importante”

“Vayas donde vayas, siempre encontrarás a alguien de Reus”, observa, por su parte, el doctor en ingeniería industrial y empresario del sector del motor José María Rosanas, quien subraya cómo “desde Reus y desde todas las ubicaciones donde se trabaje por la beatificación y la canonización de Gaudí, siempre hay personas activas y comprometidas para hacer posible el milagro de situar al arquitecto en el estadio superior, el de santo”.

Para el sacerdote tarraconense y biblista Armand Puig, “ser considerado venerable ya es un subrayado muy importante, puesto que quiere decir que esta persona merece ser tenida como alguien que ha vivido santamente y que puede ser invocada para recibir favores divinos”. El autor de la biografía Antoni Gaudí, vida y obra hacía estas declaraciones a Flama el día siguiente de conocer la esperada noticia de la Santa Sede, en un viaje de vuelta a Tarragona para vivir la Semana Santa desde su tierra natal. “Si creemos en la santidad de Gaudí —continuaba—, debe haber un milagro, que no llegará de la nada, sino porque alguien lo pida; por eso, es importante pedir a Gaudí que ruegue al buen Dios y, así, haya hechos atribuibles a su intercesión“.

“Quizás no seremos miles quienes hemos unido nuestro nombre al de Antoni Gaudí, pero sí que somos centenares las personas que, desinteresadamente, lo hemos investigado y difundido sin ningún otro propósito que el del amor, la lealtad a un patrón de vida”, señala el jurista y también estudioso de la vida del ”arquitecto de Dios”, Eliseu Oriol. Mostrándose “encantado” por ver cómo ha sido Francisco el pontífice que ha firmado esta declaración que convierte a Gaudí en venerable, Oriol mantiene que “la doctrina social del Papa argentino concilia con aquello que representó el reusense, es decir, con sus convicciones sociales como persona, poeta de la piedra, artista de la luz y arquitecto de la geometría en el marco de la cultura mediterránea”.