"Se nota mucha falta de presencia femenina en la formación de los sacerdotes" 'Mulleres Cristiás Galegas Exeria' denuncia el "aumento de la hostilidad hacia la causa feminista en la Iglesia"

El Papa y la mujer
El Papa y la mujer

"En nuestro horizonte está el deseo de una mejor Iglesia Galega en la que se actualice y humanice la formación de los sacerdotes y se valore y fomente la responsabilidad dos laicos, sobre todo de las mujeres"

"Queremos que la Iglesia deje de ser la madriguera en la que se escondan el odio, la intolerancia, la injusticia y el desamor y que se aprecie y valore como merece la cultura gallega"

"Estamos viendo como cada día las personas laicas somos relegadas, infantilizadas o directamente excluidas de la acción pastoral, una acción pastoral a la que se nos convoca para elaborar documentos que luego son desactivados y olvidados en los cajones de los despachos"

El 28 de diciembre, con motivo de la fiesta de las Santa Inocentes, la Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria envía el presente documento, Entrañas de Misericordia, a los medios de comunicación, lo difunde en redes sociales y lo envía a los responsables de las diócesis galegas para llamar su atención sobre aspectos que vemos con preocupación en nuestra Iglesia gallega a raíz de las declaraciones de Francisco Rafael Gómez Canoura, párroco de Zas.

Estas declaraciones no son un hecho aislado, sino que se están convirtiendo en un modo de relación entre las personas ordenadas y las laicas, una relación instalada en la condescendencia y la infravaloración. Las Mulleres Cristiás Galegas Exeria vemos con preocupación como, con el paso del tiempo, esta forma de relación no cambia pues la formación de los jóvenes que se preparan para el sacerdocio no es acorde a los tiempos en los que vivimos ni está en sintonía con la Iglesia en salida que propone el Papa Francisco. Una prueba de esto es que en la diócesis de Santiago de Compostela, en el mes de marzo, los seminaristas mayores que se forman para el sacerdocio asistieron a ejercicios espirituales dirigidos por Mons. Rouco Varela

Estos hechos nos llevaron a sentarnos y reflexionar sobre si esta es la Iglesia que queremos y cual es el futuro hacia el que queremos avanzar. El fruto de esas reflexiones es este documento que ahora publicamos, y que tiene el apoyo de: Asociación Irimia, Asociación Encrucillada, Col·lectiu de dones en l'Església per la paritat, Dones Creients, Mujeres y Teología de Sevilla, Cabra y Zaragoza, Red Miriam de espiritualidad ignaciana femenina, colectivo Agar y la Comunidad Cristiana Torrero III de Zaragoza.

Rouco, con los seminaristas de Santiago
Rouco, con los seminaristas de Santiago

En nuestro horizonte está el deseo de una mejor Iglesia Galega en la que se actualice y humanice la formación de los sacerdotes y se valore y fomente la responsabilidad dos laicos, sobre todo de las mujeres. Queremos que la Iglesia deje de ser la madriguera en la que se escondan el odio, la intolerancia, la injusticia y el desamor y que se aprecie y valore como merece la cultura gallega.

Nuestra Iglesia está falta de misericordia.

Urge cambiar los corazones de piedra por corazones de carne!

El párroco de Zas
El párroco de Zas

Documento de la Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria Navidad 2019

La Asociación Mulleres Cristiás Galegas Exeria, con el apoyo de Asoc. Irimia, Asoc. Encrucillada, colectivo Agar y la Comunidad Cristiana Torrero III de Zaragoz, Col·lectiu de dones en l'Església per la paritat, Dones Creients, Mujeres y Teología de Sevilla, Cabra e Zaragoza, Red Miriam de espiritualidad ignaciana femenina,

nos dirigimos a la Iglesia gallega, y especialmente a su arzobispo y obispos, a raíz de las declaraciones de Francisco Rafael Gómez Canoura, párroco de Zas, para llamar su atención sobre lo que nos está preocupando en nuestra Iglesia Gallega.

El objetivo de este documento es censurar unas palabras que atentan contra los Derechos Humanos, escritas por una persona concreta que se cree con derecho a poderlas decir, pero también denunciar el contexto eclesial que lo permite y no toma medidas enérgicas para erradicar este comportamiento. En nuestro horizonte está la búsqueda de una mejor Iglesia.

No entendemos la permisividad por parte de la autoridad eclesiástica respecto de un cura que hace poco ha acabado su período de formación en el seminario, un cura que a día de hoy sigue celebrando y predicando en “sus” parroquias. Y la entendemos aún menos cuando lo comparamos con la dureza con la que se tratan otras declaraciones y situaciones que no atentan contra los Derechos Humanos como ésta, y en las que no se duda en cerrar la boca o condenar a personas y asociaciones.

Vemos una gran distorsión respecto del tratamiento de las diferentes polémicas que se suscitan en el seno de nuestra Iglesia y esto nos lleva a hacer la siguiente reflexión que tiene como objetivo denunciar las actitudes que más nos interpelan como mujeres, como cristianas y como gallegas haciendo propuestas constructivas que nos ayuden a avanzar.

Dios es Madre
Dios es Madre

Como mujeres, estamos sintiendo en ciertos sectores de nuestra Iglesia un aumento de la hostilidad hacia nosotras y la causa feminista, que no es otra que la igualdad de todos los hijos e hijas de Dios. Llevamos mucho tiempo reflexionando sobre esta cuestión, como bien ponen de manifiesto el documento Nós, as mulleres na Igrexa, de noviembre de 2010 y A violencia de xénero violencia contra as mulleres, de noviembre de 2012 y que pueden consultar en nuestra web www.exeria.org.

Constatamos con tristeza el miedo y recelo que determinados sectores de la Iglesia nos siguen teniedo a nosotras, las mujeres, sus hermanas, miedo y recelo que se manifiesta en actitudes de rechazo cuando no de abierta misoginia. Creemos que puede ser debido a que la formación de los futuros sacerdotes está demasiado sesgada hacia lo masculino. Los curas deben conocer lo que pensamos las mujeres para aprender a valorar nuestros aportes a la vida eclesial. Se nota mucha falta de presencia femenina en la formación de los sacerdotes. En nuestra Iglesia contamos con mujeres bien preparadas, algunas doctoras en teología, otras ampliamente formadas en acompañamiento espiritual: mujeres que dirigen ejercicios espirituales e imparten clases de teología que deberían estar formando a nuestros futuros sacerdotes. No se puede apreciar lo que no se conoce.

Mujeres

Como cristianas, vemos con preocupación como la Iglesia se está convirtiendo en la madriguera en la que se esconden ciertos sectores de opinión en los que se mueven personas que se niegan a tener entrañas de misericordia, que viven permanentemente en contra de todo lo que de bueno y generoso va teniendo la sociedad en sus cambios. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, signo y sacramento de salvación, huella de Dios en el mundo. En el nombre de Dios, que hizo el cielo y la tierra, de su hijo Jesucristo, nacido de mujer, y del Espíritu que alienta la Iglesia no nos podemos permitir ser la institución en la que se refugien el odio, la intolerancia, la injusticia, la avaricia y el desamor.

Notamos también el poco protagonismo que se le da a laicos y laicas, lo poco que se sigue apostando por formar un Pueblo de Dios adulto en la fe. Estamos viendo como cada día las personas laicas somos relegadas, infantilizadas o directamente excluidas de la acción pastoral, una acción pastoral a la que se nos convoca para elaborar documentos que luego son desactivados y olvidados en los cajones de los despachos. Sucedió con el Concilio Pastoral de Galicia y está pasando con las conclusiones de los Sínodos en nuestras Iglesias locales. Sentimos que se nos convoca a participar, pero realmente no se nos escucha.

Mujeres gallegas

Como gallegas, sentimos el dolor de la tierra al ver la poca altura humana de ciertos sectores de la jerarquía de nuestra Iglesia, el escaso aprecio que le tiene a la cultura galega, como se resisten a utilizar el gallego y como incluso lo desprecian. Notamos actitudes más próximas a la prepotencia que al sentido eclesial y comunitario. Necesitamos un clero sin miedo a dialogar con la comunidad eclesial y con la cultura gallega, que sepa respetar las diferentes opciones de las personas, que sean animadores de auténtica y honda eclesialidad.

Queremos pedir a toda la Iglesia gallega y especialmente a sus pastores: curas, obispos y arzobispo que renueven sus esfuerzos en la formación actualizada de los nuevos sacerdotes, que los preparen para no tener miedo de nosotras, las mujeres, ni del mundo plural en el que viven, para que sepan dar pasos seguros y decididos por la eclesialidad, caminando hacia la formación de comunidades vivas y adultas, responsables en su fe, sin miedo a las diferencias, acogedoras y misericordiosas, en diálogo con la cultura gallega, que sean semilla del Reino de Dios en nuestra tierra y en el mundo.

Es tiempo de Navidad. Ojalá el niño que nace en Belén lo haga también en los corazones de todas las personas. Ojalá nuestros corazones de piedra se conviertan en entrañas de misericordia para poder seguir avanzando en la eclesialidad, la justicia y la paz.

Asoc. Mulleres Cristiás Galegas Exeria.

Exeria

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