61 Encuentro Internacional de Militares por la Paz “Busca la paz y corre tras ella”

Juan del Rio en Lourdes
Juan del Rio en Lourdes

Monseñor Juan del Río recordó el origen del Encuentro Internacional situado al final de la Segunda Guerra Mundial cuando contendientes de los dos bandos se unieron en el Santuario para pedir por la paz

Recordó las palabras del Papa Francisco: "la guerra es una locura”

"Venir de peregrinación a Lourdes como militares, guardias civiles y policías no es ningún sucedáneo de nada, ni va contra los valores democráticos que fundamenta nuestra sociedad sino todo lo contrario"

El grupo de militares, guardias civiles, policías, familiares y grupos organizados desde las parroquias castrenses participó de forma activa en las actividades programadas por la autoridad internacional del Encuentro para establecer un espacio para la paz y la oración

El 61 Encuentro Internacional de Militares por la Paz, desarrollado bajo el lema “Busca la paz y corre tras ella”, el pasado fin de semana en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, contó con una participación 510 españoles coordinados por el Arzobispado Castrense de España que cuenta con la valiosa labor desarrollada durante todo el año de los capellanes y de los voluntarios militares.

Esta edición ha tenido la presencia de numerosas autoridades civiles, militares y eclesiásticas, encabezadas por la Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas de Francia, ministros de Defensa de otros países y altos representantes de las naciones participantes, que han presidido las ceremonias y encuentros que se han sucedido a lo largo delas jornadas del Encuentro.

El grupo de militares, guardias civiles, policías, familiares y grupos organizados desde las parroquias castrenses participó de forma activa en las actividades programadas por la autoridad internacional del Encuentro para establecer un espacio para la paz y la oración. En estos días existió una especial vinculación entre los 13.760 participantes de 39 países que con la perspectiva de los soldados han meditado sobre los conflictos y sus consecuencias, en alguno de los cuales ellos mismos han participado, de tal forma que son conocedores de la destrucción y el desgarro que producen algunas decisiones.

En esta edición ha sido notable la presencia de los alumnos de las academias militares y de la Guardia Civil que dieron un sentido espiritual al Encuentro sin menoscabo de la alegría plasmada en la intervención de la unidad de música formada por los alumnos de la Academia Central de la Defensa y del coro del centro de enseñanza de la Benemérita de Baeza que participaron de forma activa en la programación específica de la delegación española.

Militares en Lourdes

El Arzobispo Castrense de España, Monseñor Juan del Río, en su predicación del viernes 17, a la que tituló “No hay paz sin esperanza”, mencionó el origen del Encuentro Internacional situado al final de la Segunda Guerra Mundial cuando contendientes de los dos bandos se unieron en el Santuario para pedir por la paz y recordó las palabras del Papa Francisco:” la guerra es una locura”.

En una sociedad conformista, continuó, D. Juan del Río, no se favorece a los constructores de la paz, la falta de unos ideales y de un objetivo que vaya más allá del hedonismo dificulta la tarea de todos aquellos que han adquirido el compromiso de defender a sus semejantes de la maldad y las guerras. Labor que desarrollan los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos de Seguridad diariamente de forma constante e, incluso, fuera de nuestras fronteras.

Al día siguiente, sábado 18, El Arzobispo Castrense denominó a su predicación: “Tenemos una madre”, en la misma habló sobre la Virgen María, modelo para el creyente que “Busca la paz y corre tras ella”, afirmación basada en la mariología que el papa Francisco ha desarrollado en diversas intervenciones acerca de María como madre de todos los hombres

Como explicó D. Juan del Río, venir de peregrinación a Lourdes como militares, guardias civiles y policías no es ningún sucedáneo de nada, ni va contra los valores democráticos que fundamenta nuestra sociedad sino todo lo contrario, redimensiona los valores castrenses, consolida la solidaridad internacional y se palpa las huellas del dolor que hay en tantos enfermos e impedidos que vienen hasta las orillas del rio Grave, para encontrar la salud de alma y de cuerpo. ¡Lourdes es el santuario de la paz y de la reconciliación de los pueblos!

Lourdes

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