Conferencia del arzobispo de Madrid en el Club Siglo XXI de Madrid Cardenal Osoro: “La emigración se arregla con la cultura del encuentro, no con muros ni cerrando puertas y ventanas”

Carlos Osoro
Carlos Osoro

“La Iglesia no está perseguida en España”

“No hay ningún partido cristiano” y “los obispos no podemos dar siglas concretas para votar”

“Dejémonos de ideologías y purifiquemos nuestro corazón, porque la fe no puede reducirse a normas y prohibiciones”

“Hay quien trata de denigrar la cultura del encuentro y al Papa Francisco, que la puso en la mesa, diciendo que es 'buenismo'. Los cristianos somos buenistas”

Carlos Osoro pasa por ser (y es) el hombre del Papa en España, y se le nota. El cardenal de Madrid quiere a Francisco, conoce su pensamiento al dedillo, lo imita pastoralmente y comulga totalmente con su 'primavera'. Lo demostró, ayer, una vez más, en la conferencia que pronunció en el Club Siglo XXI de Madrid, en la que abogó por “abrir las puertas a la emigración”, negó tajantemente que en España se persiga a la religión y recordó que “no hay ningún partido cristiano”.

La conferencia, titulada 'Retos y propuesta del Papa Francisco', permitió al arzobispo de Madrid sentirse cómodo, con un tema que domina a la perfección y en el que se explayó, explicando lo que Bergoglio quiere para la Iglesia. El salón de actos de la Fundación Siglo XXI estaba lleno y, entre los invitados, el obispo de Getafe, Ginés García, el auxiliar de Madrid, José Cobo, o el Padre Ángel, que no pierde ocasión de arropar a su 'amigo', el cardenal madrileño.

Tras una conferencia trabada, Osoro marcó diferencias en el coloquio posterior, donde respondió a todas las preguntas (alguna hechas con cierta intención por parte de la locutora de la Cope, Cristina López) de una forma sencilla, clara y directa. Porque Osoro, como el Papa, gana en las distancias cortas, predicando el Evangelio de la ternura, de la misericordia y la “cultura del encuentro”.

Cristina López preguntó: “En España y en Europa, hay ciertos sectores que tienen miedo a la emigración. ¿Por qué el Papa, en cambio, no le tiene miedo?” En la sala se hizo un silencio incómodo, a la espera de la contestación del cardenal, sabiendo que el líder de la radio de los obispos, Carlos Herrera, es uno de los que se opone al “buenismo” papal de abrir las fronteras a los emigrantes que cruzan el Estrecho, huyendo del hambre o de las guerras.

Osoro abraza al Padre Ángel
Osoro abraza al Padre Ángel

La respuesta del cardenal madrileño no se hizo esperar: “El Papa no tiene miedo a la emigración, porque cree en el derecho que Dios ha dado a todo ser humano de pasear por esta tierra”. Y añadió, con cierto gesto de reconvención en la frente: “Los que salen de sus países salen por hambre o por guerras. No caben fronteras ni muros. Ésa es la solución más fácil, pero la menos cristiana. Esto se arregla con la cultura del encuentro, no con muros ni cerrando puertas y ventanas”.

“¿Está perseguida la Iglesia en España?”, volvió a preguntar la locutora, haciéndose eco de uno de los latiguillos de los sectores católicos más conservadores. Y monseñor Osoro replicó, tajante: “No lo creo. España es un Estado aconfesional, donde todos nos movemos con libertad, porque un Estado aconfesional es el que defiende las libertades, todas las libertades”.

En esta misma perspectiva y, respondiendo a una vieja añoranza de los católicos rigoristas, que suspiran por un partido netamente católico, el cardenal de Madrid aseguró que “no hay ningún partido cristiano” y, a la hora de votar, el católico tiene que discernir y optar por el que crea que más se acerca al ideal del Evangelio. En una labor personal y sin esperar las indicaciones concretas de la jerarquía. Porque, “a veces, quieren que los obispos demos siglas concretas”.

Segrelles, Osoro y López
Segrelles, Osoro y López

“¿Por qué los ajenos aceptan más al Papa que algunos católicos?”, volvió a preguntar la locutora de la cadena Cope. “Porque, a veces, los que estamos en la Iglesia tenemos cierta ideologización de Cristo. Por eso, hablamos de amigos y enemigos, pero no de hermanos, mientras que el Papa es un hombre de Dios”.

Para desideologizar el cristianismo y reconquistar a la gente para Dios, el cardenal Osoro, siguiendo la estela papal, propone “la cultura del encuentro”. Pero sin que se quede en una bella fórmula, sino aterrizada en lo concreto. Por ejemplo, examinando “caso por caso” la situación de los divorciados vueltos a casar. Para lo cual, invitó a “leer entera” la Amoris laetitia del Papa, “que no hemos cogido y que hay que meditar”.

Por otra parte, desideologizar la fe consiste, según Osoro, en volver al “Evangelio sin glosa”, es decir “a las Bienaventuranzas, que son el carnet de identidad de los creyentes” y a la parábola del Buen Samaritano. Eso exige, ternura, misericordia y evitar el cristianismo del cumplimiento.

Oposiciones a notario

Porque, a veces, como confesó el purpurado, acceder a los sacramentos en la Iglesia es como tener que “hacer una oposiciones a notario”. “Dicen que las peores cosas que hay son las oposiciones a la notaría. Nosotros, a veces, exigimos tales cosas a la gente que ésta dice 'me marcho, no quiero ser cristiano'. Lo primero que hay que dar es escucha y cercanía”.

Una cercanía que volvió a ejemplificar, cuando el presidente de la cadena Cope, Fernando Giménez Barriocanal, le preguntó qué hacer para atraer de nuevo a los jóvenes a la Iglesia. El prelado contestó con una anécdota que vivió el pasado domingo, cuando se fue a celebrar misa a la parroquia de la Cañada Real, en una de las zonas más deprimidas de Madrid, que se había quemado unos días antes.

Conferencia del cardenal Osoro
Conferencia del cardenal Osoro

“Al llegar, me encuentro con un muchacho que me pregunta: '¿Me puede bautizar?'. 'Claro que puedo', le contesté”. Y comenzó a hablar con el joven, primero allí y, después, citándolo en su propia casa. “Anoche, muy tarde, a las 23:00 horas, recibí a este muchacho. Un tipo excepcional. Si le hubiese comenzado a recomendar cosas, a lo mejor terminaba en unas oposiciones a notaría. El Papa nos pide una nueva forma de anunciar el Evangelio. Dejémonos de ideologías y purifiquemos nuestro corazón, porque la fe no puede reducirse a normas y prohibiciones”.

Los 'pilares' del Papa

Es decir, la aplicación de las líneas básicas de su ponencia, en las que trató de explicar la “experiencia pastoral, mística e intelectual” del Papa Francisco, a través de cinco pilares. El primero, “su invitación a una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría”. Una nueva etapa que exige “conversión personal y reforma de las estructuras”.

El segundo pilar es “la llamada papal a proteger la casa común, poniendo al hombre en el centro”. Porque “lo ecológico hay que contemplarlo desde lo antropológico”. El tercer pilar es la familia y la juventud, a los que el Papa dedicó tres sínodos. El tercer pilar, es la llamada a la santidad, “porque el Papa nos quiere santos e inconformistas, con la santidad de las Bienaventuranzas”.

Osoro saluda a monseñor García Belrtrán
Osoro saluda a monseñor García Belrtrán

Y el cuarto pilar de la nueva etapa evangelizadora que pide Francisco es, según Osoro, la cultura del encuentro, que lleva a la práctica “el ejercicio del amor” y la parábola del Buen Samaritano, “con una mirada hecha de compasión” y que “llora por el sufrimiento ajeno”.

Vivir las Bienaventuranzas o la parábola del Buen Samaritano no es buenismo, según Osoro. “Hay quien trata de denigrar la cultura del encuentro y al Papa Francisco, que la puso en la mesa, diciendo que es 'buenismo'. Pero el Buen Samaritano fue buenista y quienes tratamos de contagiar a Dios, ¿cómo vamos a caer en el malismo? Somos buenistas”.

Encuentro con el otro

Por eso, la Iglesia se implica en la liberación de los males de este mundo. Entre ellos, el de la explotación, la trata y la prostitución. Osoro alabó el trabajo que, en este ámbito, desarrollan dos congregaciones religiosas: Las Adoratrices y las Oblatas. “Si la gente supiese lo que hacen para liberar a las prostitutas, poniendo incluso en riesgo sus propias vidas, les pondrían en un altar”. Un ejemplo más de que “es apasionante vivir el Evangelio así, para liberar”

Esta cultura del encuentro no sólo reconoce al otro “como un igual y como un hermano”, sino que se plasma, asimismo, en la caridad política, porque “las leyes, las instituciones o los derechos son expresiones de la caridad política”.

Carlos Osoro, en el siglo XXI
Carlos Osoro, en el siglo XXI

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