Conferencia en Madrid del Secretario de Estado vaticano en el II Encuentro Internacional de Políticos Católicos Cardenal Parolin: “Hay que declinar la cultura del encuentro y de la amistad social que propugna el Papa”

El jefe de la diplomacia vaticana, cardenal Pietro Parolin se acercó a Madrid para pronunciar una profunda y densa conferencia, titulada Cultura de encuentro y amistad cívica en un mundo en crisis, en el II Encuentro internacional de Políticos Católicos. En ella, el Secretario de Estado de la Santa Sede quiso dejar claro que, siguiendo la estela del Papa Francisco, en la política actual “hay que declinar la cultura del encuentro y de la amistad social que propugna el Papa”. Y eso significa: “mirar lejos, sufrir el conflicto y no dejarnos paralizar por el miedo”.

En el aula magna de la Universidad San Pablo-CEU, con más de 70 políticos católicos de todo el arco parlamentario y con la presencia, entre otros, del Padre Ángel de Mensajeros de la Paz, del obispo auxiliar de Madrid, Jesús Vidal o del consejero de Universidades del Gobierno de Ayuso, Enrique Osorio. Acompañando al cardenal Parolin, en la mesa presidencial, el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, máximo organizador y patrocinador del evento, el presidente de la ACDP, Bullón de Mendoza, el director de la Academia de líderes católicos, José Antonio Rosas y Wilhelm Hofmeister, representante de la Fundación Konrad Adenauer, asi como el primer consejero de Nunciatura, Daniele Liessi.

En su presentación del cardenal Parolin, el arzobispo de Madrid, tras darle la bienvenida a esta “ciudad cosmopolita, abierta y hospitalaria”, le definió como el máximo colaborador del Papa Francisco, del que el propio Secretario de Estado suele decir: “Es fácil trabajar con el Papa Francisco, porque trata de ayudar y no complicar las cosas”.

Parolin comenzó subrayando que el objetivo de cualquier político, pero especialmente de los que se declaran católicos es “trabajar para contribuir a la edificación del bien común: objetivo que hoy se sintetiza en la exigencia de salir de una crisis profunda, que pide que se refuercen los equilibrios sociales”.

Porque, “como creyentes que trabajamos en la política, tenemos la responsabilidad de cumplir nuestro servicio con el mayor compromiso”. ¿Y qué puede aportar la visón cristiana a la hora de plantearse este servicio?, se preguntó el Secretario de Estado.

Y respondió con recetas del Papa Francisco: “El Papa nos sugiere que no seamos expertos en diagnósticos apocalípticos, sino que nos vean como alegres mensajeros de propuestas superadoras”

Y eso, es, a juicio de Parolin, un gran reto y una encrucijada “hacia un destino de miedo o hacia el deseo de contribuir a lo nuevo que avanza”, mirando hacia “dos ideas significativas del Papa”.

“La primera es la referencia a la cultura del encuentro: Hacer de la diversidad un enriquecimiento, un crecimiento. Integrar es siempre muy difícil y lento. La segunda, la amistad social, que no es puro sentimiento, sino el efecto de la acción política”.

Estas dos claves imponen que se viva la política “con la necesaria preocupación por los que más sufren, los descartados, víctimas de políticas y decisiones económicas”. Porque “hoy, los marginados pagan más que los demás las consecuencias de una pandemia que ha acentuado las desigualdades”.

Tras recalcar, también con el Papa, que “de la crisis nadie se salva sólo”, advirtió que “la cultura del encuentro y de la amistad social no se confunde con el proceso de homogeneización social que promueven los mercados” y que “el conflicto ha de ser asumido y no disimulado, pero sin quedar atrapados en él”

Porque, “como creyentes, llamados a aceptar, sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso”.

En definitiva, el consejo de Parolin a los políticos católicos es “aceptar la invitación del Papa a no rendirse y seguir el camino que nos ofrece de manera original el mismo Papa”. Es decir, “declinar la cultura del encuentro y de la amistad social que propugna el Papa”, hasta convertirlos en “valores constitutivos de las instituciones”, buscando la caridad política “con aplicaciones posibles y concretas, no sólo principios y enunciados”.

De esta forma, a juicio de Parolin, “la amistad y el encuentro son un estilo de gobernar”. De ahí que sea el momento de “repensar nuestros estilo de vida y, sobre todo, el sentido de nuestra existencia, sin dejarnos atemorizar por el miedo”, concluyó el Secretario de Estado.

Tras su conferencia, intervino el director de la Academia de Líderes católicos, José Antonio Rosas, para darla las gracias por su presencia, que “certifica que la Iglesia está con nosotros” y para resaltar los grandes logros de la Academia, que ya está presente en 9 países de Latinoamérica, España y Estados Unidos, amén de haber inaugurado recientemente la Escuela de Líderes populares.

Porque, como enfatizó Rosas, “no creemos en guerras culturales, sino en el encuentro, en crear puentes, en no atrincherarnos, sino en abrirnos”.

En las intervenciones precias a la conferencia del cardenal Parolin, el presidente del CEU, Bullón de Mendoza, presumió de la labor de los propagandistas en el campo político. Por otra parte, un Rocco Buttigliones, que en el 2004 fue rechazado por el Parlamento Europeo como comisario tras unas declaraciones homófobas, dijo “reconocerse en la enseñanza del Papa Francisco” y aseguró que “la Iglesia tiene que hacer política, pero no la de los partidos, sino la de los pueblos y necesitamos una nueva clase de líderes católicos, con corazón de pueblo y cabeza para entender la cultura de la complejidad del mundo de hoy”.

Por su parte, el representante de la Fundación Konrad Adenauer, patrocinadora del ecentro, Wilhelm Hofmeister, aseguró que “muchos de nuestros partidos no están a la altura. Por eso, esperamos que este encuentro contribuya a lanzar nuevas ideas, teniendo presente que la DSI es una manual ideal político y mi libro puede contribuir a ese empeño”.

Daniel Elesi, consejero de Nunciatura, saludó a los presentes en nombre del Nuncio, Bernardito Auza, que estaba en la ordenación del nuevo obispo de Mondoñedo-Ferrol, y aseguró que “hay que recuperar el alma de la política: la orientación a la verdad, a la justicia y a la paz”, porque, como dice Jesús, “somos sal de la tierra, llamados a sazonar con nuestro compromiso la vida diaria”.

El único interviniente que desentonó y rompió la armonía 'católica' del evento fue Enrique Ossorio, el consejero de Universidades del Gobierno de Ayuso, que, para ensalzar su labor educativa acusó al Gobierno socialista de “·imponer leyes adoctrinadoras que tenemos ahora en España, promovidas desde el Gobierno” y animó a los presentes a “reaccionar frente a la deriva laicista”. Si el éxito de su soflama la medimos por los aplausos cosechados, fue mínima.