A mediados de junio de 2020, los párrocos de estos pueblos denunciaron los robos en dos fines de semana consecutivos, tras lo que los agentes confirmaron que detrás estaba el mismo autor, informa el instituto armado.

El modus operandi era mediante escalo, demostrando pericia por lo arriesgado y la dificultad que presentan algunos de los sitios por los que llegaba a subir. Cometía los robos a primeras horas de la mañana y se llevaba el dinero contenido en lampadarios o buzones de colecta, además de joya, habitualmente en fines de semana.

Durante la investigación se obtuvieron huellas dactilares del ladrón en Llaurí. El párroco de una iglesia de la zona facilitó en su denuncia una descripción minuciosa de un hombre al que sorprendió, al escuchar unos ruidos, intentando acceder a la iglesia trepando por muros de las terrazas contiguas.

Seguidamente, los agentes se percataron de robos similares en las mismas fechas, tres de ellos "prácticamente calcados" en iglesias de Xeresa, Barraca d'Aigües Vives y Lloc Nou d'En Fenollet. Al sospechoso le constaban antecedentes que coincidían plenamente con estos delitos.

Un año después, el pasado 30 de julio fue arrestado este hombre como presunto autor de siete robos con escalo (uno en grado de tentativa) en iglesias de varias poblaciones de la provincia. Las diligencias han pasado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Sueca.

Juzgado