El sustituto de Carmen Calvo pretende cerrar el traslado de los benedictinos Félix Bolaños aplaza la aprobación de la Ley de Memoria Democrática y tratará de negociar con los obispos el futuro del Valle de los Caídos

Félix Bolaños, con Carmen Calvo
Félix Bolaños, con Carmen Calvo

La Comunidad de Sant'Egidio podría ocuparse de la gestión del templo, una vez se suprima la Fundación del Valle de los Caídos y se produzca la salida de los monjes

Santiago Cantera no pondrá fácil su salida, en una decisión que podría depender de Roma y en la que sería consultada la orden benedictina, la Conferencia Episcopal y el Arzobispado de Madrid

El nuevo ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, acaba de tomar posesión de su cargo con una medida inédita: paralizar la aprobación, en el Consejo de Ministros de este mares, de la Ley de Memoria Democrática. La razón oficial es que el sustituto de Carmen Calvo quería esperar a hacer una lectura más reposada de la norma, que conoce a la perfección.

Otras fuentes, en cambio, aseguran que Bolaños quiere 'cerrar' algunos aspectos polémicos de la misma, algunos de los cuales afectan a las relaciones Iglesia-Estado, que también están bajo la responsabilidad del nuevo ministro.

Uno de los principales problemas en la aplicación de la futura Ley de Memoria Democrática será el futuro del Valle de los Caídos y, especialmente, del templo, actualmente gestionado por los benedictinos, y que no será desacralizado. Esto implicará que, una vez suprimida la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos -automática una vez se apruebe la ley, según el borrador-, y si se consigue sacar a los frailes de Cuelgamuros, otra congregación o grupo religioso debe hacerse cargo de una iglesia que, orgánicamente, pasaría a depender del Arzobispado de Madrid.

Félix Bolaños (al fondo) durante la exhumación de Franco

Bolaños pretende 'cerrar' esta cuestión antes de presentar la ley ante el Parlamento, y para ello espera negociar con el Arzobispado de Madrid y la Conferencia Episcopal, aun sabiendo que ésta es una decisión que, si no se toma con la aquiescencia del prior del Valle, Santiago Cantera, podría hacer intervenir a Roma. Desde hace meses se vienen explorando varias posibilidades. La más plausible es que sea la comunidad de Sant'Egidio, experta en procesos de paz y memoria, y conocida por su trabajo de mediación en distintos conflictos internacionales, la que pudiera hacerse cargo de la gestión pastoral del templo, una vez no estén los benedictinos.

Exhumación de Franco

Unos benedictinos que no lo pondrán fácil. De hecho, el prior, Santiago Cantera, no tiene intención de abandonar Cuelgamuros si no es por una decisión directa de la Santa Sede o, a través de Roma, de la orden benedictina. Sin embargo, todas las partes implicadas reconocen, en privado, que la salida de los monjes es una cuestión que habrá de afrontarse, especialmente después de la actitud demostrada durante la exhumación de Franco. Un proceso que negoció y supervisó, hasta el final, el propio Bolaños. Que sabe, de primera mano, que Cantera y los frailes serán huesos duros de roer.

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