Piden el regreso de Sánchez Cao, y no irán a misa ni impartirán catequesis hasta su vuelta Fieles apoyan a un cura de Valdeorras, apartado por abusos sexuales: "Tu propia casa te señala"

(J. B./Agencias).- ¿Un tremendo error, o un 'síndrome de Estocolmo'? Algo sucede en Veigamuiños (Barco de Valdeorras), donde parte de los feligreses se han alzado en armas contra el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, después de que decidiera apartar a su párroco, Ángel Sánchez Cao, tras recibir una nueva denuncia "fundada" de abusos sexuales.

No es la primera vez que el clérigo está en el ojo del huracán, pues ya había sido acusado de abusos en el seminario de La Bañeza. Sin embargo, los feligreses de Valdeorras no creen a las víctimas, y se han plantado contra la decisión de la diócesis.

Así, mientras el Obispado ha ordenado una investigación para esclarecer los hechos (las otras denuncias se encuentran actualmente en Roma), se ha decretado la suspensión momentánea del clérigo, una medida lógica tratándose de presuntos delitos graves, como los abusos a menores.

Sin embargo, los feligreses han denunciado "la situación de total indefensión creada por unas medidas que muchos consideran excesivas", al mismo tiempo que destacan "su buen hacer" en sus más de 40 años de actividad.

En apoyo al cura, los vecinos han iniciado una recogida de firmas en contra de las medidas y el grupo de casi 20 catequistas ha decidido dejar de impartir catequesis a los más de 130 niños inscritos en sus parroquia.

Además, los feligreses de Arcos y Veigamuíños no han asistido a misa el pasado día 1 de enero (la primera que no oficiaba el párroco) ni tienen previsto hacerlo este domingo.

Texto completo de la carta de los feligreses

No es fácil ser cura en los tiempos que corren. Las autoridades eclesiásticas se quejan de la falta de vocación, pero hay que tener mucha, no sólo vocación, sino también paciencia, cuando ves que tu «propia casa», la Iglesia a la que perteneces es la primera en señalarte con el dedo de la culpabilidad. Esto debe pensar el cura de parroquias como Veigamuiños, don Ángel, quien hace dos años fue portada de periódicos y medios informativos por una acusación de abusos cuya veracidad la iglesia no ha confirmado.

Pero a veces, los curas, en su afán cristiano de predicar con el ejemplo, afirman y reafirman su cuestionada reputación y se convierten en los que lideran las parroquias que más niños tienen recibiendo catequesis, con el mayor número de catequistas impartiendo y esa conjunción da como fruto que sea la parroquia que en las comuniones de sus fieles, sean la envidia de la diócesis... Y como todo el mundo sabe, al igual que el mundo laico, el eclesiástico tampoco se libra del pecado capital de la envidia, y eso es lo que debe pensar el cura valdeorrés del que hablan los medios de comunicación, en este recién estrenado 2019.

Si para combatir el origen de la envidia es necesaria una nueva denuncia por abusos, no hay problema, siempre habrá algún alma despechada dispuesta a hacer el sacrificio de contar al Obispado que su experiencia con este cura lo ha dejado tan traumatizado que no ha podido resistirse a que su hijo menor de edad, durante el curso escolar 2013/2014, sufra en sus propias carnes lo que supuestamente él sufrió hace cuarenta años, y pide a ese mismo cura, que imparta catequesis a su hijo.

Lo hasta aquí relatado bien podría ser ciencia ficción, pero lejos de serlo, es la realidad que está viviendo un cura valdeorrés a quien el obispado ha considerado culpable sin ni siquiera atreverse a juzgarlo.

Vecinos de Arcos y de Veigamuiños

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